(Minghui.org) Fui arrestado por la policía bajo las órdenes del director de la oficina 610 de la ciudad de Qixia cuando la persecución a los practicantes de Falun Dafa estaba en su pico. Fui llevado a un centro de lavado de cerebro.
Me arrojaron a un cuarto individual sin decirme nada. Me esposaron a una tubería de agua y había tres personas mirándome día y noche. El líder de los tres era Chang Yingkui, el más cruel de los tres.
Repetidamente abofeteó mi cara. Cuando sus manos se hirieron mucho, comenzó a usar libros para golpearme. Cuando los libros se caían a pedazos, usaba bolsas rugosas de agua caliente para azotarme. También pateaba mis espinillas.
No me permitían ir al baño, así que mi ropa interior estaba a menudo mojada de orina. Eventualmente, no podía retener mis heces y el hedor de excremento humano llenaba el cuarto.
No me permitían dormir y después de dos o tres días, comenzaron a drogarme. Entonces me sujetaban a la cañería cerca de la chimenea y me quemaba el calor.
Cuando Wang estaba de servicio una noche, me golpeó hasta perder la visión del ojo izquierdo. Sonrió y dijo: “Permíteme tomar una foto de ti y enviarla a mis amigos. Déjales ver un dragón de un solo ojo”.
Aún puedo recordar la paliza más dura de ellos. También era de noche. Me ataron a una tubería de agua y los tres me golpearon al mismo tiempo. Perdí la conciencia.
Cuando desperté. No sabía cuánto tiempo había pasado, pero mi cuerpo estaba mojado y helado. Cuando vieron que estaba consciente, me colgaron de nuevo a la tubería de agua, esta vez por siete días y noches.
Después de dos meses de tortura, me enviaron a la comisaría para otro mes más de tortura. Después, me enviaron al campo de trabajos forzados de Wangcun.
Reuniéndome con mi torturador
El amigo de mi hijo se casó a fines del otoño del 2015. En la recepción, reconocí a un hombre que me parecía muy familiar, pero no podía reconocerlo. Volví mi espalda y pude recordar de dónde lo conocía. Recordé: no era otro que Chang Yingkui, el hombre que me torturó y me golpeó casi hasta la muerte. No lo había visto por más de diez años.
Me di vuelta, caminé hacia él, me presenté y le pregunté si me recordaba. Me miró por un minuto y dijo que no.
“Me torturaste en el centro de lavado de cerebro de Xiaozhuang”, le dije. “No te odio. Sé que sólo lo estabas haciendo para vivir. El partido comunista chino y Jiang Zemin te usaron para hacer cosas malas”.
El solo permaneció y me miró fijamente. Le pregunté si había renunciado a su membresía en el PCCh y a sus organizaciones afiliadas. “No soy un miembro del partido”, contestó.
Una vez usaste un pañuelo rojo y eras miembro de la liga juvenil comunista, ¿no es cierto?, le pregunté.
Continuando le dije: “¿Por qué no renuncias a la liga? Nuestro Maestro es muy compasivo. Si realmente te arrepientes de lo que has hecho, renuncias al partido y crees en Falun Dafa el Maestro Li es bueno, serás salvado”.
Sus ojos se le llenaron de lágrimas y dijo: “¡Oh gracias, gracias!”.
A través del curso de este evento, realmente sentí que mi corazón se ha abierto. Pude darle a este hombre, que una vez me torturó casi hasta la muerte, una posibilidad de arrepentirse y ser salvado.
De nuevo ¡Gracias Maestro, gracias Dafa!