(Minghui.org) Nuestras nociones humanas pueden venir de la vida cotidiana o de vidas previas. Debido a que están profundamente arraigadas, a veces podemos estar de acuerdo con ellas.
Necesitamos estar conscientes de esto y tratarlo seriamente; de lo contrario, aunque queramos ser diligentes y hacer las tres cosas bien, pueden interferirnos sin darnos cuenta.
Aquí hay un ejemplo. Ocasionalmente me ilumino a algunos principios del Fa, podría aceptar esos pensamientos y utilizarlos para guiar mi práctica sin examinarlos profundamente. Sin embargo, con el paso del tiempo, algunas nociones superficiales pueden tener efectos negativos. Es decir, a pesar que estudio el Fa durante horas, mi progreso es lento porque me he guiado por mis propios pensamientos. Después de algún tiempo, puedo ser capaz de reconocer este problema y resolverlo. Pero una vez más, yo podría terminar restringiéndome por otros tipos de pensamiento.
Debemos mantener una mente pura y sagrada cuando estudiamos el Fa. Esto nos permite entender mejor sus principios y asimilarnos a ellos.
Me di cuenta que nuestra cultivación requiere que nos miremos hacia adentro continuamente, no sólo cuando nos encontramos con problemas. Durante el proceso, podemos tener algunos conceptos incorrectos por lo que necesitamos usar el Fa como nuestra guía, y eliminar cualquier pensamiento impuro cuando somos conscientes de ello.
A través de las enseñanzas del Maestro, sabemos que las prácticas antiguas no tomaron lugar en la sociedad de la gente común porque los practicantes podían fácilmente ir por mal camino en ese entorno complicado. Sin embargo, como discípulos de Dafa, esto está resuelto, porque Falun Dafa es muy profundo y poderoso y la cultivación que hacemos se enfoca directamente en nuestros apegos fundamentales. Tenemos que estar alerta y limpiar los elementos que interfieren. Sólo de esta manera podemos verdaderamente asimilarnos al Fa.
Sabemos que los principios de Falun Dafa nos ayudan a ser desinteresados. Para lograr un estado de completo desinterés, debemos corregir nuestros pensamientos en los niveles más fundamentales.