(Minghui.org) Cuando era niño, era muy egocéntrico y desarrollé una mentalidad competitiva muy fuerte debido a la influencia de la cultura del partido.
Admiraba a la gente que era buena debatiendo en programas de televisión. Cada vez que veía esos programas, aprendía sus técnicas lo mejor que podía.
Cuando otros estaban de acuerdo conmigo, estaba feliz y pensaba muy bien de mí mismo. Pero cuando no estaban de acuerdo conmigo, pensaba que no sabían tanto como yo. Cuando hablaba con mis amigos, siempre pensaba que era mejor que ellos. A veces me emocionaba tanto que levantaba mi voz y sonaba como si estuviera discutiendo.
Después de que comencé a practicar Falun Dafa, pensé que hacía bien mi cultivación echando fuera mi competitividad. Pero conforme pasaba el tiempo, me di cuenta de que ese no era el caso. La mentalidad de lucha estaba tan profundamente arraigada en mí que se manifestaría incluso, cuando hablaba con la gente acerca de Falun Gong.
Por ejemplo, me gustaba usar ejemplos extremos y hacer preguntas retóricas. Si alguien no aprobaba lo que decía, encontraría todo tipo de ejemplos para convencer a la persona. Y si todavía no escuchaban, me impacientaba y pensaba que la persona no podía ser salvada. Mi fuerte mentalidad competitiva me impidió desarrollar la compasión por los seres conscientes.
A veces no sólo se manifestaba en mi vida cotidiana: el Maestro también me revelaría en mis sueños lo fuerte que era mi apego.
El otro día soñé que estaba en una clase de ciencias políticas en la escuela secundaria. La mayor parte de lo que el maestro hablaba era de lo magnífico que era el régimen comunista. Escuchaba escasamente cuando de repente comenzó a difamar a Falun Gong.
Me enojé tanto que me levanté y comencé a pelear con él. La sensación de enojo era tan real -se sentía como si esto fuera algo que había estado reteniendo durante mucho tiempo, tal que repentinamente explotó. Toda la clase me estaba mirando, y el maestro no sabía qué hacer conmigo.
Tras despertar, todavía me sentía muy enojado. Estaba impactado. ¿Por qué mi mentalidad competitiva era tan fuerte? En otros sueños, también, me había peleado físicamente con otros después de conversaciones acaloradas. Me estaba comportando como una persona diferente en mis sueños, alguien que estaba lleno de ira, odio, y el deseo de pelear.
De pronto recordé lo que el Maestro dijo una vez:
“Un practicante dijo que no tenía ningún problema durante el día, pero sí en los sueños. Eso demuestra que en lo profundo de sus pensamientos aún no hay solidez, y se le probó en el sueño para ver si era sólido o no”. (Exponiendo el Fa en Sídney).
Me di cuenta de que, mientras estaba despierto, mi mentalidad competitiva estaba escondida profundamente dentro de mí, porque me preocupaba perder la cara. Debido a esto, me abstuve de ser vencido por mi temperamento frente a otros.
Pero de hecho, la competitividad se manifestaba aún cuando clarificaba los hechos. Para mí, era natural cuestionar a quienquiera con quien estuviera hablando para probar que yo tenía razón. Nunca pensé que hubiera algo malo en eso.
Sin embargo, cuando me puse en sus zapatos, de pronto me di cuenta de que mi agresividad había herido los sentimientos de muchas personas. Entonces mucha gente perdió interés en hablar conmigo y evitó tener que ver conmigo después.
Lo que quiero hacer es salvar a los seres conscientes, y no apartarlos. Mi tono beligerante -una manifestación de la cultura del partido dentro de mí- haría que los demás se desviaran. Mientras mis palabras estén teñidas por esta impureza, no pueden ser lo suficientemente puras para eliminar los factores malignos detrás de los seres conscientes o mostrar la belleza de Dafa.
Me di cuenta de que mi competitividad era mucho más que un apego ordinario. Estaba influyendo en cómo validaba el Fa y salvaba a los seres conscientes. Y si no me daba cuenta de la seriedad de este problema, podría ser aprovechado por el mal, amplificándolo. La razón por la que aclaramos los hechos y exponemos los crímenes del partido, es salvar a la gente, no demostrar que tenemos razón.
Tras darme cuenta de mi problema, he prestado especial atención a mi tono de voz y la elección de mis palabras. Me ponía en los zapatos de otras personas y preguntaba si querría oír lo que yo decía. Mientras cultivaba gradualmente mi competitividad, sentí que me estaba volviendo más tranquilo y amigable.
El Maestro dijo:
“El pensamiento humano tiene una debilidad, y ustedes han descubierto esto con el pasar de los años al aclarar la verdad: la primera idea que se les mete queda fijada.(Risas) Una vez que una persona acepta cierta idea, evaluará lo siguiente en base a esa idea”. (Enseñando el Fa en la reunión de NTDTV).
Las primeras impresiones son realmente importantes. Si alguien nunca ha hablado con un practicante de Dafas, él hará un juicio basado en cómo nos comportamos. Sólo cuando hablamos con las personas con bondad pura y compasión, podemos tocar el corazón de la persona y verdaderamente salvarlas.