(Minghui.org) Soy de la provincia de Shandong de China y comencé a practicar Falun Dafa en 2014.
Solía sufrir de hipertensión arterial pulmonar y tenía dificultades hasta para respirar. Si bien visité muchos hospitales famosos en Jinan y Beijing, mi condición no mejoraba. De acuerdo a muchos médicos solo me quedaban entre 1 y 3 años de vida, a menos que tome medicación importada y costosa. Entonces intenté con varios tipos de qigong pero mi salud estaba cada vez peor.
Una tarde de agosto de 2014 cuando terminé de hacer ejercicios en un parque, una mujer muy amable se acercó hacia mí y se presentó. Conversamos por un rato y me dio un folleto sobre Falun Dafa.
Como siempre estuve engañado por la propaganda del partido comunista chino (PCCh) siempre me rehusaba escuchar a cualquier persona que me hablara de Falun Dafa. Pero esta vez decidí escuchar.
Cuando nos encontramos al día siguiente, la mujer me alentó otra vez a probar Falun Dafa, y así es como decidí intentar.
Recuerdo claramente que pude sentir una rueda girando dentro de mi abdomen. Esa noche pude sentir numerosos anillos de colores girando dentro de mí. La mujer me dijo que el Maestro estaba limpiando mi cuerpo e instalando un sistema que incluyen mecanismos de cultivación. Después de esa noche tiré todo los otros libros de qigong y me enfoqué en practicar Falun Dafa.
Como trabajo en el campo de la medicina, conozco a muchos pacientes y me hice de muchos amigos. Todos estaban preocupados por mi pobre salud. Además, luego de ser testigos de los grandiosos y positivos cambios en mí, me preguntaron cómo era posible que mi actitud hacia la vida y mi salud hubieran mejorado notablemente. Tomé estas oportunidades para hablarles de Falun Dafa y de la ilegal persecución del gobierno comunista. La mayoría habían sido engañados por su propaganda -tal como yo- pero ahora ellos cambiaron su actitud hacia Falun Dafa.
Un día, fui a comprar un par de duraznos al supermercado y el vendedor me dio más de los que yo realmente había pagado. Cuando llegué a casa me di cuenta que esto no era una nimiedad y me sentí mal. Cuando volví para comprar en ese supermercado, le pagué los que me había llevado de más. El vendedor estaba sorprendido al ver una persona tan honesta.
Por cambios como estos en mi comportamiento, ahora me veo 10 años más joven y mi piel se volvió linda y delicada. Mi familia también se benefició mucho: mis niños sacan buenas notas en la escuela y a mi esposa le va bien en el trabajo.
Aquí, quiero expresar mi gratitud hacia el Maestro Li, el fundador de Falun Dafa: ¡Maestro gracias por darme una nueva oportunidad de vida! ¡Me cultivaré más diligentemente y seré digno de sus compasivos arreglos!