(Minghui.org) He estado en un largo y duro camino para librarme de la lujuria y el deseo y me gustaría compartir mi entendimiento.
Espero que lo que tengo que decir sea útil para los practicantes, sin incluir a los recién casados, practicantes nuevos, y aquellos cuyos cónyuges no sean practicantes.
Hablando francamente, en los comienzos de mi cultivación, no dejé ir la lujuria y el deseo en absoluto, en vez de eso practicaba conceptualmente. Por eso cada tanto volvía a caer, casi siempre cada seis meses. Tales caídas me hacían sentir avergonzado, con pena, y preocupado. En ese tiempo no era consciente de cuán dañina es la lujuria para un practicante.
Un día mientras me preguntaba por qué los dioses arreglaron que los seres humanos se reproduzcan como animales, de repente me iluminé a un punto: como practicante transitando un sendero divino, la característica más obvia que lo diferencia de los animales es no tener lujuria, deseo y otros apegos humanos.
También tuve el entendimiento de que para un ser humano común, la lujuria es una forma de expresar deseo y emoción. Para un practicante, simplemente genera ye. La lujuria y el deseo son sustancias sucias que pueden dañar el futuro de un practicante. La codicia y el deseo humano pueden contaminar el cielo, así que un practicante se tiene que librar de la lujuria y el deseo inmediatamente.
Después de iluminarme a esto, se me hizo más fácil tomarme con ligereza los sentimientos de lujuria y deseos. Entendí que eran sucios, generaban ye para mí, y prevenían que pudiera ir al cielo.
Sin embargo, cuando mi esposa estaba viva, no la ayudé a librarse de la lujuria y el deseo. Después que murió, miré hacia dentro y sentí que mi apego contribuyó a su muerte. Me sentí muy culpable al respecto, y juré quedarme soltero para siempre y librarme de la lujuria y el deseo. También estaba determinado a practicar Falun Gong y regresar a casa con Shifu. Decidí dejar ir este apego conscientemente, guiado por los principios del Fa.
De las enseñanzas del Fa de Shifu, entendí que la lujuria y el deseo tienen que ser eliminados. Como practicante veterano, no debería tener este tipo de pensamientos todos los días. En niveles más altos, el estado de cultivación de un practicante es diferente, e implica más que solo no tener pensamientos. Cuando tuve en claro este principio, sentí que la cultivación en este sentido no era tan difícil.
El año pasado intenté memorizar el Fa leyendo varias líneas o un párrafo repetidamente. Finalmente logré estudiar el Fa con la mente tranquila. También se me revelaron principios más altos del Fa de Zhuan Falun.
Una frase comenzó a venir a mi mente: “El deseo sexual, la lujuria, todas estas cosas pertenecen a los corazones humanos de apego, todas estas cosas deben ser eliminadas”. (Zhuan Falun) Mi entendimiento es que, en la cultivación personal, el primer requisito es dejar ir la lujuria y el deseo si una persona quiere alcanzar la perfección.
No dejar ir la lujuria es lo mismo que poner un pie en un bote y el otro pie en un segundo bote, intentando ser mitad humano y mitad dios. Creo que esto fue una advertencia de Shifu hacia mí: Si quería convertirme en un practicante de Dafa, mi única opción era ir en el bote del Fa que zarparía hacia lo divino.
Muchas veces reflexionaba sobre el hecho de que Shifu ajustó mi cuerpo a su estado óptimo cuando comencé a practicar Dafa. Este cuerpo saludable es para que yo practique la cultivación y vuelva a ser un dios, no para que disfrute de la felicidad terrenal. A medida que se acerca la rectificación del Fa, no puedo sacar ventaja de la misericordia de Shifu y disfrutar de la lujuria y el deseo, lo cual evitará que pueda regresar a mi verdadero hogar.
También recordé al cerdito del Viaje al Oeste. Él no pudo renunciar a la lujuria, deseos, y el qing. Si no fuera por su compromiso con la Pusa Guanyin de proteger a su maestro, el monje Tang Seng, en su peregrinaje, y sin la ayuda de sus amigos, no podría haberse ganado el humilde título de “mensajero del altar celestial”.
Vi a mi esposa y a varios practicantes morir de ye de enfermedad. Cuando la vi pasar de 63,5 kilos a ser un esqueleto por el ye de enfermedad, tenía tanto dolor por imaginar su partida inminente.
Finalmente dejé ir mi afecto por ella, me fui de la casa, y entré en un ambiente nuevo. Sentí mucha paz y calidez por la noche al estar lejos del enojo, alegría, tristeza, felicidad, fama, interés propio, qing humano y odio.
Una vez mientras veía a mi esposa, tan destrozada por la tribulación de ye, reflexioné sobre el hecho de que después de ceder ante la lujuria y el deseo, no queda nada más que ye acumulado, el cual tiene que ser pagado.
Sentí que surgió compasión en mi corazón después de ese entendimiento. Me dije: “Olvidaré lo que otros me deben, porque no quiero verlos sufrir. Sé que Shifu ha pagado mis deudas, pero tengo que cultivarme bien y alcanzar el Fruto Recto para que los demás sean bendecidos. Los seres humanos sufren tanto. Sin importar por lo que luchen, ¡terminarán solo con ye!”.
Sé que nosotros como practicantes de Dafa hemos firmado contratos con Shifu para salvar a los seres conscientes en el universo. Es por eso que Shifu nos eligió para ser Dafa dizi. Si no hacemos las tres cosas bien y no nos cultivamos bien mientras las hacemos, significa que no estamos honrando nuestros votos. Si renunciamos a la cultivación, es una “brecha de contrato” y cuenta como una auto destrucción.
