(Minghui.org) Fui detenida en 2011 por hablar con la gente sobre Falun Dafa y la persecución. Después de enterarse de esto, mi suegra y uno de mis cuñados fueron a la estación de policía una y otra vez para sacarme tan pronto como fuera posible.
Finalmente fui liberada de la estación de policía y mis dos cuñadas vinieron a recogerme. Sé que, si no seguiría las enseñanzas de Shifu, no disfrutaría de una relación tan buena con mis familiares.
Mi infancia fue difícil
Fui una niña enfermiza, lo que me llevó a problemas de salud en mi adolescencia y tuve que abandonar la escuela. No quería agobiar a mis padres, así que me fui a trabajar.
Después de casarme con un hombre pobre, mi vida se volvió peor. A menudo peleaba con mi esposo, y mi suegra no era nada fácil. Un día, un pequeño desacuerdo explotó en una gran pelea entre mis suegros y yo. Me deprimí y aun quise suicidarme, pero no lo hice, porque pensé en mis padres e hijo.
Dafa me cambió
A finales de 2004, me encontré con una practicante de Falun Dafa (también llamado Falun Gong), quien en aquel entonces era profesora de mi hijo. Se veía muy joven, aunque tenía casi 50 años. Mientras estuvimos hablando, me dio material informativo sobre Falun Dafa.
Había escuchado de Falun Dafa en 1999 en nuestra televisión controlada por el gobierno. Los programas calumniaron la práctica lo que me pareció extraño en aquel entonces. Me preguntaba por qué tanta gente practicaba Falun Dafa si era realmente como lo decía el partido comunista chino (PCCh). Pensé que debía haber algo más.
Con esto en mente, esperaba con ansias leer el material informativo. Por lo que leí, me di cuenta de que Dafa es acerca de cultivar el estado de Fo. Después de regresar a casa, conseguí una copia del libro Zhuan Falun. Durante unos días, lo leí cada noche. Con el tiempo, algunas de mis enfermedades sanaron simplemente por leer este libro, y no por haber tomado medicinas. También comencé a entender que los dioses realmente existen.
Shifu dijo:
“Mis Fashen son tantos que ya son incontables; además de los estudiantes aquí presentes, no importa cuántos más sean, también puedo cuidarlos”. (Lección Tercera, Zhuan Falun)
A través de estas palabras me iluminé a que nuestro Shifu es un gran Fo. Estuve muy contenta que me cuidaba un Fo poderoso. Sentí el sol en mi vida y todo se volvió más brillante.
Mientras seguí leyendo el libro, entendí por qué había sufrido tanto en mi vida. Todo lo que me había pasado había tenido sus razones, y el bien y el mal deben pagarse en especie. Decidí practicar Dafa y alinearme con lo que nos enseña Shifu, de vivir nuestras vidas según los principios de Verdad-Benevolencia-Tolerancia.
Dafa me cambió dramáticamente. Ya no me quejo acerca de la vida y tampoco peleo con mi esposo. Por el contrario, he tratado de ser una persona más considerada. Ya no le pego a mi hijo por su mal comportamiento sino que he tratado de educarlo con un corazón bondadoso y con razonamiento.
Beneficiando a toda la familia
Me olvidé la enemistad con mi suegra y comencé a ser amable con ella. Cada vez que la visitaba, le llevaba dinero y buena comida. Mi suegra me elogió a todo el mundo, diciendo que había cambiado radicalmente desde que practico Falun Dafa.
En 2008, mi esposo y yo intercambiamos nuestras tierras agrícolas por las de mi suegra. Varios años después del cambio, las tierras que cultivamos se alquilaron en 3,240 yuanes al año, mientras que las tierras cultivadas por mi suegra se mantuvieron en un precio bajo. Pensando en las enseñanzas de Shifu, decidí devolverle las tierras a mi suegra, para que reciba ingresos de unos 3,240 yuanes cada año.
Sin embargo, seis meses después, la situación cambió. Las tierras que nos había regresado se volvieron aún más productivas, generando 7,200 yuanes al año. Mi suegra pidió las tierras de vuelta otra vez, lo que no era muy razonable. Pero con las enseñanzas de Shifu en la mente, accedí a su petición a mi costa.
Hace unos años, el pueblo empezó a emitir unos nuevos certificados de propiedad. Una de las habitaciones de la propiedad que ocupaba mi cuñado menor se iba a compartir entre mi esposo y sus dos hermanos. Esta vez, el hermano menor trató de ocupar la habitación él sólo. Mi cuñado mayor no estuvo de acuerdo.
Para evitar cualquier disputa, y después de acordarlo con mi esposo, le dije a mi suegra que a mi marido y a mí nos gustaría renunciar al derecho a la habitación y permitirles a mis dos cuñados compartir la propiedad de esa habitación.
El problema fue solucionado y toda la familia estaba muy feliz. A través de este acuerdo, los vecinos también fueron testigos de la bondad de Dafa.
¡Falun Dafa es bueno! ¡Verdad-Benevolencia-Tolerancia es bueno! Deseo sinceramente que todos puedan leer materiales de Dafa, que distingan el bien del mal, y que renuncien al partido y a sus organizaciones afiliadas, ¡para que tengan un futuro brillante!