(Minghui.org) Varios funcionarios irrumpieron en el hogar de la Sra. Xu, después de hacer un agujero en la puerta de entrada con un taladro, para introducir la mano y abrirla desde dentro.
La Sra. Xu, practicante de Falun Gong, fue arrestada por funcionarios de la división de seguridad doméstica del distrito de Yongchuan, el 6 de abril de 2017. Fue puesta en libertad un mes después. Regresó a su hogar el 31 de julio.
La Sra. Xu relata su suplicio
Me encontraba en mi casa dispuesta a almorzar, el 2 de julio de 2017, cuando escuché que alguien llamaba a mi puerta. Mi primer pensamiento fue que debía esconder todo lo relacionado con Falun Gong. Entonces escuché el sonido de un taladro eléctrico.
Los oficiales irrumpieron en mi hogar. No me mostraron ninguna orden de registro y no vestían de uniforme. Algunos me arrastraron afuera y me trasladaron al centro de lavado de cerebro de Hechuan. Más tarde descubriría que pertenecían al comité de asuntos políticos y legales de Yongchuan, a la oficina 610 y al comité administrativo de la comunidad local.
Había practicantes de todo Chonqing en el centro de lavado de cerebro. Reproducían vídeos que calumniaban a Falun Gong a un volumen muy alto y nos obligaban a escucharlos.
“Conozco los trucos que usan”, le dije a nuestros perseguidores. “Ponen drogas extrañas en la comida de los practicantes. Cuando se les acaban las ideas, esperan hasta que el practicante que demuestra mayor firmeza caiga dormido, y entonces le toman su huella dactilar para imprimirla en vuestros documentos. ¡Es vergonzoso!”.
Se quedaron enmudecidos. Quise usar este método a modo de advertencia y conseguí un buen efecto. Después de esto, no me maltrataron mucho.
El centro también introdujo a varios grupos de personas para que difundieran rumores y, de esta forma, lavar el cerebro a los practicantes. Tenía que estar muy enfocada y recitar continuamente el Fa del Maestro para permanecer en alerta constante.
Algunos colaboradores difundían ideas extrañas, mientras otros fingían ser bondadosos. Recuerdo el nombre de una de las colaboradoras, Su Chang. Declaró que había sido practicante, y que se había iluminado a algunos principios del Fa de niveles altos. Me engañó en una ocasión, pero después pude descubrir qué truco había usado. En términos generales, el objetivo de los falsos practicantes era hacer que abandonáramos nuestras creencias. Así que simplemente aprendí a ignorarlos.
Me encontraba segura de mí misma y sin ningún temor cuando, en una ocasión, le dije a esas personas: “Ustedes hacen cosas perversas para perseguir a aquellos que profesan una fe recta”, les digo: “Cada uno de ustedes tendrán que pagar de vuelta, en el futuro, todo lo que han hecho. Esperen y verán, ese momento no tardará en llegar”.
Tomaba notas, en mi cuaderno, de todo cuanto sucedía, incluso anoté lo que dijo Zhang Daoguo, del comité de asuntos políticos y legales de Yongchuan, cuando se personó en el centro de lavado de cerebro, el 12 y el 31 de julio.
Cuando se dieron cuenta de que estaba escribiendo, se enfurecieron y me pidieron una explicación. Les respondí que usaría mis escritos para asegurar que, en el futuro, se les hiciera responsable de sus actos.
El centro de lavado de cerebro anunció el 31 de julio de 2017 que iba a cerrar durante un mes debido a las altas temperaturas. No fui “transformada” por ellos, ni les di la declaración de garantía que querían. Me mantuve firme en mi creencia.