(Minghui.org) Los practicantes de Falun Gong en China han sido reprimidos por su creencia por 17 años. En el comienzo, mucha gente creyó la propaganda del gobierno y fueron hostiles con los practicantes. Con el correr de los años, un número creciente de personas ha conocido la real situación y pasó a ser defensor de Falun Gong.
A continuación dos historias compartidas por practicantes, en las cuales quienes resistieron a la persecución encontraron bendiciones.
[Ciudad de Nanjing, provincia de Jiangsu] Mi familiar dio negativo en hepatitis B
Un pariente solía trabajar para el gobierno de la provincia de Jiangsu. Al enterarse que yo había sido detenido por practicar Falun Gong en 2006, indignado se dirigió al edificio del gobierno provincial. Les dijo a sus antiguos colegas, "¿Qué derecho tienen a detener a mi familiar? ¿Qué hay de malo en Verdad-Benevolencia-Tolerancia? ¡No deben perseguir a gente buena como ésta!".
En el pasado, él fue infectado con hepatitis B, y las pruebas mostraron que habían antígenos virales y anticuerpos en su cuerpo. Poco después de haber ido al organismo gubernamental, los resultados de los análisis en ambos casos pasaron a ser negativos. Al principio, su hija no lo creía. Después de confirmar el resultado, exclamó: "¡Qué milagro!".
Yo le conté que fue porque se había manifestado contra la persecución de Falun Gong. Sonrió y dijo: “Tal vez también comience a practicar”.
[Ciudad de Tangshan, provincia de Hebei] Mi sobrino se convirtió en un buen estudiante
En 2013 mi sobrino estaba en séptimo grado. Aunque es un niño muy inteligente, sus calificaciones en chino eran terribles.
Cuando el practicante de Falun Gong, el señor Zheng Xiangxi, fue ilegalmente arrestado y torturado hasta estar al borde de la muerte, muchos locales firmaron peticiones solicitando su liberación. Mi sobrino también firmó con su nombre.
Un día, llegó a la casa y le dijo al abuelo que había ganado el primer lugar en un concurso escolar de redacción. El hombre estaba lleno de alegría, y exclamó: “¡¿Cómo es posible?!”.
Cuando el niño me contó por teléfono, le dije que fue porque había ayudado a rescatar a un practicante de Falun Gong. Desde entonces, se ha vuelto más seguro y sus notas continúan mejorando.