(Minghui.org) Tengo 79 años de edad y he practicado Falun Gong por más de diez años. Recientemente experimenté ye de enfermedad y me iluminé a que un pensamiento solo durante una tribulación determina si un practicante se mueve hacia delante o hacia atrás en su cultivación. Me gustaría compartir mi experiencia.
Hace poco tuve unos problemas de salud. Me dolían los dientes y el estómago, no podía comer, y no podía dormir porque me dolía el páncreas intensamente. A pesar de todo esto, no tenía miedo ni estaba preocupada. Le dije a mi esposo: “No importa qué pase, no te preocupes. Estaré bien. No me presiones para que vaya al hospital”.
Como hace dos años pasé pruebas relacionadas al ye de enfermedad, pensé que esta vez sería fácil pasarla. Tomé el dolor como un signo de purificación del cuerpo. Estudié el Fa, envié pensamientos rectos, y aclaré la verdad tanto como pude. Un practicante que solía trabajar en un hospital me dijo: “El pancreatitis es muy doloroso. Deja que le pida a otros practicantes que envíen pensamientos rectos para ti”. No lo acepté. Otro practicante me preguntó si quería ir a ver a un médico. Le pregunté: “¿Qué me a revisar? ¿Acaso no va a buscarme enfermedades?” El practicante dijo: “Verdaderamente crees en el Fa y en Shifu”. Contesté: “Sí”.
Shifu dijo:
“[…] Sin importar qué, ten pensamientos rectos y acciones rectas, y no habrá prueba que no puedas pasar.” (Exponiendo el Fa en San Francisco, 2005)
Creo firmemente en el Fa y en Shifu. Mi corazón no estaba movido cuando el dolor alcanzó el punto en el que ya no lo podía soportar. Una noche, el dolor estaba especialmente agonizante. Mi cuerpo entero temblaba de dolor como si estuviera por explotar. Tan pronto como tuve este pensamiento “tengo que decirle algo a mi familia”, perdí la consciencia de la agonía. Unos segundos más tardes me desperté y me di cuenta que este pensamiento no era recto. Envié pensamientos rectos para negar los arreglos de las viejas fuerzas.
Tan pronto como tuve ese pensamiento recto, el dolor paró. Dormí plácidamente esa noche, y me desperté con hambre al día siguiente. Comer y dormir volvió a ser normal. Gracias a Shifu, pasé la prueba.
Porque en la cultivación nada es accidental, miré hacia dentro para ver cuál era mi problema. Vi que tenía miedo de sufrir y no quería cultivarme diligentemente. Usualmente sudo y me duele el cuerpo cuando hago los ejercicios de pie. También sufro cuando hago la meditación sentada. Me pareció que podía tomar un atajo haciendo más cosas para mejorar mi xinxing en vez de soportar el dolor.
A veces, me enojaba y me preguntaba si solo podía cultivarme a un nivel bajo.
Una noche miré un programa de TV sobre humanos y extraterrestres, justo en la hora en que hago los ejercicios. Sabía que tenía que practicar pero seguí mirando. De repente, la pantalla del TV se puso negra por un momento, y me di cuenta que era Shifu dándome una pista de que tenía que practicar los ejercicios. Me preguntaba por qué no pude controlarme.
Me decidí a practicar los ejercicios. Aún cuando la meditación sentada era dolorosa, no me moví y me dije: “Así es como se disuelve el karma”. Gradualmente logré extender el tiempo de meditación de 30 minutos a una hora. Ahora, ya no me duele cuando medito. Practicar los ejercicios no es una carga para mí.
De esta tribulación, me iluminé que un pensamiento determina si uno se mueve hacia atrás o hacia delante cuando enfrenta una prueba.