No decepcionaré a Shifu, porque sé lo mucho que ha sufrido por mí mientras yo descendía capa tras capa en el universo. Shifu sufrió tanto por mí para que obtenga el Fa y alcance la perfección. No puedo dar la espalda a la gloria que Shifu nos ha otorgado. No puedo eliminar a los dioses en mi mundo. Tengo que reemplazar los apegos con altruismo, y ser un ser iluminado recto y desinteresado.
Sé que las viejas fuerzas han perseguido a los practicantes y los han sentenciado a prisión usando diferentes excusas. Una de ellas fue la lujuria y el deseo. Algunos practicantes no se pudieron considerar ellos mismos seres elevados y cedieron ante la lujuria y el deseo. Yo soy uno de ellos.
Supongo que las viejas fuerzas le hubieran dicho a Shifu: “Tu discípulo no hizo como le dijiste e hizo mal muchas veces con la lujuria. Incluso practicantes en las vías de cultivación menores son capaces de hacerlo bien en este aspecto, ¿por qué no tus Dafa dizi? Simplemente los perseguiremos usando las leyes del PCCh y los haremos tomar conciencia de sus errores que no están alineados con el Fa, para así rectficarlos. ¡No tenemos opción!”.
Un día mientras intercambiamos con un practicante que estaba lidiando con una tribulación de lujuria, ¡sentí que los seres conscientes en su mundo estaban mirándolo y llorando! Me pareció que era la principal razón que le prevenía entender principios del Fa de más altos niveles.
La lujuria y el deseo son una manifestación de egoísmo en esta dimensión baja, una característica de los seres en el viejo cosmos. Si un practicante es capaz de aceptar el altruismo para el futuro de sus seres conscientes para que puedan entrar en el nuevo cosmos, está tomando la oportunidad de renacer. ¡Cuánto deseo que los practicantes que todavía están apegados a la lujuria vean esto como una oportunidad para elevarse en la cultivación!
En cuanto a los practicantes casados que tienen que adaptarse a la gente común lo máximo posible, mi entendimiento es que, aunque ellos son marido y mujer por ley, en esencia, son monje y monja o hermano y hermana.
Ciertamente las parejas jóvenes deben reproducirse para perpetuar la humanidad, por eso si uno de los cónyuges no es practicante o ambos son practicantes nuevos, es normal que haya una cantidad de lujuria y deseo.
Sin embargo, como yo lo veo, los practicantes veteranos que están casados deberían verlo como una humillación para futuros dioses si siguen cediendo ante la lujuria y el deseo. No deberían coquetear entre sí, ni bañarse juntos, y más aún evitar verse cuando se cambian la ropa interior. Si mantenemos esto en mente, no es difícil librarse de la lujuria y el deseo. El Fa requiere que seamos serios al respecto de esto. Tenemos que cumplir con los requisitos del Fa si realmente queremos cultivarnos.
El asunto de la lujuria es una prioridad que los practicantes tienen que enfrentar. La cultivación en Dafa hoy es mucho más difícil que las escuelas de cultivación de los tiempos antiguos. Una razón es que la mayoría de los practicantes en la antigüedad eran monjes o monjas, quienes permanecían apartados del género opuesto.
Como practicantes, el demonio de la lujuria no puede poseernos si no tenemos pensamientos de lujuria, porque Shifu y el Fa nos protegen. Además, estamos enviando pensamientos rectos constantemente para eliminar las sustancias malas tanto dentro como fuera de nuestros cuerpos, así que queda poca lujuria y deseo. Si hacemos estos por largo tiempo, no es difícil eliminar la lujuria y el deseo, como yo lo hice.
Para los que piensan que es difícil, creo que es porque ellos siguen sus apegos cuando surgen la lujuria y el deseo. En vez de desintegrarlos, los invitan. Muchos de estos practicantes han perdido sus vidas en la persecución, o han sido llevados a prisión.
Mi entendimiento sobre librarse de la lujuria y el deseo es que tenemos que sobrepasar a ese demonio agresivamente, sin cautela.
Un día comenzó a llover justo después que terminé de hacer algunas cosas para Dafa. Dejé mi motocicleta en la casa de un pariente, y me fui a tomar el autobús. Mientras esperaba, alguien gritó en mi mente: “Ve a la casa de Liu (una practicante)”.
Sentí como si un ser en otra dimensión me estuviera arrastrando. Intenté duramente mantenerme y le dije al ser: “Te desintegraré”.
Comencé a recitar la fórmula del envío de pensamientos rectos una y otra vez.
Finalmente logré tranquilizarme, y el demonio de la lujuria se desintegró.
Otra vez, por tres días seguidos el demonio de la lujuria atacó las partes sensibles de mi cuerpo. A pesar de que hice grandes esfuerzos por enviar pensamientos rectos y eliminar las malas sustancias, no se dio por vencido.
Entonces recordé lo que dijo Shifu sobre que “la apariencia surge de la mente”. (Enseñando el Fa en la reunión de La Gran Época)
Le dije al mal: “Ustedes son los seres más despreciables del universo. Son los seres más sucios. Parecen ser gigantes, pero en realidad son menos que nada. Ni siquiera los puedo llamar seres vivos”.
De nuevo, repetí la fórmula del envío de pensamientos rectos. El demonio desapareció.
Así es como me liberé de la lujuria y el deseo.
Para alcanzar el Fruto Recto, salvar seres conscientes y dioses en nuestros mundos, y ser merecedores de lo que Shifu ha sufrido por nosotros, trabajemos juntos para enviar pensamientos rectos para eliminar la lujuria y el deseo, desintegrar la lujuria y el deseo, dejar ir la lujuria y el deseo, y ser un verdadero practicante de Dafa “hasta que no quede un solo apego”. (Cultivándose dentro del laberinto – Hong Yin)