(Minghui.org) He estado practicando Falun Dafa por más de 20 años y antes de tomar la práctica estuve muy enfermo durante ocho años. Los doctores dijeron que mis infermedades no podían ser curadas. Mi familia usó todos sus ahorros para pagar mis gastos médicos.
Cuando encontré Falun Dafa, estaba en un punto bajo en mi vida. Mis enfermedades desaparecieron en meses luego de comenzar a estudiar el Fa y practicar los ejercicios. Cuando regresé a trabajar mis colegas, compañeros de clase, amigos y familia quedaron sorprendidos del maravilloso poder de Dafa.
Cuando mi lugar de trabajo tuvo problemas financieros, me despidieron. Encontré trabajo temporalmente en un pequeño kiosco que vendía bebidas. Estaba frente a un grande centro comercial, así que había muchos clientes. Nuestros clientes compraban agua mineral, bebidas gaseosas, helado y cigarros. Durante el invierno, servíamos bebidas calientes, té y jugo.
Mi jefa, una señora de 70 años de edad, era muy exigente. Siempre nos exigía lo máximo y solía regañarnos por cualquier pequeño error. Al comienzo vacilaba si me dejaba hablar con los clientes sobre Falun Dafa, pero se convenció de la bondad de Dafa luego que le conté mis experiencias personales.
Trabajé duro, solía ofrecerme a hacer tareas extras, como buscar el agua en el centro comercial, y reaprovisionar el refrigerador. Cuando la jefa no estaba presente, otros empleados se aprovechaban y trataban de llevarse bebidas, helado, o hasta dinero. Flojeaban o hablaban por teléfono, pero yo me negaba a hacer cualquier cosa deshonesta. Mi jefa se dio cuenta de mi buena ética de trabajo. Solía escucharla hablando con familiares y amigos: "Quienes practican Falun Dafa realmente son buenas personas. Puedo dejar el negocio en sus manos con tranquilidad". De allí en adelante, no le importó si hablaba con los clientes sobre Falun Dafa.
Una vez le di erróneamente a un cliente cambio de 100 yuanes, cuando él sólo me había dado 50 yuanes. Me di cuenta de mi error, le conté a mi jefa y ofrecí pagar la diferencia. Ella se impresionó y me dijo: "¿Cómo puede existir alguien tan bueno? Si no hubieras dicho nada, nadie se habría dado cuenta". Le dije: "Soy un practicante de Falun Dafa y me adhiero a los estándares de Verdad-Benevolencia-Tolerancia". Intenté darle 50 yuanes, pero se negó a aceptar el dinero. Entonces, me dijo que era la primera vez que había conocido a una persona realmente buena.
Poco después. algunos practicantes decidieron iniciar un negocio y me pidieron que me uniera a su compañía. Me ofrecieron mejor salario y horas de trabajo que en mi empleo actual. La oferta fue realmente tentadora. Luego me di cuenta que pronto llegaría el verano y mi jefa tendría dificultades para conseguir y entrenar un reemplazo rápidamente. Recordé las enseñanzas del Fa sobre siempre pensar en los demás. Decidí rechazar la oferta.