El Comité de Asuntos Exteriores del Parlamento de los Estados Unidos (HFAC por su sigla en inglés) debatió la resolución H Res. 343 el 13 de marzo. La resolución insta al gobierno chino a ponerle fin a la práctica de sustracción de órganos de practicantes de Falun Gong, y lo insta a cooperar con las investigaciones de dichos crímenes. Actualmente, la resolución cuenta con 166 patrocinadores bipartidarios.
En la audiencia del miércoles, el diputado Chris Smith (R-NJ) dijo: “Creo firmemente que esta resolución es un paso importante para generar una medida de responsabilidad y transparencia para lo que pueden ser uno de los crímenes más grandes del siglo XXI: el 17.° esfuerzo por erradicar a Falun Gong en China”.
El diputado Smith señaló en la audiencia que los investigadores David Kilgour, David Matas y Ethan Gutmann realizaron investigaciones detalladas y estimaron que entre 45.000 y 65.000 practicantes de Falun Gong fueron asesinados por sus órganos que fueron vendidos inmediatamente. “He leído esos registros y son escalofriantes”, dijo Rohrabacher. “Esas cifras estimativas ahora pueden ser mucho más altas de acuerdo al próximo informe de los tres investigadores”.
Nueva evidencia que apareció este año, apunta directamente a las bases de datos médicas de los sitios web de los hospitales chinos, indican sin cuestionamientos que la industria de trasplante de órganos en la república popular de China ha llegado más lejos de lo que se creía. Con un limitado número de prisioneros con pena de muerte, y una extremadamente baja tasa de donación voluntaria, el número de practicantes de Falun Gong y otros prisioneros de conciencia que son asesinados por sus órganos podría ser mucho mayor de lo estimado anteriormente.
El diputado Eliot Engel (D-NY) describió al comercio de órganos en China como "algo salido de una historia de terror”. Agregó que, “la sustracción de órganos sin consentimiento representa una grave violación a los derechos humanos. Y como si estos horribles abusos no fueran suficientes, son víctimas perseguidas por su creencia religiosa, y por las prisiones chinas dónde sacan ganancias exorbitantes con la sustracción de estos órganos”.
"Esta resolución asegurará que todos queden avisados que este asunto ya no será ignorado", dijo el diputado Dana Rohrabacher (R-CA), agregando que "el pueblo estadounidense debe estar informado que la realidad es que hemos desarrollado una relación comercial con el peor abusador de los derechos humanos en el mundo".
Rohrabacher dijo que aprobando resoluciones como la H.Res.343, "estamos proclamando a la buena gente de China que estamos de su lado, y que también condenamos este tipo actividad horrorosa que no refleja el estándar moral del pueblo de China, del pueblo de los Estados Unidos, ni de la gente decente de todo el mundo"
“No podemos permitir que estos crímenes continúen”, declaró la diputada Ileana Ros-Lehtinen (R-FL), que co inició la resolución H-Res. 343 junto al diputado Gerry Connolly (D-VA).
Res-Lehtinin dijo: “Al aprobar esta resolución podemos enviar un mensaje al régimen chino, que la comunidad médica en los Estados Unidos, y que el Departamento de Estado condenamos la sustracción de órganos en China. Sabemos que aún continúa y debemos hacer más para terminar de inmediato con esta práctica”.