(Minghui.org) Miembros del club de Falun Dafa de la Universidad de Columbia en la ciudad de Nueva York, presentaron durante cuatro días una exhibición de carteles en las instalaciones para contarle a la gente sobre la persecución de Falun Gong (también llamado Falun Dafa); disciplina espiritual que se ha practicada en China desde 1992. Muchos miembros de la facultad y empleados se detuvieron para conocer más acerca de la práctica.
Estudiantes chinos también hablaron con los practicantes sobre la actual situación de Falun Gong en China. Muchos decidieron renunciar al partido comunista y a sus organizaciones afiliadas para exponer su oposición al brutal trato que el régimen comunista les da a los practicantes.
En el lugar, el dorado y azul de las banderas de Falun Dafa junto a los carteles, contaron historias del sufrimiento padecido por los practicantes en la persecución. También ponen al descubierto, en chino e inglés, la sustracción forzada de órganos en China orquestada por el estado, a practicantes vivos que fueron encarcelados por su fe. A pesar del clima frío y lluvioso de primavera en Nueva York, muchos transeúntes llegaron y firmaron la petición para protestar y pedir poner fin a esta calamidad que está tomando lugar en China.
Carteles expuestos en la Universidad de Columbia llamaron la atención de muchos transeúntes.
Un estudiante graduado chino de pie junto a un cartel le dijo a un practicante que no estaba interesado en involucrarse en política. El hombre le respondió que ser perseguido por una fuerza política y oponerse a ella no es una actividad política, como tampoco lo es hablar en favor de los oprimidos por un grupo político.
Y agregó: “Es exactamente por nuestro miedo a dar una opinión contra el gobierno que resultó que Falun Gong sea perseguido a lo largo de estos 16 años”. El estudiante estuvo de acuerdo.
Una mujer mayor los leyó y firmó la petición contra la sustracción de órganos. Con lágrimas en los ojos, tomó la mano del practicante y dijo: “Ustedes cuentan con todo mi apoyo”.
Rose Visk, una ex gimnasta olímpica, calificó a la persecución y a la sustracción de órganos llevada a cabo por el régimen chino de “espantosa”.