(Minghui.org) Siempre que acabo encontrando mis conceptos y mis apegos, después de mirar hacia dentro, los conflictos desaparecen o eso me parece. En ese momento, mi corazón se abre y me siento realmente feliz de ser practicante.
Durante mucho tiempo he creído que se me daba bien mirar hacia dentro. Recientemente, el Fa del Maestro me despertó.
“¿Cuántos de ustedes pueden permanecer serenos y buscar la razón de su parte cuando se enfrentan con la crítica y el reto de otros?”. (Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles)
Aunque miraba hacia dentro, rara vez permanecía serena e imperturbable. En cuanto me veía en medio de un conflicto, rápidamente me volvía infeliz e irracional. Solo después de comprender esto, empecé a mirar hacia dentro de verdad.
Todo ocurre por alguna razón
Cuando intenté que varias practicantes dejaran de criticar a otras a sus espaldas, una de ellas me acusó de que nunca le señalaba sus problemas a los demás. Intenté razonar con ella, pero en lugar de mostrarse racional, discutió conmigo y me regañó.
Aunque no le respondí del mismo modo, me disgusté y me sentí ofendida. Entonces, recordé el Fa del Maestro: “Sea que tengas razón o no, debes examinarte a ti mismo”. (Exponiendo el Fa en la ciudad de Los Ángeles). Pero seguí sintiéndome molesta.
Después de regresar a casa, conseguí calmarme y mirar hacia dentro. Sabía que no debía alegrarme cuando mi opinión era aceptada, ni enojarme cuando la rechazaban. Era mi apego a la fama. Me alegraba cuando otros practicantes me elogiaban y me entristecía cuando me criticaban. ¿No era éste un apego a ser elogiada? Cuando esa practicante me trataba de forma agradable, pensaba muy bien acerca de ella, pero cuando me criticaba pensaba que era mala.
Me di cuenta de que todo sucede por alguna razón, y que el Maestro se valía de esto para señalar mis nociones humanas.
Cuando reflexioné sobre el tema en mayor profundidad, comprendí que me inquietaba afrontar ciertos asuntos. Quería que las demás practicantes aceptaran mi opinión y fueran atentas conmigo. En cuanto le guardé rencor a otras practicantes, en realidad, dejé de ser una cultivadora. Por lo tanto, el Maestro quiso elevar mi estándar y que encontrara la razón escondida detrás del asunto en cuestión.
Palo de advertencia
Todo lo que hacemos en nuestra cultivación, incluyendo cada uno de nuestros pensamientos, tiene un impacto directo en cómo de bien podemos aclarar la verdad sobre Dafa a las personas. Es importante que miremos dentro y rectifiquemos cada pensamiento, en tiempo y forma, cada vez que nos surjan interferencias durante la aclaración de la verdad.
En una ocasión, creí que un señor no me estaba tomando en serio cuando le aclaraba la verdad, debido a su expresión facial. Pensé que yo no le gustaba y me alejé de él. Después mis familiares fueron a contarle la verdad sobre la persecución. Incluso después de que ese hombre hubo renunciado al partido y a sus organizaciones afiliadas llegué a decirle a mi familia que ese hombre no me gustaba.
Después de eso, todas las personas con las que intentaba hablar sobre Dafa se negaban a escucharme e incluso me amenazaban con denunciarme a la policía. Miré hacia dentro y descubrí que la mentalidad surgió porque no me agradaba ese hombre, estaba obstaculizando mi labor de aclaración de la verdad. Como practicante, no podía sentirme disgustada a causa de la gente. No podía permitir que eso me afectara. Eliminé este pensamiento negativo. Entonces, la gente empezó a escucharme de nuevo.
Una mañana me sentía deprimida, mi actitud era pasiva y me negaba a hablar cuando mi familia estaba aclarando los hechos. Aunque hablamos con varias personas, ninguna quiso renunciar al PCCh. Mis familiares después de echarme una mirada me preguntaron qué me pasaba. En ese momento no creía que yo tuviera algo que ver con que la gente no quisiera renunciar al partido y esgrimí que simplemente estaba enviando pensamientos rectos.
Un familiar me dijo:”Te he venido observando. Tienes cara de estar furiosa y no dices ni una palabra. así que las personas a las que les hablamos les surgen dudas cuando ven tu actitud”.
Fue un palo de advertencia para mi. No solo no estaba enviando pensamientos rectos, sino que incluso mi actitud era negativa.
La maldad se aprovechaba de mis apegos. Había fallado al confundir la cultivación personal con la cultivación durante el período de la rectificación del Fa. Me decidí a demostrarle a la gente que los practicantes de Falun Dafa son rectos, abiertos, nobles, alegres y magníficos.
El Maestro dijo: “Decimos que lo bueno o lo malo vienen de un pensamiento de la persona". (Zhuan Falun).
Eliminé la sustancia que me hacía actuar negativamente, y mi expresión facial resplandeció de nuevo. Fui capaz de entablar conversaciones con una actitud abierta y las personas empezaron a renunciar al PCCh nuevamente.