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Fahui de China | Rescaté a mi madre recién después de cultivar pensamientos rectos

Nov. 29, 2017 |   Por una practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org) ¡Saludos venerable Shifu! ¡Saludos practicantes!

Soy una joven discípula de Dafa que comenzó a trabajar después de graduarse de la universidad. Desde que era adolescente, he seguido los pasos de mi madre para practicar Falun Dafa. Incluso cuando era muy pequeña, sabía que Dafa era bueno.

La práctica curó la artritis reumatoide de mi madre y mermó el mal temperamento de mi padre; el carácter moral y estándar moral de muchas personas se estaba elevando, y muchas personas se volvían amables con la práctica de Dafa. Cuando crecí, entendí que Falun Dafa es una disciplina muy profunda; algo que hay que atesorar. Fui tan afortunada y bendecida de haber nacido en una familia de practicantes de Dafa.

Por muchos años, mi familia y los practicantes de Dafa en todo el país han sufrido la severa persecución. No obstante, seguimos creyendo firmemente en Dafa y transitamos este sendero con firmeza. Todos hemos sido testigos de los milagros y grandeza de Dafa.

Cultivarme sólidamente en Dafa me permitió desarrollar un carácter persistente y fuerte. Antes de cultivarme, simplemente me largaba a llorar cuando tenía dificultades. Tenía miedo cuando no sabía cómo manejar alguna dificultad. Era impaciente, temperamento corto y salvaje. Pero Dafa cambió todo esto, mejorando mi carácter y reforzando mi mente. Por medio del xiulian, mi xinxing se elevó. Yo sabía que era diferente de otras niñas, porque mantenía altos estándares morales en base a Verdad-Benevolencia-Tolerancia.

¡Soy muy afortunada! ¡Gracias Shifu!

Shifu estaba a mi lado

Durante la primavera de un año, estaba volviendo a casa del trabajo con algo de buena comida que había comprado en el camino. Quedé espantada del desastre que había en mi casa. Busqué a mi madre. Un vecino vino y me dijo: “Niña, un grupo de policías se llevó a tu madre. Registraron tu casa y se llevaron algunas cosas. Se negaron a decirme quienes eran o de dónde venían. Llamé a tu padre de inmediato pero está en un viaje de negocios”.

El enojo y disgusto me sobrepasaban. Sin embargo, mi hermano menor y yo, habíamos pasado por una experiencia similar. Ambos éramos jóvenes y estábamos en la escuela, así que el miedo y la desesperanza que sentimos fue inolvidable.

Todos nuestros vecinos sabían que Dafa era bueno. Habían visto los actos y comportamiento de mis padres, y sabían que siempre estábamos preocupados por otros. Por eso, hicieron lo que pudieron para proteger a nuestra familia y a Dafa.

Cerré la puerta después que mi vecino se fue. Sacaron todas nuestras pertenencias de los roperos, alacenas, y armarios. La foto del Maestro Li estaba rota y tirada por todos lados. La ropa y sábanas en el piso de la habitación. Habían registrado y destruido todo, incluyendo los cajones y roperos.

Me apresuré a buscar los libros de Dafa, pero no los encontré. Mi computadora, impresora, reproductor de CD, celular, y otras cosas en mi habitación, no estaban más.

No lloré sino que limpié el desastre. Revisé cuidadosamente los roperos y encontré una copia de Zhuan Falun que quedó en la esquina de un compartimiento. Recogí el libro y lo puse en una repisa alta. Abrí el libro donde está la foto de Shifu y me incliné tres veces. Dije calmadamente: “Le ruego Shifu que proteja a mi madre y la traiga sana a casa”.

Era las 8 p. m. pasadas, pero igual decidí salir a buscar a mi madre. Me sentía perdida porque vivimos en una ciudad tan grande, y me preguntaba por dónde empezar a buscar. Llamé a mis parientes y amigos para que ayudaran a buscarla, pero nadie quiso venir. Contacté a mis amigos para averiguar dónde podría estar mi madre, pero no logré conseguir nada específico esa noche.

Al día siguiente, un amigo en el que confiaba me envió un mensaje de texto diciendo que su compañero que trabaja en el departamento de policía le dijo que mi madre estaba en un centro de detención y ya la habían sentenciado.

No entré en pánico después de leer el mensaje. Pensé: “Falso, es falso”. Creí firmemente que mi madre estaba bien. Tuve fuertes pensamientos rectos. No pensé mucho y no creí en el rumor. Con ayuda de un practicante, fui a la comisaría donde mi madre estaba ilegalmente detenida.

Muy calmadamente les dije: “Están persiguiendo a buenas personas y haciendo cosas malas”. La mayoría de los policías se quedaron en silencio. Uno dijo: “Solo estamos haciendo nuestro trabajo. No hay nada que podamos hacer”.

Me permitieron ver a mi madre. Sus ojos estaban rojos. Me dijo: “Mi niña, ve a buscar los libros de Dafa. No deberíamos perder los recursos de Dafa”. Le pedí que se calmara y que no se preocupe, que los conseguiría.

