(Minghui.org) El 2 de julio de 2016, oficiales de la comisaría de Jianshejie irrumpieron en la casa del Sr. Quan Wuzhou. Sin mostrar su identificación (ID), cuatro oficiales saquearon su casa y lo arrestaron.
El Sr. Quan fue llevado al hospital mental de Qinhuangdao. La policía le dijo a su familia que sería retenido por dos meses. La policía también demandó a su hermano mayor que firmara algunos documentos. La familia fue forzada a pagar 10.000 yuanes por mes para el “tratamiento”.
Torturado en el campo de trabajo forzado – libertad condicional médica negada
En 2013, durante un juicio contra 16 practicantes, el Sr. Quan le dio un DVD sobre Falun Gong al abogado defensor. Fue arrestado y detenido por dos semanas. Antes de eso, fue repetidamente arrestado y llevado a los campos de trabajo forzado.
Durante la conferencia anual de los altos funcionarios comunistas en Beidaihe, un resort en la costa de Qinhuangdao, la policía dijo que el Sr. Quan era un terrorista y amenazó con sentenciarlo a prisión.
Cuando su padre escuchó del arresto, pidió a la policía que lo llevaran a un hospital mental en vez de una prisión. El anciano padre recordó que en el campo de trabajo de Hehuakeng, los guardias le rompieron la pierna a su hijo en medio de las torturas. No obstante le negaron la libertad condicional médica.
Inyección de drogas venenosas y descargas eléctricas
Al Sr. Quan le inyectaron drogas venenosas que le dañaron su sistema nervioso central. También le aplicaron descargas eléctricas. A dos semanas de estar detenido, su familia lo visitó y encontró una personas completamente diferente. Sus movimientos eran lentos y parecía sufrir de pérdida de memoria.
Carteles en la vía pública ofrecen recompensas por información de practicantes
Desde que el ex dictador chino, Jiang Zemin, lanzó la persecución a Falun Gong, el PCCh persigue a los practicantes en las así llamadas fechas sensibles, como el 25 de abril, el 20 de julio, la conferencia de Beidaihe y las olimpíadas de Beijing. En la ciudad de Qinhuangdao y en la costa, hay muchos carteles digitales anunciando recompensas a quienes denuncian a los practicantes de Falun Gong.
El caso del Sr. Quan es uno de miles. Desde 1999, incontables practicantes han sido enviados a prisión, campos de trabajo forzado, y hospitales mentales. Allí reciben heridas de gravedad y algunos mueren.
Los funcionarios y médicos que participan activamente en la persecución son criminales. Tendrán graves consecuencias en el futuro si no dejan de perseguir a los practicantes.