(Minghui.org) Desde pequeña me impacientaba y hacía todo por conocer los resultados de los exámenes de la escuela lo más pronto posible. Aunque no caía en la cuenta, esto era un reflejo del apego a exigir respuesta de los demás.
Cada vez que tenía que esperar hasta conocer los resultados de los exámenes, la ansiedad me invadía. La espera me atormentaba. Dicha situación no mejoró lo más mínimo cuando pasé de la escuela secundaria a la universidad. En aquel entonces, todavía no era capaz de reconocer que este apego era muy fuerte porque permanecía profundamente oculto. Solo afloraba en el momento en que interactuaba con otras personas.
En una ocasión, tuve una disputa con un buen amigo de la universidad porque no me dio una contestación inmediatamente. Sentí que se había comportado como un maleducado y que le había restado importancia a mi pregunta. Me sentí malhumorada en aquel momento ya que no acerté a comprender que el problema era solo mío.
Como no eliminaba esta noción de forma activa, los conflictos se sucedieron. Conocí a un joven con el que me llevaba muy bien. Recuerdo que en una ocasión, dejó de responder a mis mensajes durante toda una semana. Este hecho me puso tan furiosa que incluso comencé a sentir dolores en el pecho. Me sentía tan ofendida que ni siquiera conseguía pegar el ojo por las noches. A pesar de estudiar mucho el Fa, no logré tranquilizarme, así que decidí romper con él.
Los practicantes locales debatieron, hace poco, el asunto de si teníamos que contestar a los demás rápidamente o no. Durante la discusión, afloraron diferentes puntos de vista. Cuando miré hacia dentro, descubrí que mi apego había crecido.
Me di cuenta de que “exigir una respuesta” es el reflejo de una mentalidad egoísta. Quiero demostrar que mi punto de vista es importante, así que pienso que todos deben contestarme para que no quede ni la más mínima duda de que están de acuerdo conmigo.
Pero, realmente, ¿por qué considero tan importante que me contesten inmediatamente? Me parece que olvido que bien podrían no responderme rápidamente porque se encuentran ocupados. Cuando examiné mi apego más en profundidad, pude encontrar que perseguía fama, que me gustaba mostrarme, que era competitiva, etc. Todas estas son precisamente las nociones humanas que debemos eliminar.
Tan pronto como identifiqué estos apegos, todo cambió a mi alrededor. No volvió a preocuparme cómo me veían los demás, y dejé de hacer comentarios precipitados e infundados sobre los demás.
La habilidad de mirar hacia dentro honestamente cuando nos encontramos con dificultades es de suma importancia. Siempre que me siento molesta o pienso que algún conflicto no tiene nada que ver conmigo, debo mirar hacia dentro y no olvidar que es, justamente, en ese momento cuando se me está presentando la oportunidad de mejorar.