(Minghui.org) Estaba parado junto a una compañera practicante cuando se cayó y murió dentro de los cinco minutos siguientes.
Esta practicante tenía buena salud, y aunque celebró su cumpleaños setenta, se veía como de cincuenta. Parecía que estaba haciendo bien las tres cosas, y nunca había sido arrestada. Los oficiales de policía hablaban con ella, pero como tenía fuertes pensamientos rectos nunca renunció a Falun Dafa a pesar de la presión.
Nos conocimos en su casa para el estudio de Fa. Su vida hogareña parecía buena y todos nosotros la admirábamos.
Habíamos hablado durante tres horas antes de su muerte, y me contó que volaría a la frontera para una semana de vacaciones. También estaba planeando ir a la ciudad de Suzhou para otro descanso. Estaba sorprendido pensando que estaba gastando demasiado tiempo en vacacionar. ¿Cómo podía mantenerse al día con las tres cosas si estaba lejos tanto tiempo? ¿Se considera aflojar si nos estamos divirtiendo? Ahora lamento no haber compartido mis preocupaciones con ella. Pensé que estaría bien siempre y cuando pudiera mantener el ritmo en las tres cosas.
Sabemos que, ahora, cada nuevo día es un día que el Maestro, con su gran benevolencia, lo hizo posible para nosotros. Como practicantes, debemos hacer todo lo que podamos acorde con Dafa.
El Maestro dijo:
“Espero que transiten bien el camino más adelante. Especialmente aquellos que no lo han hecho bien, tienen que ser especialmente cuidadosos, hay que atesorar el tiempo que queda”. (“25 años de la Gran Difusión de Dafa: Explicando el Fa en Nueva York”)
Luego escuché de otros practicantes que la mujer frecuentemente tenía muchos invitados a cenar en su hogar. Que se había mudado a una nueva casa el año pasado, que había ofrecido una cena elaborada, sirviendo un cerdo entero y muchos pollos. También oí que no era muy amable con su marido y que lo regañaba.
Como practicantes que viven en su área, cada uno de nosotros debe mirar hacia adentro de acuerdo con Dafa, buscando profundamente en nuestros corazones y reflexionando en cómo hacer bien las cosas en el último período de la rectificación del Fa. Deseamos ser capaces de decirle al Maestro: “Venerado Maestro, viví a la altura de tus expectativas y a la de los numerosos seres en mi propio mundo celestial”.