(Minghui.org) Un practicante anciano de Falun Dafa comentó en nuestro estudio local del Fa, que no se había perdido ni una sola de las sesiones matutinas de ejercicios, desde que se publicó la actualización de: “Radio Minghui vía satélite: Se adelanta la hora de los ejercicios matutinos”, en 2007.
Muchos de mis compañeros practicantes se avergonzaron al escucharlo, especialmente aquellos que no hacían los ejercicios desde hacía mucho tiempo. Intercambiaron que no podían deshacerse de la interferencia provocada por la somnolencia. Otros incluso compartieron que aunque no hacían los ejercicios con frecuencia, se enfocaban en mejorar su xinxing y se involucraban en proyectos de aclaración de la verdad.
Al principio, unirme a los ejercicios matutinos fue un proceso difícil, ya que me tomó mucho tiempo deshacerme de mi apego a la comodidad. Deseaba hacer los ejercicios, pero cuando llegaba la hora de abandonar la cama, dudaba. Descubrí que el pensamiento de no querer levantarme de la cama no era mío, así que envié pensamientos rectos para eliminarlo. Después de algunos días incluso podía despertarme espontáneamente cuando llegaba la hora de hacer los ejercicios matutinos.
En cuanto pensé que había estado buscando Falun Gong vida tras vida, el pensamiento de que tenía sueño empezó a perder notoriedad, hasta volverse algo insignificante.
Cuando no hacía los ejercicios durante mucho tiempo, experimentaba interferencias y mi conciencia principal se debilitaba. El ye de pensamiento y todo tipo de nociones empezaban a atosigarme. Me sentía incapaz de reprimirlas o eliminarlas. A pesar de estar haciendo las tres cosas, mi cuerpo estaba continuamente siendo acribillado por la eliminación del yeli de enfermedad. Mi estado afectaba a todo aquello que se encontraba bajo mi responsabilidad. Este pensamiento me atormentaba.
Observé que algunos practicantes cuando hacían los ejercicios no seguían las instrucciones. Por ejemplo, mantenían sus piernas firmes, en lugar de curvadas y relajadas; no estiraban sus brazos hasta formar una línea recta o no se sentaban erguidos cuando meditaban. Algunos incluso llegaban a quedarse dormidos.
Creo que cuando uno se propone hacer las cosas bien, puede rectificarlo todo. No es mi intención señalar las deficiencias de los demás. Solo digo que cuando hacemos los ejercicios correctamente al unísono, se crea un campo sagrado y espectacular cuando se lo observa desde otras dimensiones.