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Fahui de China | El lugar más seguro es aquel donde hacemos las tres cosas bien (Parte 1)

Nov. 11, 2017 |   Por un practicante de Falun Dafa en China

(Minghui.org)

Encarcelado por el PCCh después de apoyar sus movimientos

Tengo 70 años y he sido practicante durante 19 años. A mediados de la década de los sesenta, pasé una prueba con calificaciones destacadas e iba a estudiar medicina china en la universidad. Pronto estalló la revolución cultural y me uní a los guardias rojos. Me convertí en el líder de una organización prorevolucionaria. Durante los disturbios golpeé abiertamente a la gente.

El partido comunista chino incendió el puente después que retuvo el poder. Una vez que la revolución cultural terminó me sentenció a cadena perpetua. Mientras estaba en prisión, me crucé con un funcionario de alto nivel del PCCh que fue capturado por ese. Era el médico personal de Chiang Kai-Shek con buenas dotes médicas. Cuando se enteró que yo era estudiante de medicina, me enseñó todo lo que sabía.

Mi sentencia fue modificada, y me excarcelaron algunos años después. Me transfirieron a un campo de trabajo forzado donde podía ir y venir a voluntad. Comencé a ver pacientes afuera. Curé a un granjero que había estado paralizado por años. Para mostrar su gratitud, accedió a que me casara con su hija. Después que cumplí mi condena, me casé y empecé a practicar la medicina china oficialmente.

Validando el Fa en el centro de detención

En la revolución cultural me hirieron durante los violentos disturbios. Mi salud empeoró después de haber estado en prisión por doce años. En 1998 me convertí en practicante de Falun Dafa y en una semana comencé a experimentar los síntomas de la purificación de mi cuerpo. No podía comer; durante un mes solo pude beber agua. Sin embargo, tenía más energía que nunca. Dos meses más tarde, todas mis enfermedades crónicas desaparecieron. En una oportunidad, cuando estaba haciendo los ejercicios, mi cuerpo levitó. Más tarde, mi tercer ojo se abrió.

Después que la persecución comenzó en 1999, muchos practicantes fuimos detenidos porque planeábamos ir a Beijing para protestar. En el centro de detención, todos fuimos brutalmente torturados, pero nadie quiso renunciar a la práctica. Continuamos estudiando las enseñanzas, haciendo los ejercicios y aclarando la verdad. Muchos detenidos estaban impresionados por nuestro valor y comenzaron a practicar Falun Dafa con nosotros. Algunos incluso arriesgaron su seguridad y nos ayudaron a enviar mensajes o a quitarnos los objetos de tortura después que los guardias partían.

El día del cumpleaños del Maestro, el 13 de mayo, los practicantes solicitaron hacer juntos los ejercicios en un campo abierto. El pedido fue denegado. En la mañana de ese día comencé a gritar: "¡Falun Dafa es bueno, Falun Dafa es el Fa recto!". Lo hice en voz alta, y cuando los practicantes de otros pabellones me escucharon, gritaron conmigo. De repente, el centro de detención estaba conmocionado.

Los guardias ordenaron a dos detenidos que me pusieran cadenas y esposas. Dos fuertes reclusos me levantaron y me golpearon la cabeza contra la pared. Normalmente el cuello se rompería o el cráneo se quebraría bajo tal presión. Planeaban matarme y declarar que me suicidé. Me aplastaron la cabeza contra la pared hasta que les faltó el aire. No me asusté en lo más mínimo. Para sorpresa de todos, no tenía ni un raspón. Mi cabeza no estaba hinchada ni estaba mareado. Fue como si nada hubiese pasado. Les dije a los guardias y detenidos que el Maestro me había protegido.

Mi tercer ojo se había cerrado después del comienzo de la persecución. Luego de este incidente, se reabrió y pude ver mejor que antes.

Más tarde pasé a ser el jefe del ala. Demandé que ninguno participara en peleas físicas y anulé la "tradición" de maltratar físicamente a los recién llegados. Les mostré a todos cómo vivir sus vidas siguiendo los principios de Falun Dafa. Desde entonces el intenso poder de las enseñanzas de Dafa detuvo todas las peleas en el lugar en el que yo estuviera. Incluso recibí un premio del centro de detención.

