(Minghui.org) Todo comenzó cuando algunos practicantes me señalaron que cuando hablaba con los demás, mis palabras carecían de bondad. Este fenómeno aún se hacía más evidente en los momentos en que no estaba de acuerdo con alguna cosa, incluso yo lo había llegado a notar.
Buscando mi apego fundamental
Me empezó a preocupar porque mis palabras se volvían cada vez más sarcásticas, irónicas y ofensivas. Cuando me pasaba esto, era porque miraba hacia fuera. En esos momentos, me enfurecía y desarrollaba resentimiento y quejas.
Miré hacia dentro buscando mis apegos y hallé: competitividad, envidia y búsqueda de fama. Intenté por todos los medios posibles abandonar y resistirme a estos apegos, pero los resultados estaban lejos de ser los ideales. Un año después, logré encontrar mi apego fundamental: mi autocontrol era muy limitado e indolente.
El Maestro me iluminó
Un día, mientras paseaba, se me reveló esta enseñanza del Maestro repentinamente:
“Les cuento a todos una historia de la religión budista: en el pasado, hubo alguien que con gran esfuerzo se cultivó hasta el estado de luohan. Estaba a punto de obtener el Fruto Recto y convertirse en luohan, ¿puede no alegrarse? ¡Está por saltar afuera de Tres Reinos! Sin embargo, esa alegría es un corazón de apego, un corazón de exultación. Un luohan debe mantenerse en wuwei, con un corazón inamovible; entonces él cayó y su cultivación resultó en vano”. (Zhuan Falun).
Me detuve en seco. El apego a la exultación es una cosa seria, pero era algo que siempre había pasado por alto. La exultación puede impedir que un cultivador alcance la perfección.
Mi falta de bondad hacia los demás se basaba en la idea de que sentía que me cultivaba mejor que los demás. La exultación me había llevado a creer que me había cultivado bien. Cuando descubrí esto quedé devastado. Por supuesto, este apego no se había materializado de la noche a la mañana. Al volver la vista atrás y observar mi camino de cultivación, comprendí que mi apego a la exultación se había ido formando a través de los elogios tanto propios como de los demás
La formación de la exultación
En primer lugar, comprendí que siempre contribuía a agravar el problema porque me emocionaba mucho en cuanto algo me salía bien. Cuando alguno de mis artículos era publicado en la página web de Minghui, o bien desarrollaba algún tipo de habilidad sobrenatural o hacía algo mejor que los demás, siempre me ponía verdaderamente nervioso. Incluso escuchaba una voz interna que me elogiaba diciendo: ¡Bien hecho! ¡Así se hace!
Las personas tienden a alarmarse y ser diligentes cuando se encuentran con tribulaciones, pero cuando se encuentran felices tienden a aflojar. Antes, solía pensar que podía controlar mis emociones, pero ahora tenía que admitir que me equivocaba. Poco a poco había ido desviándome sin darme cuenta. Lentamente, empezó a parecerme que mi entendimiento era el único que era correcto y cuando alguien se enfrentaba conmigo, le guardaba rencor.
También caí víctima de los elogios de los demás. Siempre que hablaba sobre lo que veía en otras dimensiones, los compañeros practicantes mostraban mucho interés. La atención que me prestaban estimulaba mi exultación. Entonces, empecé a añadir mis propios entendimientos a mis descripciones. En cuanto los demás aceptaban mis ideas, me sentía feliz. Entonces empecé a poner más entusiasmo en ayudar a los demás compartiendo y mis propios entendimientos crecieron con fuerza. Sin que lo notara, mi exultación me había llevado a pensar que estaba por encima de los demás practicantes, cuando en realidad, ya había caído.
El Maestro nos dijo:
“Todos ustedes son una partícula. Y ante mis ojos, nadie es mejor que ningún otro, ya que yo levanté a todos con mi mano al mismo tiempo. (Aplausos) Cuando se trata de hacer algo, algunos son más capaces en ciertas cosas, algunos en otras; definitivamente no debes dejar correr tu imaginación desenfrenadamente basado en eso. Dices que tienes grandes habilidades y cosas así por el estilo, ¡pero todo eso te fue otorgado por el Fa! En realidad, no funcionaría si fallaras en obtener ese nivel de capacidades. La rectificación del Fa requiere que tu sabiduría alcance ese punto, por lo tanto, definitivamente no debes pensar que eres tan capaz”. (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003).
El Maestro enseñó este Fa hace mucho tiempo, pero lo había olvidado. Solo soy una partícula diminuta de Dafa. Mi vida entera me ha sido otorgada por Dafa, ¿Como podía adjudicarme algún mérito? ¡Qué pensamientos tan egoístas y despreciables! ¿Como conseguiría asimilarme al nuevo cosmos y alcanzar el reino de desinterés y altruismo, si seguía teniendo estos pensamientos egoístas?
Encontrando el causa principal de mi falta de bondad
En cuanto me apegaba al yo, me creía superior a todos y no era capaz de reconocer la bondad en los demás. La exultación era el origen de mi falta de bondad. Después de darme cuenta de esto, logré que el apego se debilitara. Ahora puedo reconocer los puntos fuertes, los méritos y las virtudes de cada uno de mis compañeros practicantes.
También veo más claramente el rumbo que tomará mi cultivación en el futuro. A menudo noto una corriente caliente de paz y tranquilidad que recorre todo mi cuerpo. Creo que la bondad es algo parecido.