(Minghui.org) Me tomó seis visitas persuadir al director de mi comisaría local a que renunciara al partido comunista chino (PCCh). Después de cada visita miraba lo que había hecho y encontraba dónde tenía deficiencias. Últimamente me volví más compasivo hacia él y sinceramente traté de mejorar y salvarlo. Esta es la historia.
Una tarde, los oficiales de policía locales irrumpieron en mi hogar e inmediatamente saquearon las habitaciones. Traté de contarles sobre Falun Gong y la persecución ilegal, pero no escucharon. Confiscaron la copia de Zhuan Falun y partieron.
Me llamaron al día siguiente y me pidieron que fuera hasta la comisaría. Hablé de mis opciones con otros practicantes. Las de ellos eran variadas, pero muchos me pidieron que no fuera.
Sin embargo, me di cuenta que Falun Gong es una práctica recta y que no había razón para tenerles miedo.
Fui y conocí al director. Le hablé sobre Falun Gong y le pedí que me regresara el libro.
Entonces gritó: “¿Cómo te atreves a pedirlo? ¡Puedo detenerte!”.
Le respondí: “¿Por qué debería ser detenido? No rompí ninguna ley. Practico Falun Gong para mejorar mi salud y ser una mejor persona”.
Me echó de su oficina.
De regreso, recordé lo que había hecho y me di cuenta que tuve una fuerte mentalidad competitiva. Mis palabras no fueron amables y terminé alejándolo. Él había sido engañado y también víctima de la persecución; y me propuse salvarlo.
Unos días más tarde, regresé. Tal vez fue porque mi mentalidad cambió, pero su actitud no era tan mala como antes. Me disculpé por mi comportamiento y traté de entender las cosas desde su punto de vista.
También le expresé que perseguir a Falun Gong es un crimen, que algún día sufriría las consecuencias y que afectaría a su familia. Se calmó y dijo que debía seguir órdenes de arriba.
Entonces le manifesté: “Nadie más puede hacerse responsable por tus acciones. Tienes que cuidarte y tomar la decisión correcta. Si eres amable con los practicantes, en el futuro serás bendecido”.
Sentí que gradualmente estaba despertando.
Durante mi tercera visita, directamente le hablé de renunciar al PCCh. Estuvo de acuerdo en pensarlo.
Lo seguí visitando cada tanto. Durante el sexto encuentro, finalmente accedió a renunciar al partido comunista. También me devolvió la copia de Zhuan Falun.
Desde entonces hubo menos casos de persecución en mi área. Tengo que agradecer al Maestro los arreglos y protección a lo largo del camino.