(Minghui.org) Me arrestaron en abril de 2014. La policía irrumpió en mi casa y fui emboscado por la policía cuando estaba llegando. Mi computadora estaba encendida cuando eso ocurrió y mi archivos documentando la persecución, los números de practicantes y otra información relacionada a frenar la persecución fue extraída y copiada.
Los agentes de seguridad nacional pensaron que habían arrestado a un practicante "clave" y afirmaron que se asegurarían de que me dieran una sentencia pesada. Se jactaron de que planearían una detención masiva de practicantes locales usando la información de mi computadora.
Tranquilo, pedí por ayuda al Maestro: “Por favor, deja que el material de aclaración de la verdad que los policías confiscaron tenga un positivo efecto en salvar seres consientes”.
Al principio me dio una sacudida cada vez que escuchaba a los guardias decir cosas como "acusación", "poner a juicio", "entregar una condena" o "enviar a prisión". Incluso me pregunté qué haría si algo me sucediera.
Luego me calmé y comencé a mirar adentro, supe que continuaba con apegos a la vanidad, sentimentalismo, y especialmente a la vida y la muerte. Después de que dejé ir esos apegos, no estuve más afectado por lo que cualquiera decía o por el ambiente del mal en el centro de detención.
Un día un abogado vino a verme. Le dije acerca del lenguaje sucio que los presos usaban y cómo ellos hacían un mal efecto en mi cultivación. Me dijo: “Ellos han sido envenenados por el partido comunista chino. No tienen sentido de la decencia, porque el PCCh ha destruido los valores morales”.
Luego de oír su explicación acerca de la población de reclusos, estuve abierto a eliminar mi resentimiento por los presos. En cambio, sentí compasión por ellos.
Los presos pronto se volvieron amigables. Supe que el ambiente había cambiado como resultado de los cambios en mi mente. Con compasión, les conté la verdad acerca de Falun Dafa. Consecuentemente, ellos estaban felices y seguros de que sería liberado.
Una mañana, un guardia abrió las rejas y gritó mi nombre. Dijo: “Empaca, te puedes ir a casa”.
Muchos de los reclusos se acercaron y me despidieron. Ellos sabían que Falun Dafa era maravilloso y me dijeron que no querían ver a ningún otro practicante detenido.
La persona a cargo de la oficina local de la división de seguridad nacional, esperó afuera del centro de detención. Aunque me negué a firmar el papel para mi liberación, me dijo que él no tenía que llevarme al departamento de la policía para encargarse de los papeles. Sólo me dejó ir a casa con mi familia.
Gracias la protección benevolente del Maestro, y los pensamientos y acciones rectas de mis compañeros practicantes, fui liberado sin tener que firmar ningún documento ni dar alguna “confesión” durante el mes que estuve ilegalmente detenido.
No importa donde nos encontremos, somos responsables de validar Dafa y salvar seres conscientes. Incluso si hemos sido arrestados y estamos cumpliendo condena en prisión o estamos en el sistema legal, es nuestra responsabilidad dejar que la gente sepa la verdad sobre Dafa.