(Minghui.org) Recientemente, varios practicantes de Falun Dafa fueron arrestados, mientras se encontraban estudiando el Fa en casa de uno de ellos. Cuando escuché esto, no me conmovió tanto como solía hacerlo en el pasado. En ese momento, tampoco les daba prioridad a los practicantes que estaban siendo perseguidos ni albergaba ningún odio hacia la policía.
Serenamente envié pensamientos rectos para reforzar la rectitud de los practicantes arrestados, esperando que se rectificaran a ellos mismos, desintegraran la interferencia y aclararan la verdad a la policía.
A pesar de nuestras deficiencias, no debemos permitir que las viejas fuerzas tomen ventaja de nuestras brechas y aniquilen a los seres conscientes. En mi opinión, los practicantes no estaban siendo perseguidos, sino que se suponía que debían ayudar a esos funcionarios, para que comprendieran la verdad sobre Falun Dafa y la persecución.
En realidad, las verdaderas víctimas son aquellos que están involucrados de alguna manera en la persecución a los practicantes de Falun Dafa. Sus vidas corren peligro. El Maestro dijo:
“Hace mucho tiempo les dije que el Dafa dizi, un cultivador, no tiene enemigos. El único rol que tienen ustedes es el de salvar a la gente, y ustedes no tienen nada que ver con usar medios y principios humanos para castigar o juzgar a las personas”. (Exponiendo el Fa en la ciudad de Chicago).
Compartí mis pensamientos con otros practicantes y conseguimos elevar nuestros entendimientos, transformar nuestros pensamientos e impedir que las viejas fuerzas nos usaran para arruinar a más seres conscientes.
Todas las vidas han venido por Dafa, y deberíamos hacer lo que el Maestro nos pide. Él nos indicó:
“Sea lo que sea que experimenten durante la cultivación -sea bueno o malo- es bueno, ya que esto sólo ocurre porque ustedes se están cultivando”. (Al Fahui de Chicago).
Una vez que nos alineamos con los principios del Fa, enviamos pensamientos rectos para negar la interferencia y las cosas comenzaron a cambiar muy deprisa mientras ayudábamos a rescatar practicantes.
Dos días después, Ying (alias), una familiar de uno de los arrestados, vino a verme. Me habló sobre los practicantes que fueron arrestados y que sentía resentimiento hacia ellos.
La escuché con calma. Aunque no le reproché nada y sus apegos movieron mi corazón, estaba deseosa por compartir mis pensamientos sobre el arresto. Entonces, me di cuenta de que tenía un apego a exhibir mis entendimientos.
Le mencioné a Mei (alias) y le dije que ella y yo teníamos diferentes entendimientos sobre lo que había ocurrido. Después, seguimos intercambiando nuestros pensamientos y sencillamente le recordé a Ying que tenía que mirar hacia dentro, que se deshiciera del resentimiento y del sentimentalismo, que enviara pensamientos rectos para ayudar a los practicantes que habían sido arrestados y que negara la persecución. No miré las deficiencias en mí, no miré hacia dentro.
Mei vino a verme un día después y me dijo: “No sé qué le habrán dicho a Ying, porque ha cambiado completamente su actitud hacia mí y ahora siempre quiere discutir conmigo”.
Luego, insinuó que yo había sido la causante de dicha situación.
No me molesté. Tampoco le di ninguna explicación. Mei siguió quejándose, hasta que perdí la paciencia y le dije que se equivocaba. En ese momento, me di cuenta de que mi comportamiento no estaba basándose en el Fa, así que cambié mi actitud y le expliqué las cosas amablemente.
Mei se tranquilizó y empezó a darme su opinión sobre los practicantes arrestados. Mientras conversábamos, comprendí algo.
Le dije: “No sigas. Creo que esto no está bien. No deberíamos hablar sobre los problemas de otros practicantes”.
Entendió lo que le dije y se marchó.
