(Minghui.org) “Ahora mismo, sin la posibilidad de realizar una investigación libre e independiente, no existen pruebas de que China haya puesto fin, verdaderamente, a la praxis cruel e ilegal de sustraer órganos a la fuerza, principalmente, a practicantes de Falun Gong, y también a cristianos y otros prisioneros de conciencia”, declaró el senador italiano Maurizio Romani, vicepresidente de la Comisión de Salud, durante una rueda de prensa, el 7 de febrero.
Dicha conferencia de prensa tuvo lugar durante la Cumbre sobre tráfico de órganos y turismo de trasplantes, organizada por la Academia de las Ciencias del Pontificio Vaticano, celebrada del 7 al 8 de febrero.
Esta rueda de prensa se celebró en respuesta a que tanto el exministro de salud chino Huang Jiefu, como el experto en la distribución de órganos, Wang Haibo, habían sido invitados para intervenir en la cumbre. En China, Huang se ha visto involucrado en el uso de prisioneros de conciencia como banco de órganos vivos. Esto no es otra cosa que un sistema de 'asesinato a la carta', con el cual se abastece a los quirófanos de órganos.
El senador italiano, Maurizio Romani, vicepresidente de la comisión de Salud, en una conferencia de prensa, el 7 de febrero de 2017.
El senador Romani, explicó que Huang Jiefu aún sigue intentando encubrir la sustracción forzada de órganos en China, a pesar de que numerosas investigaciones ya han probado que existe. “Intentar negar este crimen sería igual que intentar afirmar que el nazismo nunca existió”, manifestó. Como cirujano y miembro de DAFOH (siglas en inglés de 'Doctores Contra la Sustracción Forzada de Órganos'), apadrinó una ley (número 2937) por la que se prohibió el tráfico de órganos. Dicha ley, fue aprobada por unanimidad en noviembre de 2016. Mencionó que Italia no había sido el primer país en aprobar una legislación de estas características. Sin embargo, enfatizó que habrá que poner mucho más esfuerzo para detener la salvaje sustracción forzada de órganos en China.
“China está intentando usar al Vaticano para encubrir sus crímenes de sustracción forzada de órganos”, reportó La Repubblica, el periódico más importante de Italia. Citando un comunicado de DAFOH, describió que no existen pruebas de que se le haya puesto fin a esta mala praxis en China, así que la mera invitación de estos representantes chinos a la cumbre “era, en sí mismo, anular la finalidad de esta cumbre, ya que lo que se pretende conseguir con la celebración de ésta es erradicar esta forma de esclavitud moderna”.
La invitación de Huang y Wang a la cumbre, también generó las críticas de los expertos en medicina y de los abogados de derechos humanos de otros países. El Dr. Jacob Lavee, presidente de la Sociedad Israelí de Trasplantes, insistió en el establecimiento de un “organismo internacional competente con la autoridad requerida” al que se le posibilite conducir investigaciones sorpresa y entrevistar a los familiares de los donantes en China. “Mientras nadie tenga que rendir cuentas por lo que está ocurriendo allí... no podrá garantizarse ningún tipo de reforma ética”, informó el Christian Times, citando la intervención del Dr. Lavee sobre la situación en China.
Martin Patzelt, miembro alemán del Parlamento y miembro del Comité de Derechos Humanos, dijo que tanto él como otros funcionarios alemanes seguirán trabajando para resolver cuestiones relacionadas con los derechos humanos en China, y especialmente la sustracción forzada de órganos.
El miembro alemán del Parlamento, Martin Patzelt, perteneciente al Comité de Derechos Humanos, destacó que esta conferencia en el Vaticano es una oportunidad para que los líderes mundiales apremien a China para que detenga esta práctica inmoral. Indicó que el Parlamento Europeo aprobó una resolución en 2013 que llamaba a detener la sustracción forzada de órganos. En julio de 2016, más de la mitad de los miembros del Parlamento Europeo (MPE) firmaron la declaración escrita (2016/WD48), con la esperanza de que acabe este crimen autorizado por el estado chino.
Nicholas Bequelin, director de Amnistía Internacional en el este de Asia, dijo que los expertos ponían en duda las declaraciones de Huang, en cuanto a que China había ilegalizado la costumbre de extraer órganos a los presos ejecutados, debido a que el país ha desarrollado un eficaz programa de donación de órganos de forma voluntaria. Durante la entrevista que concedió a The Guardian, el Sr. Bequelin, señaló que China no se ha adherido a las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en cuanto a como los médicos deben determinar si una persona ha fallecido legalmente. “Ejecutan a esta persona tal día a tal hora, porque en ese momento el paciente esta listo para recibir el trasplante”, continuó: “Necesitan una cantidad de órganos para trasplantar que supera con creces la cantidad de los que ahora disponen”.
Muchas revistas de medicina han publicado artículos relacionados con la sustracción forzada de órganos en China. En un editorial publicado en el British Medical Journal, el 7 de febrero, la profesora de Ética Clínica de la Universidad Macquarie de Sídney, Wendy Rogers, describió que ninguna nueva ley, ni regulación había sido aprobado en China prohibiendo la praxis de la sustracción forzada de órganos a presos. “No se han creado leyes que posibiliten que el uso de órganos de prisioneros sea abolido. Los prisioneros siguen siendo una fuente legal de órganos siempre que ellos declaren su consentimiento antes de la ejecución, así que se favorece la sustracción continua de órganos de prisioneros ejecutados con o sin el proceso legal debido”, escribió.
Según un estudio realizado el año pasado en China y publicado en Liver International, la revista oficial de la Asociación Internacional de Estudio del Hígado, muchos profesionales de la medicina cuestionaron la procedencia de los 564 hígados trasplantados consecutivamente en la Universidad de Zhejiang. Después de que el autor del artículo no consiguiera obtener evidencias que demostraran que esos órganos provenían de donantes voluntarios, la publicación tomó la decisión de retirar el escrito.
“La falta de transparencia sobre la procedencia de los órganos en China, es la manera que tienen de ocultar el engaño. El número total de presos chinos que han sufrido la sustracción forzada de sus órganos se desconoce en la actualidad. El Vaticano no debería dejarse engañar por promesas vacías de reforma de un régimen ateo que persigue a sus ciudadanos más devotos”, extracto de un comunicado de DAFOH del 6 de febrero.