(Minghui.org) En una pequeña ciudad del nordeste de China, dos mujeres salen cada día con bolsas llenas de materiales informativos sobre Falun Gong. Aunque ambas tienen 80 años de edad, van a mercados de verdura, paradas de autobús, hospitales, ferias, e incluso comisarías a entregar folletos en mano.
Han ayudado a muchas personas a conocer los hechos, pero querían hacer más usando pancartas.
Las cosas no iban tan bien como esperaban al comienzo. Sus pancartas a menudo eran dañadas, y esto hacía que perdieran tiempo arreglándolas. Así que tuvieron una idea: Las vigilarían personalmente.
Su compasión gana respeto y admiración
Tan pronto como colocaban sus pancartas, la gente rápidamente se reunían alrededor para leerlas. Muchos decidían abandonar el PCCh después de conocer los hechos, y después lo contaban a otros para que hicieran lo mismo.
Algunas veces las mujeres no podían encontrar un lugar apropiado para colgar las pancartas, así que las sujetaban ellas mismas. Sus manos se entumecían en el frio congelante, pero no le dieron importancia y permanecieron contando a la gente sobre Falun Gong y las atrocidades cometidas por Jiang Zemin y sus seguidores en la persecución.
Pacientemente respondieron todo tipo de preguntas a aquellos que estaban alrededor, a pesar de que el frio estaba formando hielo en sus cejas. Su compasión sincera conmovió a todos y la gente les agradecía con respeto y admiración.
Hombres mayores tercos cambian completamente
En su ciudad, hay un grupo de hombres mayores quienes siempre están hablando afuera. La mujer intentó varias veces aclararles la verdad, pero los hombres eran siempre muy tercos y se negaban a dejar el PCCh y sus organizaciones afiliadas.
Pero cuando sostuvieron las pancartas frente a ellos, los hombres fueron y las estudiaron atenta y profundamente. Al final comprendieron la importancia de abandonar al PCCh y verdaderamente apreciaron la bondad y las buenas intenciones de las mujeres. Más de 10 abandonaron al PCCh y eligieron tener un futuro brillante para ellos mismos.
Las valientes mujeres rechazan a la policía
Una vez, alguien las denunció a la policía. Cuando la policía vino, las mujeres no tenían miedo. Fueron en dirección a los oficiales de policía y les dijeron: “¿Han venido a arrestarnos?”. La policía no sabía qué hacer y dijeron tímidamente: “No, no vamos a arrestarles”.
Entonces las mujeres comenzaron a aclararles la verdad e incluso les ayudaron a abandonar el PCCh. Dijeron a la policía: “Han hecho lo correcto para vosotros y vuestras familias. Serán considerados por ser buenos con los practicantes de Dafa. Por favor no sigan a Jiang Zemin y no persigan a la gente buena nunca más”. La policía asintió y se marchó.
Con fe firme y pensamientos rectos, estas dos mujeres valientes se movían de un lugar a otro con sus pancartas, ayudando a mucha gente a saber la verdad.