(Minghui.org) Soy una practicante en un pueblo remoto, donde la mayoría de los practicantes son mayores y han tenido una limitada educación académica.
En octubre de 2015, obtuve una copia del nuevo jingwen del Maestro Li en el que mencionaba que los practicantes de Falun Dafa deben demandar a el ex líder chino Jiang Zemin por iniciar y mantener la persecución a Falun Dafa.
En nuestra área, la mayor cantidad de practicantes que habían sido perseguidos, quería presentar una querella. Discutí la idea con otros practicantes que fuertemente me animaron y empecé a escribir los documentos legales.
Sin embargo, la policía local se dio cuenta de mi intención. Algunos oficiales fueron a mi casa para hostigarme y amenazarme. Me hablaron para que renuncie a mi búsqueda legal, o de lo contrario ordenarían a la oficina de pensiones que finalizaran el subsidio de discapacidad de mi marido o incluso me “eliminarían”.
Oficiales del gobierno aparecieron también. Eran extraños, pero solo caminaron dentro de mi casa y miraron alrededor. Me dijeron que no presente cargos en contra Jiang Zemin y amenazaron a mi marido.
Mi marido fue luego hospitalizado. La policía me acosaba mientras yo estaba cuidándolo en el hospital. También ordenaron a los doctores y enfermeras que me controlaran y amenazaran.
Traté de explicar los hechos sobre Falun Gong al personal médico, pero ellos tenían mucho miedo para escuchar. Así que les dije que debían centrarse en hacer bien su trabajo, en vez de ayudar a la policía a llevar a cabo los actos criminales de Jiang Zemin. Los doctores y enfermeras dejaron de controlarme para informar a la policía.
La policía me llamó frecuentemente al hospital, pero colgaba cuando tomaba el teléfono. También llamaban a las enfermeras para comprobar si yo estaba allí. El acoso duró desde diciembre de 2015 hasta marzo de 2016.
Varios oficiales fueron a mi casa con una grabadora el 7 de marzo del 2016. Sabía que ellos me estaban grabando, dije ruidosamente: “Estoy escribiendo mi experiencia de cultivación. ¿eso viola alguna ley?”, les mostré mi proyecto y les hablé sobre los crímenes cometidos por Jiang y sus seguidores.
Al dia siguiente le dije a mi marido: “Voy a enviar por correo la denuncia mañana antes de que puedan detenerme. Si no puedo cuidar de ti es porque me han detenido, tendrás que ir a la casa de nuestra hija”. Él aceptó.
Tuve un lindo sueño esa noche, en el que fui a un lugar magnífico.
Con valor, fui a una oficina de correos a enviar mi denuncia el 9 de marzo. Asombrosamente, los oficiales o agentes no me acosaron ese día. Volví a la oficina de correos el 17 de marzo para ver si la denuncia había llegado a su destino y me informaron de que la entrega se confirmó el 11 de marzo.
Regresé a mi casa y le dije a la persona que fue asignada para verme todos los días: “Mi demanda contra Jiang ya fue entregada”. Se negó a creerme y llamó a la policía para decirles que me arrestaran.
Cinco oficiales de la policía aparecieron en mi casa, mirando de forma amenazante. Estaba lavando una olla de arroz en ese momento, así que usé el tiempo para calmarme y ajustar mi mente. Les traje con calma sillas y los invité a sentarse.
El jefe de la comisaría, dijo: “Escuché que demandó a Jiang Zemin”.
“Si”, respondí.
“¿Quién se atrevió a aceptar el caso?”, preguntó él.
Saqué el formulario de entrega y una copia de la denuncia y le pasé los documentos.
“¿Jiang Zemin?”, murmuró. “Usted lo entregó”.
“¿Cómo sabe hacer todo esto?”, otro oficial preguntó.
“Porque me preocupo por mi y mis derechos”, le dije, evitando responder a la pregunta directamente.
“¿Quién es el jefe procurador?”. Siguieron haciendo preguntas sobre el proceso legal y le dije lo que sabía sobre eso. Dijeron que no sabían nada sobre la presentación de demandas.
“Como oficial de policía, ¿no sabías sobre este asunto tan importante?”, dije. Todos parecían avergonzados.
Continué: “Ustedes, la policía también podría ser demandada, porque ustedes son quienes llevan a cabo la persecución. De hecho son las verdaderas víctimas. La persecución que enfrentamos es temporal, pero ustedes se convirtieron en criminales a causa de Jiang. Me siento mal por ustedes”.
Todos se veían derrotados. Les dije que podían dejar de seguir a Jiang y ayudar en la defensa de la justicia. También les dije que había escrito una carta y enviado a los oficiales de policía locales de diferentes niveles. La carta era sobre Falun Gong y por qué demandé a Jiang Zemin, así como el acoso y los actos ilegales llevados a cabo por los agentes de policía en nuestra área. Les dije que, si no fuera por el bien de su futuro, habría enviado la carta a la fiscalía suprema popular o la corte suprema.
Después de ese incidente, todos los oficiales y agentes dejaron de acosarnos a mi y mi familia. Hice una serie de copias de mi querella y la repartí a la gente. Aparentemente, a mucha gente le gusta escuchar sobre las demandas contra Jiang, incluso a los policías. Algunos oficiales me dicen que lamentan lo que han hecho. Incluso ahora puedo hacer los ejercicios de Falun Gong en público.
Una vez que estamos determinados a hacer lo que se supone que debemos hacer como practicantes de Dafa, Shifu prepara el terreno.