(Minghui.org) Comencé a practicar Falun Dafa en 1997 cuando tenia 12 años de edad. Ahora tengo 32 años. Me gustaría compartir con ustedes algunas experiencias y entendimientos que he tenido en el proceso de mi cultivación.
La familia comienza a practicar
Mis padres se divorciaron cuando tenia tres años. Vivía con mi mamá, ella trabajaba en un mercado vendiendo frutas y verduras. Mi abuela me cuidaba, mientras mi mamá trabajaba. Las tres nos apoyábamos mutuamente.
El ingreso de mi mamá era suficiente para mantenernos las tres. Un día, ella fue a recoger algunos artículos para reabastecer el inventario y unos ladrones la atacaron. Quedó traumatizada por la experiencia y tuvo dificultades para recuperarse.
Los médicos le dijeron que tenía un trastorno del sistema nervioso y que no había cura. Cuando empeoró, mi madre estuvo postrada en la cama y no podía cuidarse sola. Su vida estaba en peligro. Incluso planeó lo peor. Debido a que mi abuela estaba envejeciendo, mi madre le pidió a su hermano que me criara. Nuestra familia sufrió mucho por su condición y no pudimos aceptar cuán grave era nuestra situación. Cuando una de las amigas de mi madre se enteró de lo que estábamos pasando, vino a nuestra casa y le sugirió que probara el qigong. Durante cuatro años, mi mamá persistió en la práctica de qigong. Su salud a veces mejoraba pero nunca se curó por completo.
Un día, la hermana de mi abuela vino a visitarnos. Le habló sobre Falun Dafa y le dijo: "Falun Dafa es súper efectivo para mejorar la salud y el estado físico". Mi madre no le creyó, así que mi tía abuela le dijo a mi abuela: "Deja que te enseñe los ejercicios para que puedas enseñarle después".
Le dio a mamá una caja de discos de las conferencias de Shifu enseñando el Fa. Mi tía abuela tenía casi 70 años y había recorrido un largo viaje para visitarnos. Así que mi madre no pudo rechazarla y aceptó aprender los ejercicios.
Para sorpresa de todos, tan pronto como mi mamá comenzó a hacer los ejercicios de Falun Dafa, se sintió cómoda y relajada. Tal vez estaba predestinada a practicar. Al principio, mi madre escuchó las conferencias mientras hacía los ejercicios. Cuando escuchó a Shifu decir que estaba limpiando los cuerpos de aquellos que se están cultivando genuinamente, inmediatamente dijo: "Shifu, solo quiero ser tu discípula y cultivarme genuinamente". Para el séptimo día, todas sus dolencias habían desaparecido. Se sintió cómoda y experimentó una sensación de ligereza.
Sin embargo, poco después de que comenzó a hacer los ejercicios, a mi mamá le diagnosticaron un tumor durante un chequeo de rutina. Para nuestra sorpresa, el tumor desapareció después de que mi mamá practicó durante solo cuatro meses y siete días. Estaba llena de gratitud a Falun Dafa y a Shifu, y comenzó a llorar de alegría.
Mi abuela y yo comenzamos a practicar Falun Dafa porque habíamos sido testigos de la milagrosa recuperación de mamá. Mi abuela tenía mala salud antes de empezar a practicar y tenía que tomar medicamentos. Al principio, tomaba medicamentos aunque hacía los ejercicios. Después de estudiar el Fa, gradualmente llegó a comprender. Un día, dejó de tomar su medicación y regaló lo que le quedaba. Después de eso, se le resolvieron todos los problemas del corazón, artritis, hipertensión arterial y renales. No ha tomado una sola pastilla desde entonces.
Yo tenía doce años ese año. No pensé en obtener nada estudiando Dafa. Simplemente sentí que Falun Dafa era genial y que quería practicar. Al estudiar el Fa, aprendí a establecer estándares estrictos para mi cultivación del xinxing, a seguir Zhen-Shan-Ren (Verdad-Benevolencia-Tolerancia) y a ser considerada con los demás.
Para mi sorpresa, mis calificaciones mejoraron. El promedio de mis calificaciones aumentó, era la segunda en mi clase. Desde que era una niña, siempre tuve dolor de estómago después del desayuno. También tenía mal aliento, y mis labios se agrietaban en la primavera y el otoño. Todos estos problemas desaparecieron. Tenía muchas canas incluso cuando cursaba la primaria. Los compañeros de clase me dijeron que comiera frijoles negros y semillas de sésamo negro. Después de estudiar Falun Dafa, mi cabello gris se volvió negro. Mis dolores de cabeza también desaparecieron. Fui testigo de lo que Shifu dijo “logro natural, sin intención” (Exponiendo el Fa en Sídney).
