(Minghui.org) La tarde del 29 de mayo de 2017, la familia del Sr. Huaigen Cheng recibió una llamada telefónica inesperada desde la cárcel de Jiazhou, en la cual se les informaba de que el Sr. Cheng había entrado en coma y se encontraba a punto de morir.
Las autoridades de la prisión solo permitieron que su esposa lo viera por última vez. La amenazaron con arrestarla si se acercaba a él.
El Sr. Huaigen Cheng y su esposa practicaban Falun Gong (También conocido como Falun Dafa), una práctica espiritual perseguida por el partido comunista chino desde 1999.
Cuando el hermano y el hijo del Sr. Cheng, junto con otros cinco familiares fueron a visitarlo a la cárcel al día siguiente les dijeron que ya había fallecido.
El Sr. Huaigen Cheng.
La inesperada muerte, a los 54 años, del Sr. Cheng le sobrevino solo ocho meses después de que fuera recluido en la cárcel de Jiazhou de la ciudad de Leshan. Cumplía una condena de cuatro años por colocar un cartel en el que se leía: “El mundo necesita Verdad-Benevolencia-Tolerancia”.
La cárcel no dio explicaciones a sus familiares sobre las circunstancias en las que se produjo la muerte. Un rápido examen de su cuerpo no mostró heridas ni hematomas. Después de que su familia aceptara cremar su cadáver, la prisión permitió que se llevaran el cuerpo de vuelta a su casa en la ciudad de Chengdu. La institución penitenciaria decidió pagar los gastos del funeral y compensar a su familia con 10.000 yuanes.
Los familiares del Sr. Cheng dijeron que no conocían las condiciones de vida ni las condiciones físicas que había soportado en prisión, y que no descartaban la posibilidad de que hubiera sido torturado.
El Sr. Cheng trabajaba en una fábrica de comida de la ciudad de Chengdu, en la provincia de Sichuan. Empezó a sufrir asma en 1992; con el tiempo la enfermedad fue empeorando e incluso llegó a amenazar su vida algunos años después. Tenía que ser trasladado de urgencia cada vez que sufría una crisis de asma aguda.
Empezó a practicar Falun Gong en 2006 y su asma desapareció al poco tiempo. Profundamente agradecido por los mejoras que le había traído Falun Gong a su salud, le habló de la práctica a toda la gente de su entorno. Para celebrar el 23.er aniversario de la difusión en público de Falun Gong, colocó un cartel en su vecindario que decía: “El mundo necesita Verdad-Benevolencia-Tolerancia”, el 13 de mayo de 2015.
Su valeroso acto, sin embargo, hizo que la policía acosara a los practicantes de Falun Gong locales. Varios practicantes fueron conducidos a la comisaría, donde la policía les tomó sus datos biométricos, muestra de sangre y ADN.
El Sr. Cheng fue arrestado el 3 de junio de 2015. Su arresto fue autorizado y acreditado el 3 de julio. Permaneció retenido en el centro de detención del condado de Shuangliu. Su asma reapareció durante este período y tuvo que ser trasladado varias veces para que lo trataran de emergencia en el hospital.
Cuando lo juzgaron en el tribunal del distrito de Shuangliu el 10 de junio de 2016, después de llevar un año detenido, presentaba un aspecto demacrado. Temiendo que padeciera un ataque de asma en pleno juicio, la policía preparó que una ambulancia esperara a las puertas del juzgado.
A pesar de que su abogado basara su defensa en su inocencia, también que no existe una base legal para la persecución contra Falun Gong y del hecho de que el Sr. Cheng no causó ningún daño a nadie al colocar el cartel, el juez presidente lo condenó a cuatro años de prisión.
Su familia apeló la sentencia. No obstante, el centro de detención lo envió a la cárcel de Jiazhou, en la ciudad de Leshan, sin informar a su familia. No permitieron que su esposa lo visitara aduciendo a que también practica Falun Gong.
La cárcel de Jiazhou está controlada por la administración de la cárcel de Sichuan. A principios de 2010, todos los practicantes varones de Falun Gong de Sichuan, que habían sido condenados por su fe, eran enviados allí.
Los guardias usan métodos coercitivos para forzar a los practicantes a renunciar a la práctica. Aquellos que se niegan a escribir la declaración de renuncia son enviados a un pabellón especial donde se intensifica la tortura, que incluye hacerles pasar hambre o mantenerlos sentados con una de sus piernas cruzada durante larguísimos períodos de tiempo.
Cuando el Sr. Dingcheng Huang, practicante de Falun Dafa, fue sacado del pabellón, sus piernas sufrían una grave deformación. No pudo caminar con normalidad hasta pasados dos meses.
A otro practicante, el Sr. Shaolin Ming, los guardias le propinaron descargas con un bastón eléctrico en su cabeza.