(Minghui.org) La señora Wong, practicante de Falun Dafa, es una gerente jubilada de una sucursal del Banco de China. Vio una cartelera electrónica frente a su antiguo banco que mostraba mensajes difamatorios sobre Dafa.
Visitó a varios presidentes, gerentes y empleados de la entidad para contarles sobre Falun Dafa y la persecución. El personal estaba muy conmovido por su perseverancia y eliminaron los mensajes de la cartelera.
Sus pensamientos rectos y acciones me inspiraron. Otros bancos también tenían carteles que mostraban este tipo de avisos.
Una de las entidades se encontraba cerca de un centro comercial donde mucha gente podía verlos. Después que le conté a la señora Wang, decidimos visitarlos para aclarar allí los hechos a los gerentes y empleados.
Cuando visitamos a un director, le dije que mi tía que acababa de regresar de Canadá, optó por no depositar su dinero allí porque vio estos mensajes y pensó que el banco era poco ético en sus prácticas.
Había observado a los practicantes de Canadá y dijo que son un grupo de buenas personas que siguen los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
También le conté que en 1999, más de mil personas solían practicar la disciplina en el parque al otro lado de la calle antes que comenzara la persecución, y que su difamación sobre Dafa los había llevado a no abrir una cuenta allí. Entonces nos pidió que habláramos con el presidente del banco.
Muchos practicantes nos ayudaron a visitar a los directivos de esta entidad para solicitarles que eliminen esos carteles, pero el personal no fue amistoso con ellos.
Entonces decidí escribirles una carta, exigiendo que los retiren inmediatamente. Les expliqué lo que es Falun Dafa: que enseña a la gente a ser buena, siguiendo los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia, que ayuda a elevar sus estándares morales, a considerar a otros primero, a llegar a ser desinteresado, y que la práctica se ha extendido a más de cien países y regiones de todo el mundo.
Agregué que ni una sola ley china estipula que Falun Dafa es ilegal. Jiang Zemin lanzó la persecución, y luego la oficina 610 llevó a cabo sus directivas: arruinar la reputación de los practicantes de Falun Dafa, cortar sus recursos financieros y destruirlos físicamente.
También les informé que doscientos mil de ellos presentaron demandas contra Jiang por perseguirlos.
Los compañeros practicantes ayudaron a distribuir las cartas a los directores y empleados de los distintos bancos. Como resultado, los carteles difamatorios fueron retirados de las vallas publicitarias, y muchos de los trabajadores también renunciaron al partido comunista chino.