(Minghui.org) Después del 20 de julio de 1999, fui condenado a dos años de trabajo forzado. Mientras estaba detenido, algunos ex practicantes, que habían sido engañados por las mentiras del partido comunista chino (PCCh), me hicieron leer el artículo de Shifu "Hacia la perfección" (Escrituras esenciales para mayor avance II). Querían hacerme creer que los practicantes que habían sido detenidos ya habían alcanzado la perfección y que debían dejar de practicar. También me dijeron que era injusto que el Maestro Li (el fundador de Falun Dafa) siga sufriendo por mis tribulaciones.
Me dejé convencer y me desvié. Pensando en ello, comprendí que en parte sucedió por no haber estudiado el Fa lo suficientemente bien. Su teoría tendenciosa despertó mi apego al miedo, así que me dejé arrastrado por ellos.
Fui liberado en 2001, antes de que haya terminado mi condena inicial. Luego permanecí lejos de otros practicantes, no estudié el Fa y tampoco hice los ejercicios. ¡Vivía con el temor de ser perseguido otra vez!
Puesto en libertad, pero no libre
Mi salud se deterioró y muchas de mis viejas enfermedades volvieron. A menudo tenía diarrea y sufría mucho dolor. Aunque tomaba muchos medicamentos, no tenían ningún efecto.
Me volví deprimido pensando en lo miserable que sería mi vida futura, y cómo había caído hasta el fondo. Sin embargo, el benevolente Shifu no había renunciado a mí. Él arregló que varios practicantes vinieran a ayudarme a regresar al camino de la cultivación.
Un colega del trabajo me seguía diciendo: "Shifu quiere verte regresar a la cultivación lo antes posible". También me sugirió que escribiera una declaración solemne de reanudar la cultivación. Pero mi miedo era fuerte, y no lograba llevarlo a cabo.
Finalmente, la compasión inmensa de Shifu abrió mi corazón y decidí presentar mi declaración solemne a la página web Minghui y continuar mi camino de cultivación.
Una preciosa oportunidad
Me di cuenta que Shifu me había estado cuidando y protegiendo todo el tiempo. Después de iluminarme a esto, me sentí muy seguro en mi corazón. Recitaba el Fa en mi mente en el horario de trabajo y enviaba pensamientos rectos durante el almuerzo.
No me habían asignado turnos de noche, así que me ofrecí como voluntario porque había menos gente alrededor y era más fácil enviar pensamientos rectos y recitar el Fa. Quería sumergirme en el Fa y dedicarme a Shifu y a Dafa. Recitaba con frecuencia Lunyu, Hong Yin y Escrituras esenciales para mayor avance.
Me di cuenta que, para avanzar más, necesitaba estudiar más el Fa, entonces incrementé mi tiempo de estudio. A menudo pensaba en los días cuando asistía a las conferencias del Fa de Shifu. ¡Ésos siguen siendo mis momentos más felices!
En una ocasión, me sentí sin fuerza y experimenté mucho dolor mientras hacía mi trabajo. Recordé la conferencia de Shifu:
“… cuando parezca difícil de soportar, se soporta, cuando parece difícil de hacerlo, se hace”. (Exponiendo el Fa en la conferencia de estudiantes de la región Asia-Pacífico)
Pronto después de pensar en ello, se disparó una corriente de energía a través de mi cuerpo y empecé a llorar.
En medio de una gran tribulación, Shifu me proveyó de energía y reforzó mis pensamientos rectos.
Teniendo presentes mis prioridades
La última vez fui arrestado en septiembre de 2012, por agentes de la seguridad nacional y de la oficina 610. Los mismos oficiales que me arrestaron también saquearon mi casa.
Me llevaron al centro de detención esa noche. Luché con el pensamiento de ¿por qué me pasaba una tribulación tan grande? Entonces traté de identificar todos los apegos y omisiones que me llevaron a esta situación.
