(Minghui.org) El 25 de abril de 2017, fue el 18.º aniversario en el cual aproximadamente 10.000 practicantes de Falun Dafa pacíficamente protestaron en la central gubernamental en Beijing. Fui lo suficiente afortunado de ser uno de los cuales experimentó ese extraordinario momento en la historia de China.

Practicantes de diferentes provincias, diferentes clases sociales, y múltiples generaciones todos se quedaron quietos afuera de la oficina de apelaciones cerca del recinto de gobierno por 12 horas. Aunque de pie allí desde la mañana hasta la noche, ninguno se quejó o sintió miedo. No había sermoneos, ni gritos, ni ningún cartel. Mientras esperaban, algunos estudiaban silenciosamente los libros de Falun Gong o practicaba los ejercicios. El grupo entero estaba rodeado de una atmósfera de serenidad y solidaridad.

Comencé a practicar Falun Gong en 1995. En 1999, fui a Beijing para estar con mi hija y cuidar a su hijo recién nacido. Dos vecinos de mi suegro eran practicantes de Falun Gong. Me llevaron con ellos a estudiar el Fa cada noche y a practicar los ejercicios en el parque cada mañana.

Uniéndome orgullosamente a la Protesta Pacífica

La noche antes del evento del 25 de abril, el coordinador local nos dijo que no habría práctica en la mañana del día siguiente porque los practicantes cerca de Tianjin vendrían a Beijing a apelar por el derecho a practicar Falun Gong, y para la liberación de 45 de sus compañeros practicantes que habían sido arrestados. Nos dieron la bienvenida a apoyarlos.

Pensamos que necesitábamos unirnos a la apelación para proteger la reputación de Falun Gong y para defender nuestro derecho a la libertad de creencia.

Pero ese día (25 de abril) era también el cumpleaños del primer mes de mi nieta, y había una gran celebración planeada. Luego hablé con mi familia y los convencí para que me dejaran asistir a la apelación en Beijing.

A las 6 a.m., tres practicantes locales y yo salimos juntos. Llegamos cerca de la oficina central de apelaciones, la cual estaba cerca de Zhongnanhai (el recinto central gubernamental del partido comunista chino). Un oficial de policía nos dirigió hacia la calle Fuyou.

Practicantes de todos los países

Más practicantes empezaron a aparecer, y todos se pararon en la acera frente a Zhongnanhai. La mayoría de nosotros no nos conocíamos. Silenciosamente asentimos con la cabeza en señal de reconocimiento, o preguntábamos en voz baja: "¿De dónde eres?". Todos estaban tranquilamente de pie o leyendo.

Entonces escuché el sonido de aplausos para el primer ministro. Estaba de camino a su oficina y vio la gran multitud. Nos pidió que no nos preocupáramos y elegimos representantes para que entraran en el recinto para hablar.

Compañeros practicantes a mi alrededor eran de la provincia de Henan, Zhengzhou, Baoding, Qinhuangdao, Tianjin, Handan y Beijing.

Una practicante de Beijing de unos 50 años fue confrontada por su familia que le pidió que se fuera a casa con ellos. Ella calmadamente dijo que vino a apelar al gobierno con la verdad sobre Falun Gong, y que no había nada de que temer. ¡No fue una mala acción! Ella insistió en quedarse.

Comportamiento ordenado y resolución pacífica

Había un baño público no muy lejos de nuestro lugar. Vi a los practicantes esperando en la fila allí. No había multitud, no había voces fuertes y nadie necesitaba preocuparse por el orden.

A las 11:00 de la mañana, los practicantes de Beijing, en varios grupos, vinieron a recoger artículos desechados, tales como restos de papel, botellas de agua y colillas de cigarrillos dejadas por agentes de policía. Tenían grandes bolsas y caminaban de un lado a otro para recoger la basura. Así que la calle principal y las aceras estaban muy limpias.

A cinco representantes se les permitió ir dentro de Zhongnanhai a la hora del almuerzo. Después de las 14:00 hs, los agentes de policía caminaron hacia adelante y hacia atrás en el medio de la carretera pidiéndonos que nos retiremos. Pero nos quedamos a esperar las noticias de nuestros representantes. Después de las 17:00 hs, a otros tres representantes se les permitió ir dentro de Zhongnanhai para hablar.

Por la noche, hubo noticias de que el gobierno nos respondería, y nos pidieron que nos fuéramos. Así que, en poco tiempo, la multitud se dispersó en silencio como una suave brisa.