(Minghui.org) La mañana del 3 de septiembre de 2015, pasé por una zona en desarrollo de la ciudad y vi a un trabajador migrante sentado fuera de una tienda minorista en busca de trabajo.
Me pare frente a él y me dijo que me sentara; otros dos trabajadores migrantes se nos unieron. Les pregunté de dónde venían y dijeron que de la provincia de Shandong. Para que tener algo en común, les dije que también era originario de allí.
Les comenté que sabía lo duro que trabajaban para poder vivir y lo corruptos que eran los funcionarios del partido comunistas. También les hablé sobre cómo Jiang Zemin inició la persecución a Falun Dafa y que ahora era demandado por más de 160.000 personas (hasta ese momento).
Luego les hablé sobre las bondades de Falun Dafa y les conté que era practicado en más de 100 países. Luego los animé a que renunciaran al partido comunista chino (PCCh).
Dos de ellos usaron sus nombres reales para hacerlo. Me dirigí al tercero y le sugerí que también debería renunciar. “No te molestes con él, es sordo”, me contestó uno de los trabajadores.
Mire al trabajador sordo, y parecía estar atento y excitado. Comencé a hablarle y me escuchó atentamente. Luego de unas palabras, le pregunté su nombre, y me dijo: “Mi nombre es Zhang Yougui, y soy de la provincia de Shandong. Escuché todo lo que dijo. Por favor ayúdame a renunciar al partido”. Los otros dos hombres se asombraron de escucharlo hablar.
¡Me dijeron que era sordo, y sin embargo pudo escucharme! Comprendí que el Maestro Li, fundador de Falun Dafa, acercó a estos trabajadores hasta mí. También creo que el Maestro ayudó al sordo a oír la conversación. Solo tuve que mover mis labios, pero el que los salvó fue el Maestro.