(Minghui.org) Siendo una madre joven de dos hijos, un niño y una niña, me gustaba un estilo de vida feliz y confortable. A pesar de vivir en una sociedad atea, comunista, mi familia guardó varias estatuas de Buda en la casa y mis amigos trataron de introducirme sus creencias religiosas. Como ninguna me convenció realmente, me sentí un poco perdida en mi búsqueda espiritual.
Conociendo a Dafa
Un día en la primavera de 2013, nos visitó una amiga de mi marido y hablamos sobre Falun Dafa durante mucho tiempo. Ella me inspiró confianza y creí sus palabras. Después de que nos dijo cómo el partido comunista había difamado la práctica espiritual y había maltratado severamente a los practicantes, tanto yo como mi esposo renunciamos a nuestras membrecías al partido.
Sentí curiosidad acerca de Dafa y le hice muchas preguntas a nuestra amiga. Ella me las contestó todas y me enseñó a hacer los cinco ejercicios de Falun Gong. "Si realmente quieres saber más sobre la práctica, por favor lee Zhuan Falun. Este libro lo explica todo”, dijo.
Varios días después, nuestra amiga me trajo una copia del libro. Al entregarme el libro con ambas manos, entendí que el libro era muy importante para ella. Era un libro viejo con una cubierta protectora, y cada página debió haber sido leída muchas, muchas veces. Me sentí rodeada de una energía de paz y calidez.
Mi vida cambió
Comencé a leer el libro y fui rápidamente atraída por los profundos principios que describía.
En la Lección Cuarta, Shifu dijo: “…el verdadero refinamiento de gong depende totalmente de tu propia cultivación, no hay plegaria que funcione. No tienes que venerar al fo ni quemar inciensos; si te cultivas y refinas genuinamente con el estándar de un cultivador, al verte, él se siente especialmente feliz. Si afuera sólo haces cosas malas, por más que quemes incienso y golpees tu frente contra el suelo ante él, cuando te mira él incluso se siente mal. ¿No es éste justamente el razonamiento? La cultivación genuina tiene que depender de uno mismo. Si hoy golpeas tu frente contra el suelo, arrodillándote para tomar a un shifu, y una vez que sales por la puerta sigues haciendo lo que tú quieres, ¿de qué sirve tu veneración? Nosotros no hablamos en absoluto sobre esta clase de formalidad, ¡posiblemente incluso arruinarías mi nombre!”.
Sabiendo que Shifu es tan recto, me sentí inmensamente afortunada por haberme convertido en una practicante de Falun Dafa. En mi corazón, sabía que era mi destino.
Poco tiempo después ocurrió un incidente. Mi hijo era generalmente muy educado, pero un día estaba jugando con un encendedor y accidentalmente prendió fuego a la cortina de la ventana. Mi esposo no estaba en casa y mi niño no sabía qué hacer excepto llorar. De alguna manera permanecí muy tranquila y apagué el fuego con una colcha y luego bajé la cortina, que se había quemado casi por completo. Para entonces, el santuario budista junto a la ventana estaba también en llamas. Al verlo quemándose, apagué el fuego rápidamente con una cubierta de cama.
Después de apagar el fuego, revisé mis manos y sólo vi algunas pequeñas ampollas, que se curaron después de dos o tres días. Reflexionando sobre todo el incidente, me di cuenta de que tenía que ser más seria en mi cultivación. Regalé todas las estatuas de Buda.
Hablando con los demás sobre Dafa
Pronto empecé a hablarle a la gente sobre Falun Dafa. Mi prima había sido engañada por las mentiras del partido comunista, pero después de aclararle los hechos, empezó a practicar Falun Dafa. Dos días después de que mi prima comenzó a leer Zhuan Falun, vio al Fashen de Shifu sonriéndole. Poco después, su hepatitis había desaparecido y su sueño de tener un bebé también se hizo realidad.
Conocí a un matrimonio exitoso. El marido era el jefe de un hospital, pero él tenía una afección que requería medicación diaria. Cuando les hablé sobre Falun Dafa, al principio se opusieron. Sentí pena por ellos, pero no podía hacer nada para cambiar sus mentes.
Más tarde, cuando les visité otra vez, había cambiado su actitud hacia Dafa. Hablamos sobre cuán profundo es Falun Dafa y cómo me había beneficiado de la práctica. Les di una copia de Zhuan Falun y el marido pasó las siguientes horas leyendo el libro.
“Esto es tan bueno”, gritó con emoción. "¡Por favor, enséñeme los ejercicios ahora mismo!"