Siguiendo el camino arreglado por Shifu
Durante los Juegos Olímpicos de Beijing, muchos practicantes fueron arrestados en una campaña policial a gran escala. El sitio de producción de materiales de Falun Dafa en mi casa fue el objetivo. Mi madre logró escapar, pero a mi me llevaron a la estación de policía. Yo tenía 22 años. Al principio, estaba asustada. Los policías fueron agresivos, pero me negué a responder sus preguntas. Parecía valiente, pero de hecho estaba apegada a la competencia. El segundo día, fui electrocutada y esposada. El director de la estación de policía me golpeó en las orejas y otras partes sensibles de mi cuerpo con una picana. Luego me llevaron a una habitación pequeña y me esposaron a una silla de hierro. Fui privada del sueño. Mis manos y pies estaban sujetos a una silla, y no podía moverme.
Los agentes me interrogaban, preguntando dónde había obtenido las impresoras y los materiales, y con quién estábamos en contacto. Estaba decidida a no dar un solo nombre. Al mismo tiempo, envié pensamientos rectos y miré en mi interior. A medida que mis pensamientos rectos se hicieron más fuertes, pude sentir que los factores malvados disminuían en otras dimensiones. La policía se volvió menos agresiva y varios oficiales cambiaron su actitud.
De los arrestados, yo era una de las practicantes más jóvenes. Varios oficiales más tarde dijeron que había dejado de lado la vida y la muerte, y dijeron que me respetaban. Pensé, "Dafa es grande y justo. No hay nada de malo en estudiar Dafa. Somos las personas más justas en el universo, tenemos a Shifu y a Dafa, ¿a qué le tememos?". Como dijo Shifu:
"Un gran ser iluminado no teme a las penalidades Su voluntad está formada de diamante
Sin apego a la vida ni a la muerte
Camina abierta y majestuosamente su sendero en la rectificación del Fa"
(Pensamientos rectos y acciones rectas, Hong Yin (II))
Realmente dejé ir el apego de la vida y la muerte. Recuerdo claramente una experiencia: un oficial de aspecto rudo me maltrató varias veces. Levantó mis brazos y me esposó a la pared. Para evitar dejar cicatrices, envolvió mis muñecas con toallas rígidas, las cuales perforaron mi piel como agujas. Apenas podía soportar el dolor. Me habían privado del sueño durante varios días. Debido a que había estado inmovilizada en la silla de hierro durante mucho tiempo, mis pies y piernas estaban hinchados, e incluso mis zapatos estaban estirados y rotos por mis pies hinchados.
El tiempo pasaba lentamente: era insoportable, y no sabía cuánto tiempo había estado allí. No sentí odio hacia ese despiadado oficial. En vez de eso, sentí lástima por él. Sabía que fue envenenado por el partido comunista chino (PCCh). Tan pronto como desarrollé este pensamiento, su actitud cambió. Me bajó de la pared y colocó una cubeta alta debajo de mis pies para ayudar a mi circulación sanguínea. Más tarde me dijo que pensaba que Falun Dafa es grandioso.
Estuve detenida en la comisaría de policía durante siete días, durante los cuales apenas cerré los ojos. No me di cuenta de que necesitaba negar todo lo que las viejas fuerzas habían arreglado. Aunque no le di el nombre a ninguno de los policías, les conté todo el trabajo de Dafa que hice. Como resultado, me trasladaron a un centro de detención.
En el centro de detención, conocí a muchos practicantes. Me recordaron que debía enviar más pensamientos rectos y recitar el Fa. Inmediatamente me di cuenta de que este no era el lugar al que pertenecía, y que necesitaba salir. Además del tiempo para comer y dormir, pasé el tiempo con los compañeros practicantes recitando el Fa, enviando pensamientos rectos y haciendo los ejercicios. Nunca había recitado el Fa en casa. Pero en el centro de detención, pude memorizarlo rápidamente. Los compañeros practicantes recitaron "La conciencia principal debe ser fuerte” (Sexta lección, Zhuan Falun) una o dos veces, y después yo ya me lo sabía de memoria. A menudo, cuando acababan de recitar la primera oración, inmediatamente sabía la siguiente. Estaba tan emocionada porque sabía que era Shifu el que me estaba ayudando y animando.
A medida que memorizaba más y más lecciones del Fa, se hizo más claro para mí que tenía que salir de ahí. Tuve que mantener pensamientos rectos y negar los arreglos de las viejas fuerzas en cada momento y caminar por el camino que Shifu había dispuesto para mí. Me negué a cumplir con cualquiera de las exigencias del centro de detención. Me negué a seguir sus órdenes, ya que no era una presa.