La razón por la que me ingresaron allí fue porque el secretario del PCCh local llamó a la policía. Antes que me encerraran, hablé con él: "Tendrá consecuencias por sus malas acciones. Un día lo encerrarán". Tres semanas después lo detuvieron por aceptar sobornos. Tan pronto como lo encarcelaron, los reclusos de otros pabellones lo golpearon violentamente. Luego lo transfirieron a mi ala. En vez de vengarme, lo cuidé y le dije que no persiguiera más a los practicantes. Se disculpó. Su crimen no fue tan grave como para merecer el tiempo en prisión y regresó a trabajar. Desde entonces nunca ha perseguido a un practicante. Incluso les proveyó Internet para ayudarlos a hacer trabajos de Dafa.

Antes de mi audiencia, el tribunal me nombró un abogado. Los abogados nombrados por la corte a menudo se declararon culpables por los practicantes de Falun Dafa por la presión de la persecución, por lo que elegí representarme en el tribunal. Aclaré la verdad a la audiencia y me sentenciaron a tres años de cárcel con cuatro en suspenso. Después de la audiencia fui liberado.

Después que fui a casa leí los nuevos artículos del Maestro y conocí la importancia del estudio de Fa. A partir del artículo "Ambiente" en Escrituras esenciales para mayor avance supe que tenía que ubicar a Dafa en la posición correcta. Comencé a sentarme frente a mi consultorio cada día hasta que terminaba de leer dos capítulos de Zhuan Falun. No me preocupaba si me arrestaban y me regresaban al centro de detención por violar las reglas de libertad condicional. Abiertamente les conté a otros la verdad sobre Falun Dafa. Quería que la gente viera cómo los practicantes no temían al PCCh, y hasta se mantendrían más firmes. También quería animar a otros practicantes.

El Maestro ayuda a detener la construcción de un centro de lavado de cerebro

Durante los primeros años de la persecución las autoridades construyeron muchos centros de lavado de cerebro para mantener a los practicantes. Un día, la ciudad comenzó a arreglar una enfermería abandonada con fuertes medidas de seguridad. Un obrero en la construcción sospechaba y se lo comentó a un practicante. Más tarde nos enteramos que las autoridades de la ciudad planeaban usarla como un nuevo centro de lavado de cerebro. Reunimos a todos y enviamos fuertes pensamientos rectos la noche anterior a que nos arrestaran.

El Maestro dice en Escrituras esenciales para mayor avance (II): "Los pensamientos rectos de los discípulos de Dafa son poderosos".

Esa noche, repentinamente, el cielo despejado se nubló y comenzó a llover. Llovió durante horas hasta el día siguiente. La enorme cantidad de agua que cayó inundó la enfermería durante tres días. Se llenó de lodo y desechos, y quedó arruinada.

Algunos meses después, conocimos una persona del gobierno que a menudo ayudaba a los practicantes y me contó que alguien reportó a veintitrés compañeros a la oficina 610 del condado. Esa planeaba detenerlos y no había nada que se pudiera hacer. Me sugirió que encontrara al informante y le pida que retire su denuncia, diciendo que había cometido un error.

Resultó ser que uno de mis vecinos quería la recompensa por informar a las autoridades sobre los practicantes. Le dieron más de 10.000 yuanes por la información. Esa noche lo llevé a mi casa y le aconsejé que regresara el dinero, que había cometido un error. Se negó a hacerlo. Le advertí que no debía ganar dinero persiguiendo a los practicantes de Falun Dafa y que habría graves consecuencias. En una semana, se desvaneció en su casa y murió cuatro días después.

El día anterior que la oficina 610 del condado planeara arrestar a los 23 practicantes, los granjeros locales protestaron masivamente en la carretera. Muchas fuerzas policiales se movilizaron para reprimir a los manifestantes. Al mismo tiempo, muchos oficiales fueron trasladados allí para ayudar a garantizar la estabilidad social. Por esto no había más personal para arrestar a los practicantes y torturarlos.

Más tarde les conté a las principales autoridades del municipio las historias sobre mi vecino fallecido y cómo el pueblo no pudo construir exitosamente un centro de lavado de cerebro. Estaban convencidos e impresionados. Como dice el Maestro en Exponiendo el Fa en el Fahui de la capital de los Estados Unidos:

"... tengan o no entendimientos correctos, sin importar qué clase de pensamientos tengan, frente a los hechos ellos deben estar convencidos y ver las cosas rectamente”.

Las autoridades trataron de ocultar la corrupción contra la que protestaban los campesinos. Un jefe de policía de la ciudad colocó un confuso gran cartel frente a un edificio para intentar incriminar a los practicantes de organizar a los granjeros para protestar contra el gobierno. Más tarde ese jefe fue condenado a muerte por un escándalo de corrupción. Fue una retribución por su maldad.

Continúa en PARTE 2.