(Minghui.org) Un juez en la provincia de Sichuan recientemente evitó que un abogado que representaba a la Sra. Liang Wende, practicante de Falun Gong, usara su ordenador en el juicio de la Sra. Liang, impidiendo que defienda a su cliente.
El juicio se realizó en una sala de la corte improvisada en el centro de detención de Naxi, el 11 de julio de 2016. Cuando llegó el abogado, un agente judicial le dijo que no tenía permitido entrar con su bolso a la sala.
El abogado comunicó al juez, Mei Yi, mediante mensajes de texto que era ilegal que le prohíba el uso de ordenador. El juez se apersonó y repitió su decisión, ignorando la explicación del abogado alegando que tenía documentos relevantes de la causa y otros archivos que había preparado para el juicio.
El abogado al final fue encerrado fuera de la sala de la corte. El juez procedió a realizar un juicio a “puertas cerradas”, sin testigos. No se anunció veredicto.
Afuera de la sala de la corte, la policía hizo una barrera de unos 500 metros desde el centro de detención. Patrullas aparcaron frente a la entrada, y docenas de oficiales patrullaron las calles. Los jefes de las oficinas 610 de los distritos de Jianyang y Naxi, autoridades detrás de esta persecución, estaban presentes.
Docenas de personas, entre quienes se encontraban los familiares de la Sra. Liang, quedaron fuera de esta sala improvisada y no se les permitió asistir al juicio. Muchos tenían entre 70 y 80 años. La policía los hechó y les dijo que vayan a sus casas.
La Sra. Liang Wende, 61 años, fue arrestada el 25 de diciembre de 2015, y ha estado en el centro de detención de Naxi desde entonces.
Su abogado la visitó el 22 de junio, pero el centro de detención no permitió que le hablara a la Sra. Liang. Un vidrio los separaba y el abogado no podía escuchar lo que dijo la Sra. Liang en su visita.
Perseguida repetidamente
La Sra. Liang comenzó a practicar Falun Gong en 1997. Desde que el ex dictador del partido comunista chino, Jiang Zemin, lanzó la persecución a Falun Gong en 1999, la Sra Liang ha sido perseguida numerosas veces, por negarse a abandonar su fe en la práctica, incluso bajo extrema presión de las autoridades.
Fue despedida de su trabajo y condenada a 4,5 años en prisión, dos veces en campos de trabajo forzado, y cinco veces en centros de lavado de cerebro. Ha sufrido inanición, golpes brutales, y sesiones interminables de lavado de cerebro.
La policía saqueó su domicilio cinco veces y ha sufrido pérdidas financieras por 100.000 yuanes.
Ahora enfrenta otra posible sentencia a prisión por negarse a renunciar a su fe.