Después de que se marchara, me iluminé a un principio del Fa. Hasta aquel momento, pensaba que no estaba apegada a los problemas de los demás practicantes y que era tolerante con ellos. Había creído que ya no miraba hacia fuera, que no me quejaba y que sabía cómo cultivarme.
Pero ese día comprendí que aún existía una capa del apego que no había eliminado. Aún mantenía 'nociones y pensamientos' sobre otros practicantes. Se habían formado tiempo atrás. Al observar los malos comportamientos de otros practicantes y solo mirar hacia fuera. En aquel entonces no ajustaba mi entendimiento a los principios del Fa. Estos pensamientos habían permanecido en mi mente. Se encontraban escondidos muy profundamente y eran difíciles de detectar. Aún así, tenía que corregirme. Los practicantes que se han elevado con la cultivación, ni se comportan, ni piensan como lo hacían antes.
También entendí que las 'nociones y pensamientos' que albergamos sobre los practicantes pueden interferir de gravedad con nuestra misión: la salvación de seres conscientes.
Por ejemplo, tan pronto como emerge una de esas nociones, crea una brecha entre los practicantes. O también puede darse el caso de que los practicantes nos necesiten para enviar pensamientos rectos para socorrerlos, y que esas nociones actúen como una barrera, haciéndonos pensar primero en las deficiencias y los problemas de los practicantes, en lugar de mirar hacia dentro y usar nuestros pensamientos puros para ayudarlos. En esencia, actuaríamos como las viejas fuerzas.
Cuando enviamos pensamientos rectos con esas nociones, estamos enviando también una sustancia negra pegajosa hacia los practicantes que necesitan nuestra ayuda. A menudo, esta es la razón por la cual nuestros pensamientos rectos no son eficaces cuando intentamos rescatar a otros practicantes.
Recordé algo de lo que una practicante había compartido conmigo unos días antes. Otra practicante de nuestra ciudad padecía síntomas graves de yeli de enfermedad. Más de 30 practicantes enviaron pensamientos rectos e intercambiaron sus entendimientos continuamente. La practicante falleció a pesar del esfuerzo colectivo.
Los practicantes hacían suposiciones, pero no encontraban la razón de por qué había sucedido esto. No nos podíamos imaginar que no estábamos actuando en base a los principios del Fa. Ahora, comprendo que era esta sustancia la que nos impedía alcanzar el estándar de ese nivel del Fa. Por lo tanto, éramos incapaces de elevarnos hasta ese nivel y negar los arreglos de las viejas fuerzas.
Comprendí que esas 'nociones' formaban parte de los arreglos de las viejas fuerzas y que ellas las dirigían. Por eso, ¡debo destruir las nociones en todos los niveles porque no se ajustan al Fa! Debo eliminar las nociones sobre otros practicantes, deshacerme de los apegos egoístas, y tratar lo que atañe a otros practicantes como si de mí se tratara. El Maestro dijo:
“Las cosas que a él le conciernen, también te concierne a ti, y lo que a ti te concierne le concierne a él también”. (Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2002)
Cuando mi nivel de entendimiento se elevó, comprendí que todas las cosas son buenas. Cuando miras las cosas basándote en los principios del Fa, incluso las 'cosas malas' son 'cosas buenas'. Todas son impulsos para ayudarte a avanzar, y depende de uno si se quiere elevarse o no.
Si no existieran estos `'conflictos', ¿Cómo descubriríamos nuestras carencias y cómo nos rectificaríamos?
Puedo observar la belleza de la tolerancia. Si no podemos tolerar, miramos hacia fuera, no cultivamos nuestra habla, nos quejamos y discutimos, entonces, crearemos brechas entre los practicantes y permitiremos que las viejas fuerzas tomen ventaja de nuestras deficiencias. Permitiremos que las viejas fuerzas interfieran con nuestros intentos de rescatar a practicantes.