(Minghui.org) En julio de 1999, Jiang Zemin, el ex dictador chino, ordenó iniciar la persecución contra Falun Gong, una disciplina espiritual basada en el principio de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
En un intento desesperado por erradicar a Falun Gong, dictó una serie de órdenes secretas: “Difámenlos públicamente, arruínenlos económicamente y destrúyanlos físicamente”. “Matarlos a golpes será considerado suicidio”. “Quemen sus cuerpos sin verificar sus identidades”.
Bajo tales mandatos, el sistema judicial chino se convirtió en un mero instrumento que imponía condenas prefijadas de cárcel a practicantes, cuyo único crimen es negarse a renunciar a su fe.
Mientras que algunos jueces sostienen que simplemente están “siguiendo órdenes”, otros ejecutan activamente las políticas de persecución intentando llenar sus bolsillos y avanzar en sus carreras profesionales.
De cualquier forma, nos entristece ver que muchos han tenido que afrontar calamidades con el paso de los años. La cultura tradicional china sostiene que la bondad es recompensada mientras que la maldad es castigada. Como practicantes de Falun Gong, no nos gusta ver a estos jueces soportar la retribución kármica (yeli) por haber seguido ciegamente las políticas de la persecución sin ninguna base legal.
Con el corazón abatido hemos recopilado este informe especial. Esperamos que sirva para despertar a esos que todavía siguen participando en la persecución de personas inocentes. También deseamos ver a los jueces chinos salvaguardar la ley y defender el derecho constitucional, de los practicantes, a la libertad de creencia.
Minghui ha comunicado 129 casos de jueces chinos que han recibido retribución kármica (del yeli) por participar en la persecución. Algunos jueces fueron enjuiciados por corrupción o por delitos financieros, mientras que otros cometieron suicidio. Muchos más fueron los que han muerto debido a enfermedades o a lesiones, y también algunos viven aquejados de graves problemas de salud.
Los jueces afectados residen en 17 provincias y en dos municipios controlados de forma centralizada (Beijing y Shanghái).
La provincia de Liaoning ha tenido la tasa más alta de estos casos, 34, seguida de Heilongjiang y Sichuan (con 16 cada una) y Hebei (con 11). Las otras regiones notificaron tasas de una sola cifra.
En los últimos años hemos visto que China se embarcaba en una campaña anticorrupción a gran escala, que se ha dado en llamar: “capturar tigres”, haciendo referencia a funcionarios del gobierno y de alto rango del partido comunista. Cientos de “tigres”, han sido investigados o enjuiciados por corrupción.
Lo que raramente ha sido mencionado en los medios de comunicación es que muchos de esos “tigres” caídos se han visto envueltos, en distintos grados, en la persecución contra Falun Gong desde hace 17 años. En su momento, para mantener el impulso de la persecución, Jiang Zemin fomentó una atmósfera de corrupción, donde se incentivaba la obediencia de los funcionarios. Muchos consideraron la persecución a los practicantes como una posible trayectoria profesional, pero ahora se encuentran atrapados en medio de esta campaña anticorrupción.
Xi Xiaoming es uno de tales casos. Servía como vicepresidente del tribunal supremo popular y fue el juez que ocupó la cuarta posición entre los mejores valorados en China desde junio de 2004 hasta julio de 2015. Fue cesado de su cargo repentinamente en julio de 2015, y condenado a cadena perpetua en febrero de 2017 por aceptar sobornos por valor de 114 millones de yuanes ($16.72 millones de dólares americanos).
Más de 200.000 practicantes de Falun Gong han presentado denuncias criminales contra Jiang Zemin desde mayo de 2015. Ellos enviaron por correo ordinario sus querellas al tribunal supremo popular, pero este máximo tribunal redirigía la mayoría (si no todas) a las comisarías de policía locales. Como resultado, muchos practicantes fueron arrestados e incluso condenados por intentar llevar a Jiang ante la justicia.
La caida de Xi Xiaoming no es una sorpresa, debido a la participación activa del tribunal en la persecución a Falun Gong. Algunos han pronosticado que este es solo el preludio necesario para que Jiang Zemin sea conducido ante la justicia.
Por favor, lea el apéndice 1 (solo en inglés) donde se muestra una selección de casos de jueces que han sido enjuiciados, cesados o degradados.
La tarde del 9 de enero de 2013, Zhang Wanxiong, adjunto al presidente del tribunal del distrito de Liangzhou en la ciudad de Wuwei, provincia de Gansu, saltó desde el sexto piso del edificio de oficinas del palacio de justicia. No hallaron su cuerpo sin vida hasta el día siguiente.
La propaganda del partido comunista chino normalmente atribuye los suicidios de funcionarios del partido a depresiones o a enfermedades mentales. El caso de Zhang no fue una excepción. La policía comunicó que encontraron una carta de Zhang.
Mientras que la verdadera razón del suicidio de Zhang quizás nunca pueda ser descubierta, algunos en China especulaban sobre si no recibió su retribución por enviar a juicio y condenar a muchos practicantes de Falun Gong a la cárcel.
Chen Yuanchao era juez del tribunal intermedio de la ciudad de Haikou en la provincia de Hainan. En noviembre de 1999, condenó a cuatro practicantes de Falun Gong a penas que oscilaban entre los 2 y los 12 años de cárcel. Ésta fue la primera vez que un practicante era condenado por su creencia.
Luo Gan, el exsecretario general del PCCh de política central y del comité de asuntos legales, otorgó a Chen un galardón por establecer dichas condenas. También concedió un premio al tribunal criminal intermedio número 1.
Para hacer que los jueces siguieran la iniciativa de Chen e incentivarlos, Luo Gan dio publicidad a la conducta “honorable” de Chen. Su historia circuló por las televisiones controladas por el gobierno y fue usada por el PCCh para promocionar su agenda.
A Chen le diagnosticaron cáncer de pulmón en marzo de 2002, y murió en septiembre de 2003, a la edad de 52.
Por favor, lea el apéndice 2 (solo en inglés) para otros casos de muertes de jueces chinos.
Once practicantes de Falun Gong fueron procesados por el tribunal de Zhongshan de la ciudad de Dalian, provincia de Liaoning, en 2003. El juez que presidía, Liu Riqiang, tenía 35 años. En cuanto se involucró en el caso, le diagnosticaron cáncer y le tuvieron que extirpar un riñón. Se retiró del proceso debido a su mala salud.
Su sucesor, Qu Huiyong, no pudo llegar al tribunal el 2 de agosto de 2013, por que tuvo que ser hospitalizado repentinamente debido a una enfermedad cardíaca. En lugar de cancelar el juicio, el tribunal instruyó a Zhou Lixiang para que ocupara el puesto de Qu.
A pesar de que los abogados defensores protestaron por el cambio inesperado de juez presidente. Zhou recibió la orden de continuar con el proceso.
Los testigos informaron de que Zhou se comportaba de una manera extraña durante el juicio, y también de que sus colegas decían que parecía ausente. No pasó mucho tiempo antes de que fuera hospitalizado por problemas de salud desconocidos.
Por favor, lea el apéndice 3 (solo en inglés) para conocer más casos de jueces chinos que sufrieron enfermedades o lesiones.
Appendix 1: Cases of Judges Prosecuted
Appendix 2: Cases of Judges' Deaths
Appendix 3: Cases of Illness and Injury
Summary of 129 Cases of Chinese Judges Receiving Karmic Retribution