(Minghui.org) Mi esposo y yo fuimos arrestados en nuestra casa en agosto de 2011 y sentenciados a cinco años de prisión por poseer materiales de Falun Gong. Poco después de nuestra liberación el 29 de agosto de 2016, la policía local nos pidió que nos reportáramos a la comisaría la mañana del 22 de marzo de 2017.
Dos oficiales femeninas de policía se sentaron con nosotros y anotaron nuestra dirección actual en primer lugar. Antes de que comenzaran a hablar, inicié la conversación contándoles mis historias:
Comencé a practicar Falun Dafa en 1996. Nuestro Maestro nos enseñó a conducirnos con base en los principios de Verdad-Compasión-Tolerancia.
El baño en mi lugar de trabajo no tenía mantenimiento y las condiciones sanitarias eran horribles. Nadie en el trabajo estaba dispuesto a tomar medidas para cuidarlo, incluso si se pagaba. Sabía que como practicante de Dafa, debía ser una buena persona, así que me ofrecí para limpiar el baño. Lo hice durante los siguientes diez años.
Trabajé en una fábrica de impresión. De acuerdo con la política de la compañía, cada pieza de material de impresión asignada a cada trabajador debía ser registrada, y los materiales no utilizados eran inventariados y devueltos al almacén. Sin embargo, yo y varios practicantes de Dafa no estuvimos restringidos por esta política, ya que nuestros supervisores tenían una confianza extraordinaria en nosotros.
Desde que empecé a practicar Dafa, he disfrutado de una gran salud y nunca necesitaba ver al médico. Nunca necesité solicitar el reembolso de mi empleador por los servicios médicos a los que tenía derecho, ahorrando así mucho dinero a la empresa.
Después de que la persecución de Falun Dafa comenzó en julio de 1999, mi esposo y yo fuimos a Beijing para hablar por Falun Dafa y fuimos arrestados. Nos sentenciaron a condena en campo de trabajo. En ese tiempo, nuestra hija era sólo una adolescente, pero tuvo que ganar dinero para sobrevivir recolectando tapas reciclables de botellas de cerveza.
Las dos mujeres policías estaban absortas en mis historias y seguían escuchando mientras continuaba contándoles acerca de mis cinco años de prisión.
Fui detenida de nuevo cuando estaba cocinando la cena en casa la noche del 29 de agosto de 2011. La policía registró mi casa y confiscaron mi computadora, impresora, papel de impresión y discos de DVD en blanco. Cuando mi marido llegó a casa del trabajo, fue arrestado también. Fuimos llevados al centro de detención de la ciudad mientras yo solo llevaba zapatillas y ropa interior larga.
Después de meses en el centro de detención, ambos fuimos sentenciados a cinco años de prisión. Me llevaron a la prisión de mujeres de la ciudad de Shenyang, y mi marido fue llevado a la prisión de la ciudad de Jinzhou, de lo cual no me notificaron, pero me enteré más tarde.
El primer día en la prisión de mujeres, los guardias me llevaron al hospital para un examen médico. Frente a media docena de hombres, un guardia de sexo masculino de repente me quitó el sujetador y todos en la habitación sonreían, mirando a mi cuerpo desnudo.
Mientras hablaba, las lágrimas rodaban por mis mejillas. Noté que las dos oficiales seguían escuchando mientras las lágrimas llenaban sus ojos.
Entonces les expliqué que Falun Dafa se ha extendido por todo el mundo y ha beneficiado a innumerables personas. Sólo en China se ha perseguido la práctica, y los funcionarios que estuvieron fuertemente involucrados en la persecución han recibido recientemente justicia bajo la forma de cargos por corrupción. Les dije que la marea parece estar cambiando.
Los dos oficiales pronto terminaron la sesión de preguntas, diciendo solamente: "Usted es libre de irse, la acompañamos afuera". Luego caminaron conmigo hasta la puerta de la comisaría.