Esa noche me quedé pensando en cómo recuperar los libros. Pero había algo de interferencia en mi mente, tenía mucho miedo y no quería ir a la comisaría. Estaba muy enojada pensando en cómo nos habían robado la foto de Shifu y los libros de Dafa. Pero tenía que sobreponerme para recuperar esos libros.

El Fa de Shifu naturalmente me reaseguró.

Shifu dijo:

“En el pasado, cuando realizaba el xiulian, muchas personas elevadas me dijeron palabras así: «Difícil de soportar, se puede soportar; difícil de hacer, se puede hacer»” (Zhuan Falun).

“Mientras más grandes las encuentren, más grandes se harán, y ustedes se harán cada vez más pequeños. Si no les dan importancia y no las fijan en sus pensamientos, con el Maestro y el Fa aquí, ¿a qué le pueden temer? Mientras el verdor de las montañas exista, no debe haber temor por la escasez de leña que quemar. ¡No les hagan caso! Una vez que las hayan abandonado, se darán cuenta que las tribulaciones se han hecho más pequeñas y ustedes se han hecho más grandes. Serán capaces de vencerlas en un solo paso, y las tribulaciones pasarán a ser nada. Les puedo asegurar que es lo que ocurrirá” (Exponiendo el Fa en Sídney).

Lloré pero me dije que tenía que ser fuerte.

Esa noche, soñé que la foto de Shifu no estaba colgada derecha en mi casa. La esquina del marco estaba roto, pero la foto estaba rotando y brillando. Me desperté y me di cuenta que Shifu me estaba dando una pista y alentando a que recupere sus libros y fotos.

Esa mañana escuché la lectura de Shifu. Un practicante vino y me acompañó a la comisaría. Estábamos firmes y con pensamientos rectos y confianza.

Los policías estaban llegando para comenzar su turno cuando llegamos. Un oficial estaba en la oficina de atención. Le dijimos que necesitábamos hablar con su supervisor. Él dijo: “No ha venido a trabajar aún. Tomen asiento y esperen un rato”. Volvió a su trabajo y no nos habló de nuevo.

Fuimos dentro de otra oficina, pero no había nadie. Podía ver las fotos de Shifu y los libros de Dafa en el piso de esa oficina. Al principio me fui, pero me di cuenta que no era correcto irme. ¿No era esta la oportunidad arreglada por Shifu? Así que volví rápidamente a la oficina.

Sabía que había una cámara arriba de la puerta detrás de mí, pero tuve fuertes pensamientos rectos que Shifu me cubriría para que nadie me vea. Recogí la foto más grande Shifu, que entraba perfectamente en mi bolso. Calmadamente volví y me senté al lado del practicante.

Esperamos dos horas más. Finalmente el supervisor y sus oficiales llegaron. Se negaron a devolvernos las fotos y los libros a pesar que se lo pedimos repetidamente.

Me arrepentí de haber sido tan tímida y de haber dudado. Shifu me dio la oportunidad de llevarme las otras fotos y libros durante las dos horas de espera. Shifu me dio una oportunidad tan buena, entonces ¿por qué no me llevé las otras fotos y libros? Lo podría haber hecho, así que estaba muy arrepentida.

Encontré el marco más grande cuando regresé a casa, lo limpié, y enmarqué la foto de Shifu, y la puse en la mesa. Me incliné ante Shifu y quemé incienso. Sabía que no estaba sola cuando mi madre fue arrestada ya que Shifu estaba conmigo todo el tiempo. ¡Gracias Shifu!

En los días siguientes liberaron a mi madre y regresó a casa.

Solo un día

Un mes más tarde, noté que había algo raro en el aire cuando regresé a casa del trabajo. ¿Era una pista? Miré alrededor y no podía encontrar a mi madre. La casa estaba limpia, y mi madre dijo que me dejaría la cena hecha. Si no estaba en casa, hubiera dejado un mensaje. ¿Dónde podrá haberse ido? Fui a la foto de Shifu.

Se hacía tarde y mi madre aún no regresaba así que me preocupé. Había algo raro en el aire y ya era medianoche.

Me calmé y guardé los libros de Dafa en lugar seguro. Dejé la foto de Shifu afuera, confiada en que nadie tocaría la foto de Shifu. Me fui a la cama preocupada, enojada, deprimida, y disgustada con el acoso de las autoridades. Me llené de odio y no tenía ni un poco de compasión.

“Soy una discípula de Dafa”, me dije. Comencé a sentirme más fuerte con una sensación más persistente de fuerza de voluntad.

Le dije a Shifu: “Mi padre no está en casa y soy el pilar de nuestra familia. Tengo que ser fuerte y valiente para enfrentar cualquier peligro. Mañana, tengo que encontrar a mi madre y traerla a casa. Ella es una discípula de Dafa de la rectificación del Fa, haciendo las tres cosas de manera digna y abierta según los requisitos de Shifu. Está salvando a la gente.

