(Minghui.org) París es uno de los destinos más solicitados por los turistas chinos en Europa, y la mayoría acude a visitar a la Torre Eiffel. Hace más de diez años que los practicantes de Falun Gong instalan carteles en sus cercanías para generar conciencia sobre la persecución que mantiene el partido comunista chino (PCCh) sobre esta práctica espiritual.
Algunos turistas se detienen para conversar con los practicantes y conocer más acerca de la persecución. Después de escuchar cómo los practicantes son arrestados, torturados e incluso asesinados para robarles sus órganos en su propio país, un buen número de chinos acepta renunciar a seguir siendo miembro del PCCh.
Los practicantes de Falun Gong en las cercanías de la Torre Eiffel generan conciencia sobre la persecución a la que es sometida esta práctica espiritual en China.
Los turistas se detienen a leer los paneles informativos de los practicantes.
Un día, Jun, una practicante de Falun Gong, se topó con un grupo formado por seis estudiantes universitarios, los cuales le comunicaron que pertenecían al partido comunista. Jun les dijo: “El PCCh ha cometido innumerables crímenes y será desintegrado muy pronto. Todos sus miembros tendrán que asumir su parte de responsabilidad. Cuando se unieron al partido, alzaron sus puños y juraron trabajar y sacrificar vuestras vidas por él. Si no renuncian al partido, se los contará como miembros y tendrán que rendir cuentas llegado el momento”.
Los estudiantes renunciaron gustosamente al partido. Uno dijo: “Lo que dijo es cierto. Ahora, nuestro futuro será brillante”.
Jun añadió: “Nuestro país los necesitará en el futuro. Cuéntenle a vuestros amigos y parientes que 'Falun Dafa es bueno' y que 'Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'. Les dio a todos una dirección web para que se descargaran un programa con el que pudieran atravesar el bloqueo de Internet en China. Todos y cada uno le dieron las gracias a Jun.
Un día, cuando Jun estaba explicándole la verdad sobre la persecución a otro estudiante universitario, él lo interrumpió: “Ya renuncié al partido en China. Sé que Falun Dafa es bueno y todos en mi familia también lo saben. Pero no encuentro la manera de ayudarlos a que renuncien al partido”.
Jun le dio una tarjeta con una dirección web para que descargara el programa anti-censura. También le dio la dirección web de La Gran Época, para que publicara las renuncias al PCCh y a sus organizaciones afiliadas.
Un joven y su padre le dijeron a Jun: “Algunos de mis amigos y parientes han visitado París. Me dijeron que prestara atención a los voluntarios que están junto a la Torre Eiffel y que piden a la gente que renuncie al partido. Me contaron que había una bandera en la que se leía la frase: 'Falun Dafa es bueno'. Después de que pronunciaron esta frase, me pidieron que la repitiera”. Después, le pidió a Jun que le tomara una foto delante de la bandera.
Una pareja, de unos cincuenta años, que venía de visita a París desde Chengdu, provincia de Sichuan, elogió la iniciativa de los practicantes y los dos aceptaron renunciar al partido. El marido dijo emocionado: “La doctrina del partido comunista dice que el poder proviene del cañón de una pistola. Si alguien no se ajusta a lo que dicta el partido, es encarcelado o asesinado. Nadie se atreve a decir la verdad en China, pero todos la conocen. El PCCh tomó el poder difundiendo mentiras y ha estado engañando a la gente durante más de 60 años”.