(Minghui.org) Tengo una vecina con la que había hablado acerca de Falun Dafa hace algún tiempo. Pero no estaba interesada en escucharme en ese momento y no quiso renunciar al partido comunista chino (PCCh).
Cuando la encontré en el autobús tiempo después, estaba inusualmente amable. Me pidió que me sentara a su lado para que pudiéramos hablar. "Creo que Falun Dafa es bueno y los practicantes de Falun Dafa son gente amable", dijo. "¿Puedes ayudarme a renunciar al PCCh?".
Tenía curiosidad y le pregunté, "Claro, pero ¿qué te hizo cambiar de opinión?”.
Resultó que ella trabajaba para un jefe de oficina como niñera. La familia tenía una actitud negativa hacia Falun Dafa, ya que creían las mentiras y propaganda del partido comunista chino sobre la práctica. Esto tuvo una gran influencia en ella.
La única motivación de la familia en la vida era ganar dinero, pero su hijo fue llevado a un centro de detención por traficar drogas. Fue intimidado y golpeado por los reclusos. Había pasado de una vida de privilegio y comodidades a ser aterrorizado en la cárcel.
El hijo le dijo a su familia que, en el centro de detención, nunca le dieron una manta y a nadie parecía importarle. Varios practicantes de Falun Dafa fueron detenidos en ese centro de detención, y uno le dio una manta, le hizo sitio para que durmiera y lo trató con amabilidad. Los practicantes le hablaron de Falun Dafa y de cómo ser una buena persona, lo que lo convenció de renunciar al PCCh. Los practicantes se ocupaban de él, asegurándose de que tuviera comida, e hicieron los peores trabajos para que el hijo no tuviera que hacerlo.
Pronto fue liberado del centro de detención sin motivo aparente. Pensó que su padre había dispuesto su liberación, pero su padre le dijo que nadie aceptaba sus sobornos. Sus padres habían perdido la esperanza, y su madre lloraba todos los días.
El hijo se dio cuenta de que había sido puesto en libertad porque había ganado una buena opinión de Falun Dafa y había renunciado al PCCh.
El hijo le dijo a su familia que la mayoría de los internos en el centro de detención eran maleducados y desagradables. En cambio, los practicantes de Falun Dafa estaban siempre de buen humor. Ponían las necesidades de los otros reclusos en primer lugar, y poco a poco el estado de ánimo de los internos mejoró y ya no se quejaban mas.
Los practicantes le enseñaron a recitar: "Falun Dafa es bueno, Verdad-Benevolencia-Tolerancia es buena". Se dio cuenta de que se había desviado por la propaganda del PCCh sobre Falun Dafa pero ahora sabía que Falun Dafa era maravilloso. Dijo que iba a contar su historia a cualquiera que dijera lo contrario y que quería ser una buena persona.
Mi vecina dijo que estaba muy emocionada después de escuchar su historia. Me dijo: "Ahora la familia del jefe de la oficina cree que Falun Dafa es bueno, y yo también. Ahora quiero renunciar al PCCh para tener un buen futuro".
Le prometí que la ayudaría a renunciar y le pedí que contara esa historia a su familia y amigos para que también pudieran tener buenos futuros. Me prometió que así lo haría.
Estoy feliz por mi vecina y la familia del jefe de la oficina. Tantas personas más tendrán ahora un buen futuro.