(Minghui.org) Soy una mujer de 52 años que vive en una ciudad lejana. Comencé a practicar Falun Dafa en setiembre de 2015.
Desde que tenía 30 he tenido muchas enfermedades, incluyendo migrañas, hemorroides, hernia de disco lumbar y ritmo cardíaco anormal.
Tuve dos cirugías de disco lumbar. Además, el malestar de la parte posterior de la pierna al talón me dificultaba caminar. Mi familia me llevó a un hospital militar en Wuhan 40 veces para tratar el dolor, pero ninguna medicina o tratamiento ayudó.
Estaba desesperada, ya que todo el dinero que ganaba trabajando duro lo destinaba para gastos médicos.
Mi hijo me vio llorando y dijo: "Mamá, vamos a la clínica de la ciudad y veamos si el médico tiene una opinión diferente".
Tal vez fue mi destino, por lo que encontramos un médico que practicaba Falun Dafa. También había una anciana en la sala. Le conté al profesional mi historia médica y le pregunté si me podía ayudar.
La mujer me dijo: "Su enfermedad desaparecerá rápidamente si repite sinceramente estas palabras todos los días: 'Falun Dafa es bueno´ y `Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno'”.
Dudaba de lo que dijo la señora mayor y le pedí al médico si tenía algún libro para leer, porque era religiosa. Me dio una copia de Zhuan Falun, el libro principal de Falun Dafa.
La señora mayor dijo que la contactara si tenía alguna pregunta sobre la práctica.
Comencé a leerlo, pero sentí que mi enfermedad estaba empeorando. Regresé al hospital, compré 2.000 yuanes en medicinas, fui al médico y le devolví el libro.
Cuando escuchó sobre mis tribulaciones físicas, felizmente me dijo que mi cuerpo estaba siendo purificado.
Llevé el libro nuevamente a casa, visité a la practicante de edad avanzada y me enseñó los ejercicios. Cuando los estaba haciendo, sentí un Falun girando en mi cuerpo.
Dos meses después de iniciarme en la práctica, las hemorroides regresaron. Durante unas dos semanas, fue muy doloroso. Comencé a dudar y planeé ir al hospital. Entonces, nuevamente se fueron. Me di cuenta que mi cuerpo estaba siendo purificado. Todas las cosas malas se habían ido.
Todas mis enfermedades desaparecieron. Estoy muy feliz de estar otra vez saludable.
En un principio mis familiares estaban en contra que practique Falun Dafa, porque habían sido engañados por la propaganda del partido comunista. Ahora todos me apoyan.
Ellos también se han beneficiado de Falun Dafa. Mi marido solía tener dolor en el pie. Ya no lo padece y puede trabajar de nuevo en los campos. Estoy muy feliz de no tener que gastar más el dinero ganado duramente en atención médica.