(Minghui.org) Solía ser una persona egoísta y tenía muchos problemas de salud. Estoy tan agradecida con Falun Dafa y su fundador, el Maestro Li, por cambiar mi vida. Ahora no solo tengo buena salud, sino que soy una persona amable despreocupada de las ganancias materiales. Solía odiar a mi suegra, y ahora muchas veces digo orgullosamente que soy su nuera.
Viendo los cambios en mí, la familia de mi esposo dejó de cuestionar mi práctica de Falun Dafa. En vez de eso, están todos conscientes que Falun Dafa es bueno. 11 familiares míos han renunciado al partido y sus organizaciones.
Eliminando el apego al resentimiento
Me casé en 1980. Al año siguiente, nació mi hija. Sin embargo, mi suegra es una mujer muy tradicional y solo quería un nieto. Me forzó a mí y a mi bebé a mudarnos a un cuarto de servicio en la casa. Era un oscuro, húmedo y apestoso cuarto de 6 metros cuadrados.
Todos los días, me daba solo un tazón de fideos. Durante ese tiempo, estaba hambrienta y desesperada. Odiaba a mi suegra, pero tenía miedo de decírselo. Como resultado, mi salud empeoró. Desarrollé muchas enfermedades, entre ellas artritis reumatoide, migrañas, enfermedad al corazón, espondilosis cervical, problemas estomacales, y ciática. Me era difícil caminar sin ayuda.
Una vez le compré un regalo para su cumpleaños. Por alguna razón, se enojó conmigo. Me acusó de maldecirla con el regalo. Vino en medio de la noche a mi habitación y me gritó un rato largo. Yo me disculpaba, pero no podía entender su enojo y desarrollé más odio aún.
Sentía que mi mundo estaba llegando a su fin.
Afortunadamente, conocí Falun Dafa en octubre de 1995 y comencé a practicarlo. No podía parar de leer Zhuan Falun, e hice los ejercicios diligentemente todas las mañanas y noches.
En menos de un mes, todas mis enfermedades desaparecieron. Me sentía tan bien. Mejoré tanto física como mentalmente. Comencé a pensar positivamente y siempre intentaba ser amable con otros. Gradualmente mi resentimiento hacia mi suegra desapareció.
Han pasado 21 años desde que comencé a practicar Falun Dafa. No necesito tomar medicamentos y soy muy feliz.
Eliminando el apego a la ganancia material
“Por supuesto, ya que nos cultivamos y refinamos en la sociedad de la gente común, respetar a nuestros padres y educar a nuestros hijos son todos deberes; en todos los ambientes hay que ser bueno y benevolente con los demás, y más aun, ¿cómo no vas a serlo con tus parientes? Debemos tratar a todos por igual, ser buenos con nuestros padres e hijos y ser considerados con los demás en todos los aspectos; así, este corazón ya no es egoísta, son todos corazones de bondad y benevolencia, es misericordia”. (Lección Sexta – Zhuan Falun)
Me mudé a una casa nueva en 1998, y mi suegra me pidió que le diera la llave de la casa asignada por mi compañía (era común en la década de los noventa que las compañías chinas asignaran casas a sus empleados). Quería convertirla en una lavandería.
Después de un tiempo, regresé a esa casa y me encontré con que todas mis pertenencias y ropa no estaban más. Mi suegra me dijo: “Regalé algo de tu ropa a algunos parientes y me quedé con algunas prendas para mí, y vendí el resto. Tengo planeado alquilar esta casa”.
Me enfadé tremendamente, porque no me había consultado por este tema. Sin embargo, recordé lo que Shifu nos enseñó:
“Esta vía nuestra apunta directamente al corazón humano; entonces, ante los beneficios personales y en medio de los conflictos de la gente común, poder tomar con ligereza o no estos asuntos es el punto clave”. (Lección Cuarta – Zhuan Falun)
Me dije: “Soy una practicante, y tengo que seguir Verdad-Benevolencia-Tolerancia. Tengo que actuar como una verdadera practicante”.
En poco tiempo, alquiló la casa. Mientras yo seguía pagando los impuestos a mi compañía, ella sacaba 600 yuanes por mes de la renta. Sacó 4800 yuanes todos los años por 12 años, pero nunca me dio un centavo.
Estaba muy enojada con ella porque hacía ganancias a costa mía. Luego me calmé para encontrar paz en el Fa. Entendí que como practicante, no tenemos que pelear como lo hace la gente común, y siempre tenemos que ponernos en los zapatos de otros. Yo sabía que mi suegra fue muy pobre desde niña y estaba obsesionada con el dinero. Bueno, entonces, lo dejé ir.
Sin embargo, no era una tarea fácil y tenía luchas internas. No lo podía hacer sin recordarme constantemente que soy una practicante verdadera que tiene que seguir los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia todo el tiempo.
Mi suegra tiene muy mala salud. Muchas veces tenía que llevarla a ver al médico. Cuando tenía que quedarse en un hospital siempre iba yo a cuidarla. Cuando la gente preguntaba si yo era su hija, ella contestaba orgullosamente “es mi nuera”.
Debido al desarrollo urbano de nuestra área, mis suegros tuvieron que mudarse de la vieja casa. Según las reglas de compensación, nos tendrían que dar diez casas, incluyendo 4 grandes bonos. Según la tradición china, ya que mi esposo es el hijo mayor, tendríamos que haber heredado todas las casas.
Sin embargo, mis cuñadas dijeron: “Nuestro hermano no tiene hijos. Las casas las tendrían que heredar los nietos. Por eso tendríamos que recibir nosotras una parte también”. Mis suegros decidieron darle a cada uno de sus cuatro hijos una casa grande, y ellos se quedaron con las pequeñas.
En ese momento, recordé:
“En este ambiente complicado de la gente común, tú, claramente y a sabiendas, sufres desventajas en asuntos de beneficios. Cuando otros te roban tus beneficios, no contiendes ni peleas como los demás. En medio de toda clase de interferencias de xinxing, tú quedas en desventaja. Estando en este ambiente difícil, templas tu voluntad, elevas tu xinxing, y ante la influencia de todo tipo de pensamientos malos de la gente común, eres capaz de elevarte y desprenderte”. (Lección Séptima – Zhuan Falun)
De este modo, no discutí con ellos y acepté lo que ellos decidieron.
Sin embargo, después de eso, mi suegra estaba enojada de nuevo. Dijo que no podía dormir en una casa pequeña. Entonces le dije que podía quedarse con nuestra casa grande. Se puso muy contenta. Mis tres cuñadas también estaba contentas. Una de ellas dijo: “¡Los practicantes de Falun Dafa son verdaderamente buenas personas!”.