(Minghui.org) El Sr. Chunyan Wu fue arrestado en su hogar junto a otras seis personas mientras leían los libros de Falun Gong, el 3 de marzo de 2016. La policía saqueó su casa y confiscó todas sus pertenencias relacionadas con Falun Gong.
Los siete practicantes, fueron liberados después de pasar 20 días detenidos, en los que fueron sometidos a interrogatorios y lavados de cerebro. Pero tanto el Sr. Wu como otros dos practicantes fueron puestos bajo arresto domiciliario y sometidos al acoso frecuente de los policías.
La tremenda presión, proveniente del acoso y la prolongada persecución, acabaron haciendo mella en el Sr. Wu: había estado encarcelado durante muchos años y sometido a constantes torturas, antes del arresto.
En diciembre de 2016, su salud empeoró rápidamente y quedó paralizado. Falleció en junio, después de pasar seis meses hospitalizado, a la edad de 58 años.
Entre tanto, los otros dos practicantes, la Sra. Xiyu Zhu y el Sr. Fuzi An, que también estaban siendo acosados por la policía, fueron condenados a tres y cuatro años de cárcel, respectivamente. La Sra. Zhu ya ha sido trasladada a la cárcel de mujeres de Jilin y el Sr. An, de 76 años, ha sido liberado bajo fianza debido a su mala salud.
Arrestos y torturas anteriores
Durante los 18 años que el régimen comunista lleva persiguiendo a Falun Gong, el Sr. Chunyan Wu fue arrestado y detenido en repetidas ocasiones. Lo enviaron dos veces a campos de trabajo forzado, donde fue sometido a torturas. Perdió todos sus dientes después de que un recluso le golpeara la cara con un zapato, para obligarlo a abandonar la práctica de Falun Gong.
La primera vez que arrestaron al Sr. Wu, fue en 2001, cuando desplegó una pancarta en la plaza de Tiananmen, en la que se podía leer: "Falun Dafa es bueno". La policía lo trasladó a un centro de detención y lo golpeó, por todo el cuerpo, con porras. Los tres días siguientes tuvo dificultades para moverse debido al dolor. La policía le infligió descargas eléctricas y lo obligaron a ingerir agua de pimienta.
Reconstrucción de la tortura: Descargas eléctricas en los pies.
Después de pasar más de dos semanas detenido en Beijing, el Sr. Wu, fue conducido de vuelta a Yanjin, provincia de Jilin, y recluido en un campo de trabajo forzado. La oficina 610 de Yanjin, extorsionó 5.000 yuanes, tanto al jefe de su empresa como a su familia, en concepto de "multas".
En el campo de trabajo, sufrió numerosas formas de tortura (régimen de aislamiento, palizas y privación del sueño), por negarse a escribir una declaración de renuncia a Falun Gong. Los guardias llegaron a golpear su cara con un zapato delante de su aterrorizada madre.
La policía también lo obligó a trabajar con materiales corrosivos, como hormigón y cal. No le permitían que se duchara después, lo cual le causó lesiones.
A veces, lo obligaban a sentarse en "la banqueta pequeña" durante mucho tiempo sin poder moverse, lo que provocaba que la piel de sus nalgas se ulcerara.
En 2003, poco después de ser liberado, fue arrestado nuevamente. La policía lo tuvo atado al "banco del tigre" durante más de dos horas y tiró con fuerza de sus brazos hacia atrás durante uno de los interrogatorios. Después, fue enviado a cumplir dos años más a otro campo de trabajo, donde continuaron torturándolo porque no renunciaba a Falun Gong.