¡Aquel centro de detención era un lugar muy malvado! Los guardias a menudo maldecían y golpeaban a los presos a voluntad. Sabía que los practicantes de Dafa tienen la misión de salvar a los seres conscientes. ¡Así que decidí dedicarme a esto!
Me mantuvieron en la sección de los recién llegados al centro de detención durante un buen rato. Pensé que debía ser el arreglo de Shifu para poder aclararles la verdad. Cada vez que entraba una nueva persona, tomaba la oportunidad para hablarle sobre Falun Dafa.
Un día, después de la comida, hablé con la persona a cargo de nuestra celda sobre la persecución que había sufrido. Él me escuchó con una mente abierta, y le ayudé a renunciar al partido comunista chino (PCCh) y a sus organizaciones afiliadas.
El preso que dormía junto a mí a menudo golpeaba y maldecía a los demás. Una noche, le dieron el aviso que había sido condenado a la pena de muerte. Hablé con él sobre Falun Dafa y le ayudé a renunciar al partido. De ahí en adelante, a menudo me hacía muchas preguntas sobre la cultivación. Gané su confianza hasta el punto que me protegía y no permitía que sea acosado por otros.
De más de 20 personas en nuestra celda, sólo dos no renunciaron a ser miembros del PCCh.
Un día, después de que había estado en el centro de detención durante nueve meses, el lado derecho de mi cuerpo repentinamente adormeció y ya no podía caminar sin ayuda. Me hicieron una tomografía computarizada en el hospital y fui diagnosticado que había teniendo un accidente cerebrovascular. El hospital quiso internarme enseguida. ¡Me negué rotundamente!
La persona a cargo del centro de detención vio cómo me había deteriorado muy rápidamente. Les pidió a otros detenidos que me vigilaran porque estaba asustado de que podría morirme mientras estaba preso.
La tarde siguiente, un guardia entró en la celda y llamó mi nombre. Me paré y me dijo: "¡Te puedes ir a casa!". No le creí y me senté nuevamente.
El guardia dijo: "¡No estoy bromeando! ¡Vas a tu casa! Tu familia está aquí, ¡así que junta tus cosas!".
Después de tener el derrame cerebral, había pensado que me podría morir. Pero era la manera en que Shifu me sacaba de la prisión y, al mismo tiempo, eliminaba algo de mi yeli (karma).
¡Falun Dafa es realmente increíble!
Todos estaban muy contentos de ver que salía de la prisión, pero estaban preocupados por mi situación. Mi lado derecho estaba completamente paralizado.
Junto con los compañeros practicantes, comencé a estudiar el Fa, hacer los ejercicios y enviar pensamientos rectos. Inicialmente no podía hablar con claridad, ni seguir lo que estaban leyendo los demás. Los compañeros practicantes me estaban alentando y me permitieron leer lentamente.
Sólo podía usar mi lado izquierdo para hacer los ejercicios. Y cuando enviaba pensamientos rectos, tenía que usar mi mano izquierda para sostener la mano derecha.
Por la noche, mis vasos sanguíneos se seguían expandiendo en la cabeza, y sentía como si iban a explotar. Pero no temía nada, porque sabía que Shifu y el Fa estaban conmigo. Cuando no podía soportarlo, sólo me levantaba y enviaba pensamientos rectos.
Al día siguiente, empecé a tener alguna sensibilidad en mi lado derecho. El tercer día, pude caminar rodeando la cama. Quince días más tarde, comencé a bajar solo las escaleras. Cuando mis parientes me vieron, ¡se quedaron aturdidos! Ellos dijeron: “¡Falun Dafa es realmente increíble!”.
En el período final del Fa, Shifu me salvó otra vez. ¡Mi gratitud es más allá de las palabras!
Creo que sólo estudiando el Fa diligentemente y haciendo las tres cosas bien, puede uno no defraudar la gracia salvadora de Shifu.