Un día, algunos funcionarios de alto nivel vinieron a inspeccionar la prisión. A todas las practicantes se nos pidieron que nos pusiéramos uniformes de prisioneras, pero nos negamos. Sin embargo, el día de la inspección, la persona encargada de nuestro pabellón nos dijo que nos pusiéramos los uniformes. Las otras practicantes empezaron a ponérselos. Dado que yo era la única que se negó, me convertí en el blanco, y me abofetearon fuertemente en la cara. Las otras practicantes se sintieron mal y dijeron que no se sintieron bien de que me dejaron soportar el peso del abuso. No les eché la culpa, solo esperaba que lo hicieran mejor la próxima vez. Me di cuenta que tenemos que negar los arreglos de las viejas fuerzas paso a paso. Solo entonces podremos recorrer el camino trazado por Shifu.
Esa noche, soñé que un trozo de tierra estéril se convertía repentinamente en césped, lleno de verdes y vibrantes hierbas. Sabía que había actuado de acuerdo con los principios divinos, y que Shifu me estaba dando una pista.
Durante otra inspección, se nos dijo que nos trasladáramos a una celda para reclusas condenadas a largas penas de prisión. Nos negamos. Nos prometimos que esta vez lo haríamos bien. Todas estábamos decididas, y nadie se movió. La persona encargada de las celdas nos presionó durante mucho tiempo, pero nadie se movió. Finalmente, llamó a varios guardias masculinos para que nos arrastraran a la otra celda. Mientras los dos hombres oficiales nos arrastraban, pedí ayuda a Shifu. A pesar de toda mi resistencia, me arrastraron a la otra celda y me lanzaron fuertemente hacia el suelo. Mi cabeza golpeó el rincón del buró de madera que estaba junto a la cama. Los reclusos estaban asustados y se pusieron a llorar. Si no fuera por la protección de Shifu, me habría herido gravemente.
Otro practicante tenía dolor y comenzó a temblar. Los guardias dudaron. Escuché a una reclusa decir al responsable de las celdas: "Que regresen a su celda, de lo contrario pueden declararse en huelga de hambre"; aún no habíamos pensado en una huelga de hambre. Pero tan pronto como dijo que se nos permitiría volver a la otra celda, supe que había sido porque caminamos el camino recto y Shifu nos había ayudado.
Cuando mi caso fue presentado al departamento de policía y el procurador, fui interrogada varias veces. Les conté cómo abusaron de mi en la comisaría. Tomaron nota. Mientras escuchaban mi declaración, un funcionario quedó conmocionado por la brutalidad. De hecho, si no hubiera sido por que yo misma experimenté personalmente este abuso, difícilmente me lo hubieran creído.
Aquí, me gustaría decirles a los agentes de la policía y a los guardias, que nosotros, los practicantes, somos personas de buen corazón. No comprometan su moral por promociones o dinero.
Después de pasar cinco meses y nueve días en el centro de detención, fui liberada. En la superficie pareciera que fue mi familia quien me rescató. Sin embargo, yo sé que solo Shifu tiene la última palabra.
Convertirme en una experta en el trabajo para validar Dafa
Regresé a casa del centro de detención a finales del 2009, y comencé a buscar trabajo. Al principio mi búsqueda no fue buena y tuve que cambiar varias veces de trabajo.
Un día me presenté para una posición de ventas. El dueño de la compañía me entrevistó y me hizo una preguntas, como quién más era parte de mi familia. Le dije que crecí en una familia de mama soltera y que vivía con mi mamá. Dijo sin rodeos que una persona que creció en una familia monoparental no era buena en las comunicaciones, y menos capaz de manejar relaciones interpersonales complejas. Me despidió, pensando que no era apta para el trabajo de ventas. Me sentí muy triste. Cuando regresé a casa, mi mamá se quejó y estaba preocupada sobre cuando podría obtener un trabajo. Estaba bajo mucha presión. Recordé que soy una practicante y dije: "Por favor, Maestro, haz los arreglos para mí".
Un día salía de una feria de trabajo cuando alguien me preguntó de repente: "¿Estás buscando trabajo?". Así es como obtuve mi trabajo actual, en el que he trabajado durante casi ocho años. La magnificencia de Dafa se ha manifestado en mi trabajo una y otra vez.
