(Minghui.org) Los practicantes de Falun Dafa se reunieron en Mynttorget, Estocolmo, el 25 de noviembre de 2017, para hablarle a los transeúntes sobre Falun Dafa y sobre la persecución a la que es sometida esta práctica espiritual, hoy en día, por parte del régimen chino. Desplegaron paneles informativos, realizaron demostraciones de los ejercicios y explicaron a los viandantes que la práctica ha beneficiado a mucha gente tanto a nivel físico como espiritual. Los oradores describieron, en sueco e inglés, la crónica de cómo el partido comunista chino (PCCh) ha venido persiguiendo a este grupo desde 1999.
Ubicada entre la Cámara Parlamentaria y el Palacio Real, en el centro de Estocolmo, Mynttorget es una plaza pública que atrae a un gran número de turistas diariamente. Muchos mostraban interés al oir la apacible música y ver los movimientos suaves de los practicantes. Algunos aprendieron a hacer los ejercicios siguiendo las instrucciones de los practicantes.
Los practicantes de Falun Dafa hacen los ejercicios en grupo.
Una mujer se detuvo en la plaza durante mucho tiempo. Escuchó los discursos, leyó los carteles y los materiales informativos. Comentó que era instructora de yoga y añadió: “Falun Dafa me brinda energía y calidez”. Cuando se marchaba, tomó algunos materiales para leer y firmó una petición para poner fin a la persecución en China.
Los viandantes leen los carteles, hablan con los practicantes y firman las peticiones para detener la persecución.
Un señor de Finlandia conversó con un practicante. Señalando el folleto que tenía entre las manos, mencionó: “Cuando llegue a casa, le pediré a mi esposa que practique Falun Dafa conmigo”.
Dos jóvenes se quedaron impactados ante la gravedad de las vejaciones a las que son sometidos los practicantes en China, por permanecer fieles a su creencia; entre las cuales se incluye ser asesinado por sus órganos. Firmaron las peticiones con la esperanza de que se le diera más cobertura en los medios a la persecución que está teniendo lugar en China.
Un matrimonio procedente de Rusia.
Una pareja de Moscú afirmó que la persecución nunca debería haber ocurrido. El marido dijo que su país natal solía gobernarse siguiendo las disposiciones comunistas y que, por lo tanto, le resultaba familiar el tipo de régimen totalitario que los practicantes afrontan. Ambos firmaron la petición y tomaron materiales informativos que, según dijeron, compartirían con sus amistades.