(Minghui.org) Cuando detuvieron a practicantes en otra ciudad, creamos un equipo de rescate y necesitábamos conductores para llevar a los compañeros practicantes a esa ciudad de forma regular.
Nuestro coordinador me preguntó: "Tu familia tiene buena economía y puedes permitirte comprar un automóvil. ¿Podrías tomar clases para obtener carné de conducir? Esto nos ayudará a salvar a más personas".
Sus palabras me conmovieron y entendí, que sería mucho más conveniente para mí si tuviera un automóvil. Pero yo tenía 59 años. Había recibido muy poca educación y nunca antes había intentado conducir un coche. ¿Sería capaz a aprender? ¿Y podría pasar el examen práctico de conducir?
Sin embargo, como practicante, sabía que nuestro Maestro, el fundador de Falun Dafa, me guiaría a hacerlo bien. Todas mis preocupaciones vinieron de apegos humanos, y como la rectificación del Fa necesitaba la cooperación de los practicantes, decidí intentarlo.
Experimenté muchos obstáculos durante el proceso de aprender a conducir. Después de pasar el examen teórico, tenía que mostrar mi identificación antes del examen práctico. Debido a que practico Falun Dafa, de la estación de policía local se negaban a emitir mi tarjeta de identificación, y no era la primera vez.
Decidí fortalecer mis pensamientos rectos y pedí ayuda a Shifu. Mis familiares también enviaron pensamientos rectos por mí. En lugar de regresar a la estación de policía, fuimos directamente al departamento que expide las tarjetas de identificación. Mi solicitud fue procesada y, finalmente, recibí mi licencia de conducir.
Encontrando mis apegos
Compré un automóvil y comencé a ayudar a los compañeros practicantes llevándoles a los diferentes lugares donde se necesitaba esfuerzos de rescate, pero mis apegos seguían saliendo a la superficie.
En una ocasión, conduje a los familiares de un practicante, a su abogado y a otros practicantes a una comisaría y a la procuraduría para que ellos informan a los funcionarios sobre Falun Dafa y la persecución, y solicitaran la liberación del practicante detenido.
Nos dimos cuenta que nos seguían, y mi apego al miedo comenzó a brotar. Temía que me quitarían el permiso de conducir y encontraran mi dirección. Pero al ver que los demás en el automóvil estaban haciendo todo lo posible para ayudar al practicante detenido, me di cuenta de que debía dejar de lado mi miedo y concentrarme en los esfuerzos de rescate.
El abogado y la familia del practicante se conmovieron por las acciones desinteresadas de nuestros practicantes.
Mis apegos ocultos seguían apareciendo. La mayoría de nuestros practicantes locales fueron a los negocios en el área y les dijeron que los practicantes estaban siendo perseguidos. Como podía conducir, me ofrecí para ir a los lugares más lejanos que planeamos cubrir. Invité a algunos practicantes para que vinieran conmigo, y salimos a los suburbios.
Al principio me sentí muy feliz de hacer esto. Sin embargo, con el tiempo comencé a sentirme inquieto en mi corazón. Hubo costos de combustible y de mantenimiento del coche, pero nadie se ofreció a ayudar con los gastos.
Después de estudiar el Fa en casa, me di cuenta que tenía apego al dinero y deseaba recibir elogios.
Empecé a preguntarme, ¿debería uno preocuparse tanto por tales cosas cuando estamos intentando salvar vidas? ¿No es esta una oportunidad para eliminar mis apegos y mejorar?
Entonces, decidí soltar estos apegos.
Salvando a la gente en un área remota
Una practicante me pidió que la llevara al funeral de su tío. Su tío vivía en una aldea montañosa, y ella me dijo que los aldeanos de allí no sabían la verdad sobre Falun Dafa. Estaba muy lejos, y yo no quería ir. Pero soy practicante, y se suponía que mi coche iba a ser usado para la rectificación del Fa.
El Maestro dijo:
"La responsabilidad de los Dafa dizi es salvar a los seres conscientes" (Los Dafa dizi tienen que estudiar el Fa).
Le dije que iría.
Solo unos pocos aldeanos mostraron una actitud positiva hacia Dafa. La mayoría de la gente de allí no quería escucharnos cuando hablábamos de Dafa, y algunos incluso trataban de alejarse de nosotros. Sus mentes estaban llenas de propaganda calumniosa sobre Falun Dafa de los medios de comunicación del partido comunista chino (PCCh).
Empezamos a ofrecer a los aldeanos acercarlos en auto a lugares cercanos. Quedaron impresionados por nuestra generosidad, y algunos quedaron aún más impresionados de que yo pudiera aprender a conducir a mi edad. Cuando volvimos a hablar con ellos sobre Dafa, se mostraron más receptivos. Como resultado de nuestros esfuerzos, más de 20 personas decidieron renunciar al PCCh.
El secretario del partido de una fábrica intentó evitarnos al principio, pero más tarde nos pidió que lo llevemos en auto. En el viaje, tuvimos que hablar con él sobre Dafa de una manera detallada y compasiva. Con mucho gusto aceptó abandonar el partido después de escucharnos, y cada vez que lo veíamos de nuevo, siempre nos saludaba cordialmente.