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Toronto: Campamento de verano Minghui de nueve semanas fomenta el progreso de los jóvenes practicantes

Sept. 10, 2017 |   Por Zhang Yun, corresponsal de Minghui en Toronto

(Minghui.org) El campamento de verano de la Academia Minghui en Toronto finalizó el 1 de septiembre de 2017. Setenta niños practicantes de Falun Dafa de 3 a 16 años asistieron al campamento de nueve semanas. Niños de Toronto, Mississauga, Alberta, Detroit, y China continental, disfrutaron de su tiempo juntos mientras practicaban Falun Dafa y experimentaron la cultura tradicional china.


Ejercicio grupal en el campamento de verano de la Academia Minghui en Toronto.


Actividades del campamento: aprendizaje de la caligrafía y danza tradicional china.

Eliminando los apegos

Lisa, de once años, acababa de llegar a Toronto desde China continental. Era la primera vez que asistía a un campamento de la Academia Minghui. Dijo: “¡Me siento tan afortunada y tan feliz! En China hacía los ejercicios y estudiaba el Fa en secreto. ¡Ahora puedo hacerlo todos los días con otros niños! Este ambiente de cultivación me ha ayudado a mirar hacia adentro en cada problema que me ocurre y eliminar muchos apegos”.

Lisa dio un ejemplo de cómo eliminar la mentalidad de la pelea. Dijo: “Solía llevarme bien con todos los chicos excepto una. Mi mamá siempre me decía que lo debía haber hecho mejor. Yo estaba molesta, pensando que estaba del lado de la otra niña. Mi mamá me explicó pacientemente que los cultivadores debemos mirar hacia adentro. Mis maestros en el campamento también nos recordaban mirar hacia adentro. La otra niña también es una practicante de Falun Dafa. También miró hacia adentro, y resolvimos nuestro problema muy pronto. Tengo un diario donde escribo sobre cómo resolví los conflictos y pasé las pruebas de mi xinxing. Todo el tiempo aprendí algo nuevo”.

Eliminando la envidia

Kelly, de trece años, ha asistido al Campamento de Verano de la Academia Minghui por cuatro veranos. Dijo: “Mi mayor logro este año es eliminar la envidia. Solía tener un fuerte apego a los celos, y siempre envidiaba a los que hacían las cosas mejor que yo. A través del grupo de estudio del Fa e intercambio de experiencias, poco a poco aprendí a apreciar a los demás. Sé cómo superar mi envidia cuando aparece. ¡De repente me encontré tan feliz y relajada cuando me deshice de la envidia!”.

Niño de seis años lee Zhuan Falun en la versión en chino

Felix Wang, de seis años de edad, está en el grupo elemental. Su maestra del campamento, la Sra. Lin, dijo: “Cuando comenzó a leer Zhuan Falun, necesitaba a alguien que lo dirigiera palabra por palabra. Él puso mucho corazón en aprender. A la quinta semana, podía leer la mayor parte del libro por sí mismo. En la última semana, pudo leerlo todo solo. Estoy muy contenta con su progreso”.

La Sra. Lin hizo hincapié en la importancia de la participación de los padres. Dijo: “La mamá de Felix siempre traía a sus hijos a hacer los ejercicios por la mañana a tiempo. Copiaron a mano el Lunyu durante 20 minutos después del ejercicio en grupo, y estudiaron el Fa juntos. Nosotros los maestros y los padres asumimos nuestras responsabilidades juntos para asegurar el buen progreso de los niños”.

Los maestros mejoran junto con los niños

La Sra. Li, una maestra del campamento, dijo que estaba preocupada cuando vio que la mayoría de los chicos de su clase eran niños. Una vez, tuvo que conseguir ayuda de otros maestros para calmar a un niño cuando perdió la paciencia. Dijo: “Me di cuenta de que tengo que mejorarme para poder ayudar a los demás niños a corregir sus errores. Tengo que seguir cultivando mi tolerancia y compasión bajo la guía de Dafa. El progreso de ayudar a los niños a crecer es también una parte de mi cultivación. Soy tan afortunada de ser su maestra y poder presenciar sus éxitos”.

El primer día, uno de los chicos de la clase de la Sra. Li dijo a sus compañeros y a ella: “No soy un cultivador. No puedes obligarme a seguir tus reglas”. Se negó a jugar con otros niños. Sin embargo, el ambiente positivo cambió su actitud. Unas semanas más tarde, él comenzó a hacer los ejercicios, estudiar el Fa, y a jugar con los otros niños. La maestra dijo: “Un día él compartió un montón de pensamientos conmigo que le costaba compartir con los demás. Me di cuenta de que la cultivación había hecho que este niño abriera su corazón. Estoy agradecida de que se haya beneficiado de la compasión de nuestro Shifu”.