(Minghui.org) Tengo 75 años. Antes de volverme un practicante en julio de 1998, sufría por diferentes tipos de enfermedades. En 1993, estuve a punto de morir mientras estaba siendo tratado por un absceso pancreático. Luego de practicar Falun Dada, me volví en forma y saludable.
El Maestro dijo:
“Pero hay un criterio, el tiempo de vida que sobrepasa el curso de vida determinado originalmente por el Cielo –el tiempo de vida que es prolongado posteriomente– es enteramente para que refines gong, así que una mínima desviación de tu pensamiento trae peligro para tu vida, porque el curso de tu vida ha pasado hace tiempo” (Zhuan Falun).
Tengo un apego obstinado a ver telenovelas. En abril de este año, miré un programa por una semana sin detenerme. Algunos días después, descubrí que había perdido mi audición en el oído derecho. Me había relajado en la cultivación.
Me sentí mareado y extremadamente incómodo luego de enviar pensamientos rectos. Grité por ayuda al Maestro. Me dije que no aceptaría los arreglos de las viejas fuerzas. Me cultivaré rectamente hasta el final y seguiré al Maestro a casa.
Algunos minutos luego, el malestar se alivió un poco, pero pronto me sentí enfermo de nuevo.
Mi apego a mirar telenovelas estaba desde hacía un tiempo. En el 2004, yo estaba mirando novelas coreanas. Luego un día repentinamente vomité y tuve diarrea. En 2014, vi episodio tras episodio de otra serie de televisión durante medio mes. Todos los días, terminaba un episodio y estudiaba el Fa. Estaba tan cansada que no podía permanecer despierta mientras estudiaba el Fa.
De repente, tuve síntomas de un derrame cerebral hasta altas horas de la noche. Mi familia quería llevarme al hospital, pero me rehusé. Les aseguré que el Maestro se ocuparía de mí. Unos días después me recuperé.
Por lo tanto, supe que la causa de mi incomodidad fue mi apego a mirar programas de televisión. Debido a esta obsesión, no he sido diligente haciendo las tres cosas bien. Estaba estudiando el Fa como una formalidad y no prestaba atención a lo que estaba leyendo. A menudo me dormía mientras enviaba pensamientos rectos. No invertí mucho tiempo saliendo para contarle a la gente los hechos acerca de la persecución. En casa, perdía mi temperamento de vez en vez.
Supe que me había equivocado. Luego de perder mi audición en un oído, no envié pensamientos rectos para eliminar las interferencias de las viejas fuerzas. Tampoco miré hacia dentro.
Ahora entiendo la gravedad de mi apego y su impacto en mi cultivación. Shifu ha extendido la vida de los practicantes mayores para que podamos ayudar a salvar a los seres conscientes. De verdad, he decepcionado a Shifu.
Prometo a Shifu que seré diligente en la cultivación desde ahora en mi vida limitada.