(Minghui.org) Mi hija practicaba Falun Dafa cuando tenía tres años. Antes del inicio de la persecución en 1999, la llevaba conmigo cuando hablaba con la gente sobre esta práctica de cultivación, al grupo de práctica y al estudio grupal del Fa.
Cuando no se sentía bien, decía que estaba bien porque el Maestro la estaba protegiendo. Cuando se volvió adolescente, empezó a tener problemas con su identidad sexual. Le pedí al Maestro que me diera valor y compasión para poder ayudar a mi hija, y que ella regresara al fin a cultivarse en Dafa.
Yendo con la corriente
Mi hija se volvió una adolescente introvertida y ya no quería compartir sus pensamientos conmigo. Pensé que esto era solo una fase, pero gradualmente se volvió aún más callada.
Un día, cuando leí su diario, encontré que estaba teniendo problemas con su identidad sexual. Estas fueron noticias alarmantes para mi y casi colapso.
Sabía que solo Dafa podía salvarla, pero ella se rehusaba a leer las enseñanzas del Maestro conmigo.
“Yo sé que Dafa es bueno,” decía, “pero los requisitos son demasiado elevados para mí. Tú ve y cultívate, y yo haré lo que yo quiera”.
Nuestros amigos dijeron que conocían mucha gente joven que era lesbiana u homosexual, pero no podíamos aceptar el hecho de que nuestra hija fuera lesbiana.
Para ayudarla a resolver su crisis de identidad, la llevé al psicólogo y tratamos un sinnúmero de métodos diferentes, pero ninguno funcionó.
Finalmente, ya no podía discutir más el asunto con ella. Incluso firmó un acuerdo para terminar la relación padre-hija con mi esposo. Nos sentimos desesperados.
Solo podíamos esperar que cambiara después de entrar en la universidad, pero eso tampoco sucedió. De hecho salía con otra mujer.
Lloraba cada vez que pensaba en ella. Desde que no podíamos vernos comencé a escribirle. Una noche mientras la veía quedarse dormida, le teclee una carta muy larga con lágrimas en mis ojos.
“Querida hija”, dije: “eres mi única hija. Este mundo es un pozo lleno de venenos, pero no debes caer como muchos otros lo han hecho”.
Dafa abrió la puerta
Mientras estábamos desesperados, escuché una voz en mi mente diciendo: “Falun Fo Fa, los grandiosos poderes del Fo son ilimitados”. El mundo se iluminó y trajo felicidad a mi mente.
El Maestro dijo:
“Puedo decirte, somos cultivadores, por lo que necesitas tratar a todos los seres conscientes alrededor de ti con la mayor compasión que te sea posible”.
“Pienso que no deberías descorazonarte o sentirte apático en absoluto. Hazlo con compasión sin importar quien sea, y con una compasión que puede fundir acero, podrás hacerlo bien”. (Exponiendo el Fa durante el Festival de la Linterna, 2003)
Con esperanza resurgiendo en mi mente, pedí: “Maestro, por favor ayuda a mi hija a regresar a Dafa”.
Mientras me sentía esperanzada, mi hija y esposo tuvieron otra pelea. Ella estaba tan triste que se fue de la casa y pasó la noche en el aeropuerto. Afortunadamente me llamó y después de algunas discusiones aceptó quedarse en casa de una amiga.
Después de que llegó a casa una semana después, le hice su comida favorita, y la traté como antes. La traté con compasión incondicional.
Regreso a una vida familiar armoniosa
Comencé a leer libros de Dafa en su cuarto después de que regresó y también compartí con ella mis experiencias de cultivación y la belleza de Dafa. Me di cuenta de que ella no se iba, así que sugerí: “¿Deberíamos de leer libros de Dafa juntas otra vez?”. Ella contestó: “Mamá, voy a leer Zhuan Falun mañana contigo”. Apenas podía creer lo que estaba escuchando. Agradeciendo al Maestro desde el fondo de mi corazón, dije: “¡Mi hija ha regresado!”.
Terminamos de ver el DVD del Seminario de nueve días del Maestro durante los siguientes dos días, y también leímos Zhuan Falun repetidamente. Por la noche, mi esposo vio el DVD de los Nueve Comentarios sobre el Partido Comunista con nosotras. Cuando se mostraban a los practicantes siendo torturados, mi hija dijo con lágrimas en sus ojos: “Mamá, si la gente mala no es castigada, no hay ley del Cielo”.
A ella también le gustan mucho los programas de la televisora NTD, y le pidió a su padre que los viera con ella.
“He leído cientos de libros desde la escuela primaria,” le dijo a su padre: “pero solo Zhuan Falun me ha cambiado”.
Siendo testigo del extraordinario cambio en nuestra hija, mi esposo cambió su actitud hacia Dafa. Ahora lee Zhuan Falun con nosotras.
Es Falun Dafa quien trajo la buena fortuna a mi familia y el regreso a una vida armónica.