(Minghui.org) Mi madre, que vive en China, me llamó y me habló sobre algunos problemas que tenía al vivir con mi hermano menor y su esposa. Se quejó que la trataban injustamente. Me mostré compasivo, estaba indignado luego de escucharla y pensé en llamarlo y reprocharle la situación. Pero la enseñanza del Maestro Li apareció en mi mente.
El Maestro dijo:
“…todos los asuntos entre la gente común tienen relación causal y predestinada…” (Zhuan Falun)
Así que me calmé. Me llamó nuevamente y me pidió que no le contara a mi hermano lo que había dicho. Estaba preocupada que se enojara y que resultara en mayores problemas para ella. Me molesté, parecía que no confiaba en mí. Entonces le dije: “No me hables más de esas cosas”, y colgué.
Luego me arrepentí, ya que mi actitud podría haberla lastimado. Las palabras "cómo puedes tener compasión" aparecieron en mi mente.
El Maestro dijo:
“….todo lo de la sociedad humana entera proviene de este qing. Si este qing no se corta, no puedes cultivarte y refinarte. Si el hombre salta afuera de este qing, nadie es capaz de tocarlo, los corazones de la gente común ya no pueden moverte, y el qing se reemplaza con la misericordia, que es algo más noble”. (Zhuan Falun)
Nada es casualidad para un practicante
No hay casualidades para un practicante. Miré para adentro y recordé varias cosas que ocurrieron recientemente. Tuve un conflicto con un practicante durante una conferencia de intercambio de experiencias en Taiwán. Me sentí incomprendido y tratado injustamente. Lo que quería hacer surgía de las buenas intenciones para lograr el mejor resultado. No podía entender por qué mi compañero no aceptó la sugerencia. Estaba lleno de quejas.
Entonces noté que aún quería competir, defenderme de las críticas, ser reconocido y cambiar a los demás. Pensé que podía manejar bien las cosas y mantuve la mentalidad de sobresalir.
Fue positivo mirar hacia adentro en busca de mis apegos. Luego estuve realmente agradecido a mi compañero y al Maestro Li. Mi madre me llamó de nuevo y comentó que había oído hablar a mi cuñada con otros por casualidad. Al final, después de analizar las cosas, terminaron en buenos términos.
Esto me ayudó a entender que solo cuando uno se deshace del resentimiento puede sentir bondad y compasión.
El Maestro dijo:
"La compasión es un producto de la cultivación y no es algo fingido; viene de lo profundo del corazón y no es algo para demostrar a otra gente. Es algo que existe eternamente y que no cambia con el paso del tiempo ni cambia dependiendo de las circunstancias". (“Exponiendo el Fa en el Fahui de Washington D.C., 2003”)
Las nociones pueden asumir el control
Uno experimenta resentimiento en la vida cotidiana. Por ejemplo, algunos compañeros de clase trataron injustamente a alguien en la escuela, la tía de un vecino se quejó con mi madre que su nuera no la respeta y yo sentí que mi supervisor era injusto. Las nociones se forman después de experimentar estas cosas.
El Maestro dijo:
“Una vez que un concepto se forma, éste controlará tu vida entera; manipulará el pensamiento de esta persona e incluso su felicidad, ira, angustia y gozo. Éste se forma después del nacimiento. Si tal cosa dura un tiempo largo, se disuelve en el pensamiento de la persona, en el cerebro real de uno mismo, y formará la disposición mental de una persona". (“La naturaleza Fo” en Zhuan Falun volumen II)
El resentimiento es una barrera que bloquea a los practicantes para ser compasivos. Aquellos que solo se quejan, solo miran las cosas desde su propio punto de vista y creen que fueron maltratados. Esto es egoísta por naturaleza, en sus intentos por obtener el reconocimiento, validar sus egos o esperar la compasión de los demás. Las personas que albergan resentimiento, por lo general, ven las cosas negativamente.