(Minghui.org) La gente cree que el fuego ni el agua tienen piedad. Sin embargo, la leña que tenía almacenada se salvó durante un gran incendio.

Para el Año Nuevo Chino de 2014, niños de la vecindad estaban jugando con petardos y accidentalmente se prendió fuego en los depósitos de leña. Mi leña estaba al lado. Había nueve pilas; las tres mías en el medio y a los costados las de mis vecinos.

El fuego comenzó en una zona, muy rápidamente se expandió y creció en forma continua. Cinco montones de un lado se quemaron hasta ser cenizas, y el fuego se dirigió hacia los cuatro del otro sector, tres de lo cuales eran míos.

Consideré apagar el fuego. Aunque me di cuenta que la tarea estaba más allá de mis capacidades. Pensé que sería mejor pedir la ayuda del Maestro Li Hongzhi. Rápidamente me dirigí a su fotografía, prendí un incienso y le rogué que me socorriera.

El fuego se mantenía ardiendo. Entonces vimos una gran pelota de fuego elevarse, evitando mis tres pilas de leña y cayendo sobre las de mi vecino. Después de quemarse las de los demás y convertirse en cenizas, el fuego se detuvo. La mía no se quemó.

Uno de ellos dijo: “¡Es extraordinario, los practicantes de Dafa están protegidos por seres divinos. Es grandioso ser un practicante!”. Muchos  hicieron comentarios similares.

Después de este acontecimiento, la gente de mi área escuchó la verdad sobre Dafa y la creyó. Aproveché la oportunidad para aclarar la verdad y aconsejar a las personas que renuncien al partido comunista chino y a sus organizaciones afiliadas.

Sin embargo un niño manifestó: “El fuego debe haberlo causado el practicante. ¿Por qué solo su leña no se quemó?”.

Una mujer mayor respondió: “Totalmente absurdo. No fue hecho por él. Los practicantes de Falun Dafa siempre hacen buenas obras, y nunca harían algo malo”.

La anciana iba a ser sometida a una intervención para la colocación de un marcapasos. No obstante, cuando fue al hospital para la cirugía, los médicos le dijeron que su corazón estaba bien y que no lo necesitaba. Creo que la respuesta ahorró a su familia miles de dólares, y a ella, el sufrimiento de pasar por una operación.