Nadie hubiera predicho que yo podría hacer ventas. Ni siquiera yo estaba segura de poder hacerlo bien cuando conseguí el trabajo. Era tímida e introvertida, y no hablaba mucho. Después de convertirme en practicante, hablé más, pero no tenía muchas habilidades de comunicación. No tenía confianza en mí. Pero cuando empecé, pude comunicarme sin problemas con los clientes. Cada vez que tomaba el teléfono, mis pensamientos eran claros y respondía a las necesidades de los clientes.
En el trabajo, aplico diligentemente los estándares de Zhen-Shan-Ren, y trato bien a cada cliente. Desde Dafa me di cuenta de que un buen vendedor no se centra en cuánto dinero gana. En su lugar, se centra en cómo ahorrar el dinero de los clientes. Después de conocerme, los clientes estaban dispuestos a hacer pedidos a través de mi. Me pusieron a cargo de nuestra línea principal de productos.
Antes de que me uniera a la empresa, solo una de las dos líneas de producción funcionaba. Los productos no se vendían, y nuestro inventario estaba atrasado. La empresa tuvo que cerrar la producción por completo, y los empleados fueron enviados de vacaciones no remuneradas. Era muy costoso. Después de que me hice cargo, las dos líneas de producción estaban en funcionamiento y la producción se duplicó. La producción nunca más se detuvo debido a ventas deficientes.
Si no hubiera estudiado Dafa y no hubiera sido practicante, probablemente no habría sido lo suficientemente sabia como para hacer mi trabajo tan bien. Puede que haya sido incapaz, como dijo el primer entrevistador.
Tengo que hacer varios trabajos en mi empleo. Además de las ventas, me encargo de las facturas y permisos. También tengo que manejar muchas tarjetas de crédito, especialmente para las exportaciones a Bengala. Las personas que trabajan en comercio exterior saben que las tarjetas de crédito bengalíes requieren mucha burocracia, como todo tipo de facturas, certificados y permisos. Esta fue la primera vez que manejé esta cuenta. Me mantuve en contacto con nuestro cliente y le hice preguntas cuando no estaba clara sobre algún asunto.
Cuando fui al banco a entregar todos los documentos, el revisor de cuentas dijo que era la primera vez que veía un juego tan completo y me felicitó. Sé que Dafa me da la sabiduría para hacerlo bien. En el trabajo, he llegado a ser conocida como una "experta por completo" y ahora, otros vienen a pedirme ayuda cuando tienen dificultades.
Así, he sido testigo constante de la magnificencia de Dafa en el trabajo: desde ser una joven retraída hasta vendedora de la línea principal, y luego a ser un raro talento en mi empresa.
Salvando a la gente
Mi lugar de trabajo también es donde hablo con la gente sobre Falun Dafa y les ayudo a abandonar el PCCh y sus organizaciones afiliadas. Frecuentemente hablo con camioneros que vienen a recoger productos. Antes de hablarles de Dafa, envío pensamientos rectos. Pregunto a los conductores cuánto tiempo han sido conductores, y les digo que debe ser un trabajo duro. Cuando nos conocemos un poco, les digo que: "La seguridad es muy importante para los conductores. Permíteme compartir contigo una forma de mantenerte a salvo. Por favor, recuerde que Falun Dafa es bueno, Zhen-Shan-Ren es bueno. Acepta esto”. También les digo que Falun Dafa se practica en más de cien países y otros hechos sobre la práctica.
Al principio tenía apego al miedo y no me atrevía a pedirle a la gente que abandonara al PCCh. Tenía miedo de que no aceptaran lo que yo dijera y me denunciaran. Más tarde identifiqué mis apegos y me deshice de ellos. La mayoría de los conductores abandonaron el PCCh o sus organizaciones afiliadas.
Un conductor vino de la ciudad natal de Shifu. Cuando empecé a hablarle de Dafa y le pedí que abandonara el PCCh, me dijo que cuando era niño, conoció a Shifu y que pasó tiempo con Él. Sentía que Shifu era muy bondadoso y recto. Me conmovió mucho. Sabía que Shifu había hecho arreglos para que lo salvara, y con mucho gusto renunció al PCCh.
Por supuesto, sé que he perdido oportunidades para salvar a la gente y no siempre lo he hecho bien. Estoy distraída a veces o mi carga de trabajo es pesada. Pero, cuando estoy muy decidida a salvar a alguien, noto que Shifu hace los arreglos para que me reúna con esa persona de nuevo, y me topo con la persona inesperadamente. Normalmente soy capaz de ayudar a las personas a renunciar al PCCh. Siempre que tengo el deseo, Shifu me ayuda.
Estoy agradecida con Shifu por su compasiva y cuidadosa protección en cada paso de mi camino.
¡Gracias, Maestro! Gracias, compañeros practicantes!