“No es aceptable que un discípulo de Dafa sea perseguido. Ese no es un lugar para discípulos de Dafa. Que Shifu me refuerce para eliminar todo el mal que está intentando destruir a Dafa y a los discípulos de Dafa. ¡Por favor ayuda para que mi madre vuelva a casa sana y salva!”.

El Fa de Shifu vino a mi mente:

“Al rectificar los pensamientos, los perversos se derrumban” (Por qué temer, Hong Yin (II)).

Me mantuve enviando pensamientos rectos en mi mente para limpiar la interferencia. Me dormí y desperté cuando eran más de las 3 p. m. Me di cuenta que había estado soñando con el regreso de mi madre a casa, con sus manos lastimadas y haciendo algunos sonidos. No obstante era tan real que pensé que realmente estaba sucediendo.

Al día siguiente, quemé incienso, me arrodillé ante la foto de Shifu, y recé: “Shifu, no sé dónde buscar a mi madre. Por favor, guíeme para encontrarla. Ayúdela a regresar hoy. ¡Gracias Shifu!”.

El mismo practicante vino a ayudarme a buscarla. Primero fuimos a la comisaría donde había estado antes.

Le pregunté a los policías si sabían el paradero de mi madre. Me dijeron que estaba en la comisaría. Les dije que la tenía que llevar a casa. “Tú ve a casa primero. Te enviaremos un mensaje. Tu madre no puede ir a casa ahora. No está permitido”, dijo un policía.

Pensé: “Shifu toma esa decisión. Seguramente mi madre puede ir hoy a casa”.

Yo dije: “Tengo que esperar aquí. Mi madre tiene que ir hoy a casa”.

Le pedí al guardia que me dejara darle buena comida a mi madre. Primero se negó pero luego accedió. Cuando la vi, le sugerí que comiera algo. Le dije que pronto nos iríamos a casa, y al mismo tiempo, pensé claramente que la dejarían ir a casa hoy. Me preparé para ir a casa con ella en cualquier momento.

Luego apareció el supervisor con algunos policías. Me arrastraron por las escaleras y me gritaron: “¡Quién te dejó entrar! ¡Ven aquí y contestar nuestras acusaciones!”.

Luché para liberarme. No tenía miedo y no cooperé con ellos. Dije: “¿Cómo puedes tratarme así? ¿Qué pasa con los derechos humanos? ¿Qué ley he violado? ¿Por qué tengo que subir con ustedes?”.

Me arrastraron hasta arriba y me tiraron en una pequeña habitación para interrogarme. Formaron un círculo y me rodearon. El supervisor me señaló: “Me pareció que tenía que darte una oportunidad, pero tuviste una mala actitud”.

Yo dije: “¿Qué hay de tu actitud? ¡Un grupo de hombres arrastró a una niña hasta aquí!”.

Él dijo: “No más oportunidades para ti. Vas abajo ahora mismo”, dijo y se fue.

Bajé y regresé donde estaba sentada antes.

El guardia que me dejó darle comida a mi madre fue reprendido por su supervisor. Me disculpé con él. Se conmovió.

Permanecí sentada. Envié pensamientos rectos y esperé tranquila. Pronto regresó el supervisor. Esta vez fue amable y cortés. Dijo que necesitaba hacerme unas preguntas arriba.

Cuando me estaba interrogando, lo traté como si fuera un amigo. Me comuniqué con él en vez de tratarlo como si fuera “un policía malo que persigue a los discípulos de Dafa”. Usé esta oportunidad para decirle que Dafa estaba siendo tratado injustamente, que Falun Dafa es una práctica de cultivación recta, y que los discípulos de Dafa se esfuerzan para ser buenas personas. Inicialmente se negó a escuchar. Luego, se quedó callado. Quizás sintió una energía positiva y bondadosa. Se calmó y me dejó bajar.

Yo seguí esperando. Alguien entraba y salía de la celda donde estaba mi madre. Me emocioné un poco de ver a mi madre atravesar tantas cosas. Era mi madre, así que definitivamente tenía que cuidarla. Tenía que llevarla a casa.

Desde una perspectiva más alta, no era solo mi madre sino una discípula de Dafa que no debería estar aquí. Nadie debería atreverse a perseguirla. En otras palabras, tenía que rescatar a esta practicante y llevarla a su casa. No era por sentimentalismo, no tenía que ser intimidada por esas emociones. Hoy, tengo que llevar a esta practicante a su casa.

Mi fe se hizo más fuerte, y sentí que la energía en mi campo podía repeler a cualquiera que intentarla hacerme daño.

Vinieron tres personas de afuera. Me sonrieron y pasaron. Me pareció que no podían estar sonriéndome a mí, pero luego me di cuenta que era Shifu tratando de alentarme.

“Niña, levántate. Puedes llevarte a tu madre a casa”, dijo un policía.

¡Agradezco al venerable Shifu y a los practicantes!