(Minghui.org) El 22 de junio de 2017, una residente en la ciudad de Hanzhong fue arrestada por hablar con la gente sobre la persecución de Falun Gong del régimen comunista chino, una disciplina espiritual basada en los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Permanece en el centro de detención del distrito de Hantai.
Esta no es la primera vez que la mujer de 56 años ha sido perseguida por su fe. En junio de 2015 detalló su calvario en una denuncia criminal presentaba contra el ex dictador chino Jiang Zemin por iniciar la persecución de Falun Gong.
La Sra. Wu escribió que desde que comenzó la persecución en 1999, ella y su familia han vivido atemorizadas. Simplemente por defender su fe, fue arrestada varias veces, resultando en 2 años de trabajo forzado y una condena de 5 años de prisión. Cuando no estaba detenida, fue puesta bajo arresto domiciliario. Incapaz de soportar la presión, su marido incluso se fue de casa por un período prolongado de tiempo.
Concluyó su denuncia penal exponiendo que la persecución de Falun Gong no solo trajo daños irreparables a su cuerpo, sino que también causó un enorme dolor emocional en ella y en su familia.
Abuso implacable desde febrero de 2000
Después de ser arrestada en febrero de 2000 cuando fue a apelar por Falun Gong en Beijing, fue brutalmente golpeada. Como resultado sus costillas se rompieron y no fue liberada hasta 30 días después. Su familia se vio obligada a pagar más de 13.000 yuanes.
Nuevamente 5 meses después, la policía la tomó bajo custodia, deteniéndola durante otros 30 días. Hacía mucho calor durante el período de su detención y contrajo la sarna. Nuevamente su familia fue obligada a pagar una enorme multa, esta vez 32.000 yuanes. Su jefe la despidió poco después.
En 2002 y para evitar nuevos arrestos, se vio obligada a vivir fuera de su hogar durante más de medio año.
En 2005, fue detenida en su casa y recibió 2 años de trabajo forzado. Más tarde se le permitió cumplir su condena fuera del campo de trabajo después de que desarrolló síntomas de alta presión arterial.
En octubre de 2007, cuando fue arrestada de nuevo y llevada a un centro de lavado de cerebro, la policía también obligó a su esposo a acompañarla durante toda la detención de 13 días. Su esposo estaba traumatizado por la experiencia.
El 7 de mayo de 2008 fue arrestada por 5.ª vez y luego sentenciada a 5 años de prisión. El juez, sin embargo, nunca le dio un veredicto. Ella fue brutalmente torturada durante su detención y su pierna resultó gravemente herida como resultado. Su salud también se deterioró rápidamente y sufrió de alta presión arterial y cálculos renales.