(Minghui.org) Ninguna vía de cultivación es fácil. Sabemos cómo cultivadores la importancia de ser diligentes en nuestra cultivación.
El Maestro nos enseñó esto hace mucho tiempo:
“Shifu te conduce a entrar por la puerta, mientras que la cultivación depende del individuo; todo tiene que ver con cómo te cultivas tú mismo. Que puedas cultivarte o no, depende completamente de si tú mismo puedes ejercer Ren, renunciar y digerir amarguras. Si puedes poner firme el corazón, ninguna clase de dificultades podrá impedírtelo; yo digo que entonces no habrá problemas”. (Zhuan Falun)
Nos acercamos a la última etapa de cultivación de nuestro viaje. Incluso ahora, todavía tengo problemas en ser diligente. Me gustaría compartir algunas de mis experiencias y entendimientos con los compañeros practicantes.
1. Buscar el confort y el ocio, el apego al miedo
Muchas veces tomo siestas durante el día y en ocasiones son largas. Soy deficiente cuanto intento generar conciencia cara a cara sobre la persecución. Dudo en salir si hay mal clima o cuando la persecución es más intensa.
2. La complacencia en ver la televisión
Disfrutaba viendo programas de televisión antes de empezar la cultivación. Todavía me permito ver la televisión a veces. Mi marido me abandonó porque no renuncio a esto. Los programas de televisión activaron e intensificaron mis apegos. No pude evitarlo a pesar de saber que no era el mejor estado y que no debía estar tan apegada.
3. Desaprovechando las oportunidades para mejorar
Sentía que los demás arruinaban mi reputación, que me agraviaban y me enojaba cuando me señalaban mis defectos. Desaproveché muchas oportunidades para mejorar. Ahora dicen que se me ve envejecida cuando antes me decían que se me veía juvenil.
El otro día tuve un sueño vívido donde el Maestro vino a mí con una gran lista de nombres. Vino a graduarnos. Muchos practicantes estaban en clase. Al llegar mi turno, el Maestro me miró seriamente y dijo: “Usted no pasó ninguna prueba ni tribulaciones. ¡Usted no está listo!”. Y luego ¡se fue!
Al despertar, no había palabras que pudieran expresar mi vergüenza y arrepentimiento. Después del sueño me di cuenta de que no me había cultivado de verdad y empecé a prestar más atención a las cosas básicas.
Me recordé que nada sucede por casualidad. Abrí mi corazón a otros practicantes. Estaba decidida a alentar y apoyar a otros practicantes y así mejorar juntos. No lo tomo como algo personal cuando me critican ahora y considero la crítica con calma. No quiero perder ninguna oportunidad de mejorar.
La cuestión clave es que no me tomé mi cultivación lo suficientemente en serio al mirar atrás en mi camino, lo que significa que no tomé con responsabilidad a Dafa y a mis seres consientes. Ahora aprovecho cada momento para leer el Fa con una mente tranquila.
También me gustaría compartir el Fa que me ha tocado profundamente:
“Si lo que hacen no es digno de un discípulo de Dafa, piensen sobre esto: si con la misericordia más grande desde el comienzo del tiempo y con la enorme bendición del Fo, aún no pueden hacerlo bien, ¿cómo podría haber otra oportunidad? La cultivación y la rectificación del Fa son serias. Valorar este período de tiempo es, de hecho, una cuestión de si se pueden responsabilizar por sí mismos”. (“Los discípulos de Dafa en el período de la rectificación del Fa”, en Escrituras esenciales para mayor avance II)
“Los Dafa dizi son dioses que han bajado al mundo terrenal con la responsabilidad de asistir a Shifu y salvar a los seres conscientes; están encargados de la responsabilidad de salvar a los seres conscientes en los mundos bajos. Tú sientes: no importa que mi cultivación individual no esté bien, es como los métodos de cultivación en la historia, por eso, algunos no son muy diligentes, parece que se cultivan pero no se cultivan. ¿Pero lo has pensado? Cuando viniste a este mundo, firmaste un contrato conmigo, juraste que ibas a salvar a esos seres conscientes, sólo entonces pudiste ser Dafa dizi, para que pudieras hacer este asunto, pero no cumpliste. No has cumplido totalmente; esos incontables seres conscientes, esos enormes grupos de vidas que cargas sobre tu espalda, que te fueron distribuidos, ni los puedes salvar, ¡¿qué es eso?! ¿Acaso eso es simplemente una cuestión de no cultivarse diligentemente? ¡Eso es un pecado extremada, extremadamente grande! ¡Un pecado sin comparación! ¿Entonces tú piensas que cuando llegue el momento, tú llamas a Shifu y dices ‘no me he cultivado bien, Shifu’, y ya se termina este asunto? ¿Quién puede permitirlo? ¿Esas viejas fuerzas pueden permitirlo? ¡¿Qué asunto importante y de peso?!”.(Fahui de Nueva York 2016)